Prólogo🌙

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El inicio del abismo

Contemplaba la gran brisa que sentía a mí alrededor y el cómo esta hacía que los árboles bailaban moviéndose de lado a lado, las flores repetían la misma acción, pero claro, de manera menos notoria por lo pequeñas que eran, los pétalos de sakura caían lenta y cautelosamente hacía el suelo, si vendieran alguna alfombra con un estilo de estampado como el de la superficie de este parque no dudaría ni un segundo en comprarla.

-¡Masayuki!-oí a alguien gritar mi nombre como a diez pasos de donde me encontraba.

Y sabía perfectamente quien era ese alguien.

-Eh, Fumio, camina con cuidado no vayas a caerte.-le dije mientras veía como aquel chico de cabellos parecidos al áureo pero un poco menos brillante se acercaba.

-¡Ey! Tampoco soy un niño.-dijo después de que terminara de inhalar y exhalar como si hubiera corrido vertiginosamente para llegar hasta aquí-Toma-me extendió una lata de té verde de esas que venden en las maquinas expendedoras-bébela antes de que se enfríe-acto seguido él destapo la suya y se dispuso a beberla.

-Gracias-le agradecí dócilmente. Destape mi bebida y comencé a tomarla. Sentí como el líquido caliente transitaba por mi garganta que logro relajar mi cuerpo que había sido atacado por el frío, sin duda, lo necesitaba.

Fumio caminó hacía una banca que daba vista hacía un lago luminoso gracias a las luciérnagas que estaban en los árboles, las ramas de estos eran alargadas hacía abajo, algunas con sus puntas rozaban el agua de aquel lago que, con todos sus componentes, lograba transmitir un ambiente sensitivo.

Después de haberse sentado en el banco, Fumio me miró, note rápidamente el cómo sus pupilas habían sido dilatadas seguramente por la luminosidad del lugar; su iris de color avellana parecía haber desaparecido y reemplazado por un verde resplandeciente. Me hizo un gesto con la cabeza para que me sentara junto a él mientras se corría un poco de su lugar y así dejarme espacio.

Me acomode mi bufanda tapando mi boca y parte de la nariz y me dirigí allí, sentándome junto a él.

-Lindo lugar ¿no crees?, nunca había visto un lago que se viera así, tan...-hizo una pequeña pausa buscando las palabras correctas para describirlo- conmovedor.-denoto finalmente hacía lo que sus ojos observaban.

-Yo describiría lo que veo como algo...hermoso-Fumio asintió referente hacía lo que había dicho aún sin quitar la vista de donde sus ojos estaban completamente perdidos, esto haciendo que el creyera que también me refería al lago, cuando mi mirada claramente estaba dirigida hacia otro lado.

- Misayuki-Fumio condujo su mirada hacía a mi nuevamente haciendo que nuestros ojos se encontraran-¿A qué universidad piensas asistir?-pregunto ignorando el hecho de que todo este tiempo estuve mirándolo, a menos de que no se hubiera percatado, lo cual, a mi parecer, era casi imposible.

Tragué saliva rápidamente, intentado así calmar mis nervios que habían aparecido desde que acordamos vernos en este lugar; que parcialmente fueron aumentando hasta el punto de que ni siquiera las palabras lograban salir de mis labios sin antes hacer algún tipo de balbuceo. Desvié la mirada y dirigí mi vista hacía el suelo, me encontré con mis botas de invierno, que aunque aún no llegara esa estación me fascinaba el portarlas, las sentía cómodas incluso en el verano.

-Aún no lo sé-finalmente le respondí-no he pensado mucho en eso-añadí inconscientemente para luego darme cuenta que solo era para complementar mi excusa.

La excusa para estar con él en la misma universidad.

-Oh, ya veo-sentí cierta decepción en su tono al pronunciar esas palabras, o al menos eso percibí-Yo...presentaré para la universidad Kansai, me gustaría entrar allí.-alzó su vista hacía el cielo, como si más que una simple oración, fuera un deseo dirigido hacía la estrellas.

-Quizás...puede que presente el examen para esa misma-sin cambiar la posición en la que estaba, lo mire de reojo, encontrándolo sonriente y con su mirada puesta aún en el firmamento.

-Entonces, te deseo suerte. Me encantaría estudiar en la misma facultad que tú-Se supone que esa sería mi línea, imbécil. Pensé pero sin pensar realmente a como me estaba dirigiendo a él, ya que el único realmente tonto aqui soy yo, ya que ni siquiera puedo decirle algo como eso y para él parece tán fácil.

Fumio llevo su mano hacía mi cabeza y comenzó a acariciar mis cabellos con una delicadeza como solo él sabía hacerla, sentí su mirada puesta en mi pero aún así no me atrevía a verle, y el contacto que sentía en mis cabellos me daban una tranquilidad pero al mismo tiempo un nerviosismo increíble, si, bastante contradictorio.

Comencé entonces a pensar en él, cuando lo vi por primera vez y en nuestra primera charla; en ese momento salió las ganas de ya poder verle a la cara y eso hice, encontrándome con su dulce mirada y esos ojos que aún seguían resplandecientes y hermosos, más que a como estaban hace un rato, más de lo normal.

Entonces, como si algún tipo de ráfaga de viento golpeara directo hacía mi pecho, mis latidos comenzaron a acelerarse. Aunque por una parte me sentía así, descontrolado, emocionado, con miedo pero a la vez con una felicidad inexplicable, por el otro cierta parte de mi me decía que de alguna forma el ya se esperaba lo que iba a decir.

-Pues bueno...-suspiró dejando de tocar mi cabeza y se paró, donde ejerció un gran estirón-Ahora vuelvo, botare esto- agarró la lata de mi té que ya estaba vacía tomándome por sorpresa, lo miré y me dedico una cálida sonrisa, se dio la vuelta encaminándose hacia un cesto de basura que estaba como a un metro de nosotros.

Aún sin explicarme el porqué, me paré rápidamente de mi lugar y le llamé en forma de lo que parecía ser un grito desesperado pero a la vez también con firmeza, como si estuviera decidido a algo.

Él, quien ya se encontraba frente al bote a punto de tirar el par de latas, me miró con sorpresa. Me enfoque en sus ojos nuevamente, lo cual, no sé si fue un gran error puesto que volví a sentir de nuevo los nervios pero ahora mezclado con esa gran ráfaga que había invadido anteriormente mi pecho, con un calor que inundaba mi rostro jurando que era porque se había ruborizado y con mi cuerpo temblando sin que pudiera controlarlo o al menos tener algo de dominio sobre él.

-Yo...-y justamente cuando iba quizás a decir lo que mi corazón había tratado de ocultar por quien sabe cuántos años; mi vista periférica anunció una luz brillante que se aproximaba cada vez más hacía a mí, al voltear completamente hacía lo que venía, lo figure rápidamente a un auto, quedando completamente inmóvil por el impacto que en segundo se convertiría en mi fin.

Oí el sonido de las latas impactándose contra el suelo y sin darme cuenta, yo ya me encontraba tirado en el piso, mis ojos temblorosos y ese ligero mareo que sentía hacían que mi vista estuviera desenfocada en el lapso de unos segundos, al aclararse cada vez más fui presenciando la escena que más me perseguiría toda la vida...en donde Fumio había sido un héroe, pero, no para si mismo.  

Moon Of My Life ♡ #1 (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora