Capítulo 2

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EL EXAMEN

Ninguna de mis suposiciones del día anterior había sido correcta, Había sido Martes. Es decir: cuatro días para la expo. Lo marqué en mi calendario y cada día que pasaba era, al final, tachado con una gran X roja.

Miércoles. Los odio casi tanto como las mañanas, pues se me hacen eternos. Hablo literalmente cuando digo que paso todo el día en la escuela, desde que sale el sol hasta éste que se oculta. Lo peor de ese Miércoles en específico es que tenía un examen de química para el que ninguno de mis hermosos hermanos quiso ayudarme a estudiar.

Cuando el profesor entró al aula juro que parecía Lucifer, con su sonrisa maliciosa que sólo podía interpretarse de una manera: "Espero que no se quemen mucho... ésto es magma pura". Sólo le hacían falta los cuernos, pues incluso tenía un traje rojo. La verdad es que la estructura del examen en sí no estaba tan difícil, sin embargo no había entendido el tema y por lo tanto lo único que sé que estaba  correcto y bien escrito era mi nombre. Dio comienzo el examen. Escribí atropelladamente mi nombre, año y sección, no recordaba mi número de lista. El tiempo no se decidía entre si ir lento, y extender mi tortura, o ir rápido y acabar sin siquiera haber contestado las primeras cuatro preguntas. Esperaba que terminara en aquél momento, pues necesitaba que acabase aquella humillación, pues cada vez que repasaba las preguntas me sentía más perdida que al principio. Agradecí al Cielo, a los Astros, a los Ángeles— y blablabla —que al menos Julia entendía mi situación sin necesidad de palabras e incluso se había sentado atrás de mí y a veces me soplaba respuestas que yo copiaba sin preguntar qué significaba. Primero me dictó paso por paso la resolución de los problemas, lo que era más complicado. Quedaban unos quince minutos para terminar el examen cuando alguien abrió la puerta del aula y se dirigió al profesor a hacerle una consulta, o eso suponía yo.

Para el examen me había sentado casi al final del aula y, tomando en cuenta que estaba experimiendo hasta la última gota de pensamiento coherente del tema y plasmándolo en mi examen, no le presté mucha atención al nuevo invitado. Así que, aprovechando el despiste del profesor, Julia se dispuso a indicarme un par de respuestas más, cuando...

—Ann Tycon— se me heló la sangre y me quedé quieta como estatua, obviamente en una posición no muy comprometedora y preguntándome si me había visto. Escuché al profesor inhalar sonoramente antes de decir: —, alguien la busca.

Levanté la mirada y me encontré con la de un muchacho al que estoy segura de nunca haber visto en mi vida, pero de seguro que él me conocía pues, como mínimo, conocía mi nombre y apellido, por no decir mi horario y tener la paciencia de atravesar todo el jodido edificio hasta dar con el laboratorio en que impartían clases de química.

Tenía su cabello rubio hasta la nuca y sus ojos de un color marrón bastante oscuros, sino negros, ocultos tras un par de gafas que le sentaban bastante bien. A pesar de su cara de niño aplicado en sus estudios, tenía su uniforme algo desarreglado, con una parte de su camisa fuera de su pantalón, su corbata floja y estaba todo despeinado. Nuestras miradas se encontraron, pero casi al instante bajó la vista y comenzó a negar con la cabeza. Casi podia ver una sonrisa sarcástica surcando su rostro.

—Por favor— dijo el profesor con un poco de esfuerzo por sonar agradable, y haciendo que volviese a fijar mi atención en él —, entregue su examen mientras habla afuera.

Tragué seco y asentí, incapaz de hacer otra cosa, antes de ponerme en pie y dirigirme hacia el profesor con una expresión estupefacta. Sentía cada mirada de cada rostro del aula posada, sino en mi mejilla, en mi cara o en mi nuca, y eso sólo lograba que me sintiera cada vez más incómoda. Al llegar con el profesor, literalmente me arrebató el examen y me indicó con la cabeza que saliera del aula.

«Así debe sentirse cuando te sacan de clases, y te quitan el examen para ponerte de nota un gran CERO» Pensé mientras permitía que el muchacho desconocido me condujera por el espacio que nos separaba de la puerta y luego por el estrecho pasillo exterior, cuyas paredes estaban forradas de puertas y anuncios escolares. Antes de salir no pude evitar notar que el docente le echaba una rápida ojeada a mi prueba, así que al pasar por la puerta comencé a rezar para que Julia fuese lo suficientemente inteligente como para colocar justificaciones diferentes a las mías. Volví mi atención al muchacho, pues era el único inconveniente que no podría esperar más de tres minutos.

