A penas cruzó la puerta, Miguel ya estaba cumpliendo su sueño, nada más y nada menos que El Fantasma. Si, aquel del bate de beisbol, de pintura facial negra y traje blanco. A Miguel le recordaba bastante al Fantasma del Espacio, - es posible de que de ahí surgiera la inspiración, pensó.
-Disculpa hijo... - le dijo el luchador. Miguel no supo qué responder y solo se apartó, pero su mirada no dejó de seguirlo.
El luchador salió unos dos minutos, a saludar a la gente que coreaba su nombre en las afueras del hotel. Un contacto algo efímero, pero acaban de llegar hacía poco, un gran sacrificio dirían otros. Miguel se contentaba con mirarlo a través del cristal.
-Ahora que entre, le pediré una foto - se decía Miguel, convencido, para si mismo.
Apenas entró, se le acercó muy rápido - Disculpe señor, lo sigo desde hace mucho y me gustaría tener una foto con usted.
-Claro, como no, dijo El Fantasma mirando hacia abajo.
-Gracias.Ambos se juntaron y es ahí que sintió aquella vibra, sabía que eso quería, que la gente lo admirara por un trabajo. Muchos niños quieren, ser bomberos, policías, doctores, hasta alguna vez un amigo del colegio le dijo que quería ser papá. Él había encontrado su vocación: ser un luchador.
- Luchadores los de mis tiempos - dije el padre - ahi tienes a Jorge El Hermoso, el Enfermero, Dr. Psiquiatra, Johnny Trueno, esos si valía la pena ver.
- No te preocupes papá, yo haré que valga la pena volver a ver las luchas.
- Eso espero mijo, si no, ya sabes...Miguel tomó eso como una bendición de su padre, y nada lo detendría hasta cumplir su sueño o al menos eso creía a sus aún inocentes 13 años.
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Contra las cuerdas
Historia CortaMiguel está a punto de salir a su primera pelea televisada, pero el camino para él no ha sido nada sencillo. ¿Cómo se logra evitar tantos recuerdos , tantas peleas, amistades y traiciones? Miguel está a punto de descubrir que quizás no es tan fácil...