Sofía Cabello.

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NARRA LAUREN.
miami, florida.

Veía muchos papeles, pero sólo uno me llamaba la atención, Sofía Cabello, la hija de Alejandro Cabello. Agarré el documento y fui a mi oficina, comencé a leer, y a leer, todo lo que sabíamos de su caso.

Era todo lo que sabíamos de su asesinato, había fotos, había pruebas, pero no había rastros de quién había podido haberla asesinado. Guardé el documento en uno de mis cajones y me puse a pensar sobre el caso de KC, una mafiosa conocida.

KC. Claro que me acordaba de esas siglas, había cometido tantos robos, tantos secuestros, ¡tantos asesinatos! ¡Y no la encontrábamos! Pero claro que no era tan estúpida, si dejaba una sola huella, nosotros, el FBI, la podría encontrar, tenía demasiado cuidado en cada plan, era tan exasperante.

Cuándo oí que alguien abrió la puerta, me volteé, y apareció Normani Kordei sonriendo, mi mejor amiga, le sonreí y dejé que se sentara.

—La Señora Hansen citó a Allyson a su oficina, luego me llamó por el micrófono y me dijo que nos quería a las dos en su oficina, junto a Katia, en exactamente cinco minutos así que, levanta tu enorme trasero. —Me dijo, y yo sólo me reí, me levante junto a ella y fuimos, cuándo pasaron los tres minutos siguientes, nos dejaron pasar. Y ahí estaban, Ally Brooke, Normani Kordei, Katia Torres, y yo, Lauren Jauregui.

La Señora Hansen abrió la boca y le dijo a su mano derecha, Troye Sivan, algo al oído, y nosotras nos pusimos neutras, sabíamos lo que se acercaba.

—Brooke, recuerda que te quedan cinco meses para encontrar a Ethan Ogeletree, rápido Allyson, el tiempo no espera.
Torres, necesitamos saber quién robó cincuenta millones en el banco Judith. Kordei, no tengo tu tiempo, quiero saber quién secuestro a Jacob Millens. —Se levantó, y me preocupé, aunque no lo mostré.— Pueden retirarse. —Me quedé sentada y esperé a que las demás se fueran. — Jauregui, Alejandro Cabello me pagó millones, por saber quien mató a Sofía Cabello, ¡¡Y no tienes ningún maldito avance!! —Me gritó, yo sólo apreté la mandíbula, se estaba alterando, comenzaría a despedir a miles, entre esos miles, yo. — Y además, tienes que encontrar a KC. ¿Y QUE ESTÁS HACIENDO, JAUREGUI, QUE HACES? NADA, POR QUE NO SABES ENCONTRAR A ESE DELINCUENTE, NI SIQUIERA SABES SI ES HOMBRE O MUJER, NI EL MÁS MÍNIMO DETALLE. —Gritó y yo mordí el interior de mi mejilla, estaba malditamente enojada. Pasaron unos minutos, y creo que se tranquilizó.— Ya tengo la solución, mañana me traes los documentos.

KC, La mafia. || CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora