Mortem

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Todo comenzó un día antes de mi cumpleaños, puesto que soy muy emotivo, efusivo y sentimental estaba muy nervioso por cómo sería mi fiesta, mis regalos, cuantas personas vendrían, etc. Sin embargo ese día algo muy extraño ocurrió, silencio total, era como sentirse encerrado en un cuarto sin ninguna venta o puerta que permita el ingreso de la luz o de aire fresco, nunca me había pasado algo así pues todos los días, desde que tengo memoria, mi mamá me obliga a levantar a las 6:00 am ni un minuto más ni un minuto menos.

Aunque ya era medio día, según me lo informaba mi reloj digital en mi velador, nadie apareció por mi habitación, ni siquiera para ver si aún seguía con vida. Esto me sorprendió demasiado, por un momento pensé que al fin se dio cuenta mi familia lo mucho que odio despertar temprano, tirando a un lado la colcha que me abrigaba del frío; salte sobre mis dos pies demostrando mi inmensa alegría, pero entonces una voz en mi cerebro hablo.

"¿y si algo malo le sucedió a mis padres y por eso nadie ha venido?"

Esta frase se repetía una y otra vez en mi mente. Cuando por fin tome el valor suficiente para salir de mi habitación, vi como mi madre, con una sonrisa de oreja a oreja cantaba y limpiaba la sala, mientras que mi padre sentado en nuestro mejor sillón, color café, leía un libro con su ceño fruncido. Esto no era normal, no al menos en mi familia, mi papá odiaba leer y mi mamá suele ser muy perezosa como para arreglar la casa; no entendía absolutamente nada, así que con paso decidido me dirigí a mi madre, y le dije.

- ¡Pero qué ha ocurrido aquí! Como así no fuiste a despertarme hoy en la mañana- más sin embargo lo único que obtuve como respuesta fue el sonido de la aspiradora al pasar por encima de la alfombra, repetí otra vez mi frase; sin embrago nadie hablo, sentí como si estuviera hablando con una pared.

Pensando que todo aquello era fruto de mi imaginación, muy apresuradamente ingrese a mi habitación y me tumbe boca abajo en mi cama, cerré mis ojos con fuerza y con la esperanza de que todo cambie una vez que los volviera a abrir. Fue así como al despertar, dirigí mi mirada hacia la ventana que se encuentra sobre mi cama y observe solo obscuridad, mi habitación estaba tal y como la vi en la tarde y eso me hizo recordar la extraña actitud de mis padres.

Una vez más me arme de valor y salí de mi cuarto, me dirigí hacia la cocina, guiado por mi instinto y el delicioso aroma de la cena que mamá ha de ver preparado; más cuando llegue me sorprendió ver que mis padres comían muy a gusto, mientras conversaban sobre algo que por alguna razón no entendía, pero lo que más me asombro fue el hecho de que en la mesa solo se hallaba colocada vajilla y cubiertos para dos personas; era como si yo no se acordaran de mi existencia y eso me molesto.

¿Por qué mis padres decidieron dejarme de lado?, ¿Por qué ni siquiera me miraba, aun cuando estaba parado junto a ellos?, ¿habían decidió darme una "enseñanza" por ser caprichoso y malcriado, como ellos muy seguido me decían?

Tenía demasiadas preguntas arremolinadas en mi cabeza, sin embargo solo una fluyo. Fue así como lo más fuerte que puede grite.

-¡¿Es que acaso esto es algún tipo de broma de muy mal gusto para, según ustedes para enseñarme una "lección"?!

Pero tal y como ocurrió esa misma tarde nada... nadie dijo nada. No hubo ninguna reacción por parte de ellos.

Espera un momento, ¿Era posible que tus padres te olvidaran de un día para otro y más cuando decían que eras su mayor bendición, a pesar de todo?

Como no me sentía con ánimos de aguantar que me ignoraran. Me cambie, sí todo el tiempo traje puesto pijama, y me aleje lo más rápido que mi piernas dieran para correr, cuando por fin sentí un poco más de alivio, me detuve y seguí recorriendo las calles tranquilamente. Cuando como si de un detector se tratara, mi cabeza involuntariamente se giró hacia la el sonido de un grito, sin saber como pero mis piernas ya me llevaban al lugar de donde prevenía aquel ruido, un callejón sin salida, y lo que vi me horrorizo, una mujer de mediana edad se hallaba en el suelo y con su sangre extendiéndose cada vez más por el piso, quise salir huyendo aunque mis pies no me respondían, era como si una fuerza mayor me obligara a estar ahí y contemplar aquella escena terrorífica. Cuando por fin volví en mí, comencé a correr, pero no porque fuera a huir sino que debido a mí apresurada salida no había traído mi celular y a menos que encontrara un policía, una ambulancia o una cabina, esa señora moriría.

¿Soy real en este mundo, o soy real en mi mundo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora