No sé si estoy soñando o estoy despierta. Tal vez en algún lugar en el medio, pero creo haber soñado de nuevo, que nos volvimos una.
Me despierto completamente desnuda en una cama que no es la mía, pero no me importa. Al instante en que abrí mis ojos, me sentí la persona más afortunada del planeta. Soy capaz de ver tu rosto como primera cosa al despertar, tú a mi lado, pacíficamente durmiendo.
Es simplemente tan mágico que no puedo creerlo del todo todavía. Yaomomo esta a mi lado, siendo tan hermosa como solo ella puede serlo y yo tengo el honor de presenciarla.
Sus labios se ven tan irrestibles, todo de ella lo es. Su cabello cae suavemente por su cara y mis dedos se mueven antes que mis pensamientos, acariciando su cabello con dulzura. No puedo evitarlo, esta mujer saca de mi un lado tan enamorado y estúpido, que a veces me da miedo el amarla tanto.
¿Que hago, si algún día te vas? Si decides que yo no soy suficiente para ti, que quieres una vida que yo no te puedo proveer o si cambias de opinión en el segundo en que te digo que te amo. No quiero ni imaginarlo, no podría soportarlo.
Quiero que me digas que siempre me amarás, pero sé que probablemente no es posible. Tal vez esta noche fue un error para ti, pero lo significa todo para mi.
Finalmente he podido besarte, como he imaginado en todos estos meses. Y he podido acariciarte, como siempre he querido. Es demasiado bueno para mí, para no dudar.
Aún así, espero no ser una casualidad y que esto sea de verdad.
Te admiro de nuevo, tus senos desnudos acarician la superficie de la cama, llevando a mi cara a sonrojarse y mirar hacia arriba de nuevo. Hacia tu cara relajada y sin preocupaciones, me asalta la horrible necesidad de despertarte.
¿Debería despertarte con todas las palabra que no te he dicho? ¿O con un beso? ¡No lo sé! Me gustaría congelar este momento para revivirlo una y otra vez. La verdad sería trágica si no sientes lo mismo.
Te amo, verdaderamente, como una tonta cayendo directo hacia ti.
Tus ojos conocen los míos y me siento repentinamente avergonzada. Las palabras se atoran en mi boca y antes de que sea capaz de reaccionar te das la vuelta.
Mi corazón da un vuelco hacia abajo, sin ver tu cara, no sé tu reacción y me imagino lo peor.
Pasan unos segundos en los que me siento a punto de llorar.
-Yaomomo.
Mi voz se quiebra y las lágrimas salen. Siento como he arruinado nuestra amistad de años en esta noche.
Te das vuelta apresurada y preocupada. Tomas mi cara en tus manos y me besas, fugazmente. Me sorprendes, me alegras, me confundes. Haces que mi pecho se sienta oprimido por la confusión de tu beso y la carga del amor me hace feliz al mismo tiempo.
-¿Porque lloras, Jirou?
Lo dices con ternura y acaricias mi rostro. Cierro mis ojos ante la fuerza de la imagen, que no me hace pensar claramente.
-Pensé que te habías arrepentido.
-¿De qué?
Abro mis ojos y lágrimas traicioneras me nublan la visión.
-De esto. De nosotras. Pensé que tal vez te alejarías de mí por esto.
Me das un abrazo. La calidez de tu piel y el contacto directo de ella me hacen temblar, es como si en el momento en que me envolviste con tus brazos, mis dudas hubiesen desaparecido.
-¡Jamás me arrepentiría de esto! Pensé que había quedado claro con lo que hicimos, pero al parecer no fui lo suficientemente clara.
Me separas de ti y me miras con una sonrisa cálida. Una que solo yo he presenciado.
-Te amo, Kyouka. Te amo. Te amo tanto que es difícil controlar mi quirk, porque el solo pensar en ti, causa estragos en mi. Quiero ser tu todo, así como quiero amarte con todo mi ser. Te amo, Jirou Kyoka.
Comienzo a llorar de nuevo, pero esta vez son lágrimas de felicidad. Ella se acerca aún más a mi y comienza a besar mis lágrimas, repitiendo la palabra "Te amo".
Es demasiado para mi y mi pobre corazón enamorado eternamente de ella. Dejo salir una risa y ella ríe conmigo. Yaomomo. Mi Yaomomo. La miro y la beso. Lentamente, intentando transmitir toda la felicidad que siento.
-Te amo, Yaoyorozu Momo. Yo también te amo. No soy muy buena con las palabras, pero espero que sea posible dedicarte las canciones más bellas en el mundo, para lograr expresarme.
En ese momento, simplemente nos abrazamos y lloramos toda la tarde. Era algo nuevo, para ambas, saber que nuestros sentimientos eran correspondidos.
El "Te amo" llegó a hacerse incluso pequeño, para describir lo que sentíamos la una por la otra.