—¿Qué quieres?— pregunté bruscamente una vez que giramos una esquina y escuché la puerta del salón cerrarse tras nosotros. La luz que entraba por la ventana al final del pasillo perfilaba su rostro, de un modo que me hizo pensar que se veía guapo. «Pff... ese no es el punto» me dije mientras negaba con la cabeza y me daba una paliza psicológica. Se metió las manos en los bolsillos y miró nerviosamente a ambos lados del pasillo, al tiempo que yo me cruzaba de brazos —¿Y bien?

—¿Qué te falta?— dijo aún sin verme a la cara, casi como si yo fuese Medusa y él tuviese miedo de que lo convirtiese en piedra.

—¿Eh? No entiendo...

—En tu examen— me miró directamente a los ojos, con una expresión que decía que le costaba trabajo hacerlo, causando que enrojeciera violentamente, sin entender por qué.

Emm— dije tartamudeando un poco y tratando de hacer memoria. Cerré los ojos con fuerza obligando a mi memoria a corto plazo a recordarme de lo que decía mi examen —... faltaba la parte de... teoría... creo.

Sacó un cuaderno (ni idea de dónde) y marcó con un resaltador varias líneas del mismo. Cuando terminó me lo pasó, mirando hacia cualquier lado menos mi cara. Lo primero que noté fue que el tema era de Ácidos, Bases y Sales, casualmente el tema del examen. Lo segundo que noté fue que todo estaba escrito en tips increíblemente sencillos que memorizaba a la segunda o tercera ojeada. En tres minutos lo memoricé todo el tema— o al menos lo que estaba resaltado —. Justo en eso el muchacho me arrebató el cuaderno y lo guardó bajo su chaleco del uniforme—supongo que de allí lo habrá sacado...—y se dio la vuelta dispuesto a irse por donde había venido.

—¿Quién eres?— hizo como que no me escuchaba lo que hizo que volviera a enrojecer, pero de rabia —¿Quién eres? ¿Por qué has venido a ayudarme así como así?— pregunté, causando finalmente que él se detuviera.

—¿Te digo algo?— se dio la vuelta, rascándose la nuca —No lo sé— y me sonrió, una sonrisa tan blanca y perfecta que casi quise llorar.

No sé si fue por la luz que entraba por la ventana, o si eso quise ver, pero estoy casi segura de que se sonrojó. No pude distinguirlo con claridad, pues volvió a girarse y se fue tranquilamente por el pasillo, giró por una esquina y de inmediato lo perdí de vista.  Tardé un rato más en procesar que debía volver y terminar lo que había empezado. Me enfilé de nuevo por el pasillo y entré de nuevo al aula para terminar el dichoso examen en cosa de cinco minutos, que fue casi lo que duró el resto de la prueba. Entregamos los examenes y suspiramos con fuerza todos al unísono, liberando el aire retenido en nuestros pulmones durante toda esa condenada hora. El profesor, satisfecho con su trabajo, sólo nos dirigió una última sonrisa maliciosa antes de desaparecer por la puerta. No sé cuándo, pero al girarme Andy estaba mirándome con una ceja alzada y una sonrisa casi tan malvada como la del maestro.

—Sólo para que lo sepas— le dije haciendo una sonrisa de medio lado —no me fue tan mal.

Me giré en mi asiento y estreché la mano de Julia, agradeciéndole el haberme ayudado. Con un último resoplido me dije que sólo quedaba esperar no salir tan mal, y que mis padres me dejaran ir al evento, claro, en el caso de que el examen llegase a sus manos antes del Sábado.

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Muy buenas a toodos, guapísimos y guapísimas criaturitas del señor :3

He aquí el segundo capítulo de ésta historia. No tengo mucho que escribir, excepto que odio a mi profesor de química con tooda mi alma (y tiene trasero de uke e.e), así que éste cap se lo dedico :D (ojalá tuviera cuenta en Wattpad...). Tal vez no se sienta identificado, pero sólo diré una cosa para que se auto-reconozca: «¡QUIERO SILENCIO SEPULCRAL! ¡TOTAL Y ABSOLUTO!» xDD

CHISTE MALO DEL DÍA: «¿Qué le dice un tomate a otro tomate? Nada, porque los tomates no hablan» *Badumtss*

By: Kira~

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⏰ Última actualización: Aug 11, 2014 ⏰

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