~Cap. 3~

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Terminando una larga y pesada tarde  de estudio con mi amigo, nos deshicimos de todos los libros, hojas de apuntes y cuadernillos. Dimos paso a algunas rondas de videojuegos. Él sentado sobre un pequeño sillón amarillo que estaba en el piso de madera dentro de su habitación. Ambos con controles en mano, iniciamos otro juego más, este ahora era de carreras. Llevábamos 3-1 a mi favor.

-Hey Jimin!-grite a lo que el aturdido me miró y llegué a la meta ganándole por cuarta vez. Sonreí victorioso y una almohada dió contra mi cara.

-Eres un idiota.-gruño el pelinaranja con su rostro serio, pucheando como todo un bebé dejando su control en el piso, deje el mío sobre su cama.

-No es mi culpa que seas tan mal jugador-me encogí de hombros sin borrar mi gran cara de ganador, provocándole más.

Vi como se paraba de aquel acolchonado asiento, ya estando sobre sus pies agachó un poco parte de su cuerpo para sacar con su diestra uno de los zapatos que tenía puesto, lo sujeto como algún tipo de misil a punto de ser lanzado hacia mí rostro, pero un grito lo interrumpió y yo solo suspiré aliviado.

Hey chicos, hay pizza!- era la mamá de Jimin gritando desde la cocina con su voz melodiosa que era tan característica de ella. Los dos intercambiamos miradas, segundos después mi amigo salió disparado de su recámara.

-El último que llegue se encargará de los trastes sucios!-grito ya estando en el pasillo. Jamás importaría si tuviéramos 30 años, seguiríamos  jugando asi.
Yo no dude y corrí hasta alcanzarlo tirando de el, forzejeamos. Lo empujaba y el a mi, jalandonos de nuestras ropas con las manos.

-Hey jovencitos, comportence tenemos visitas.-tosió la sra Park, cortando nuestra gran pelea. Tanto mi amigo como yo giramos nuestras caras sin soltarnos, sonriendo como disculpa al ver la cara de su madre. Pero a pesar de ello mi atención se vio puesta más en la chica que tomaba la mano de Taehyung. Era linda, ojos marrones al igual que su cabello largo y bien cuidado. No era tan alta, apenas la cabeza de esta llegaba al hombro del castaño, su piel estaba un poco más blanca que la de él y llevaba puesto un vestido azul cielo con encaje y olanes en la parte inferior, zapatos negros y un pequeño bolsillo color pastel colgaba sobre su hombro.

-Chicos... Ella es Wen, la prometida de Tae- anuncio la tía del mencionado y mi estómago se revolvió. Así que era ella.

Wen nos sonrió, aunque queria negarlo lucía tan tierna. Hizo una pequeña reverencia en forma de saludo, sonrió de nuevo. Ya comenzaba a irritarme esa sonrisa tan perfecta.

-Lo mismo digo- ahora era Jimin el que hablaba. Nisiquiera me percate en que momento fue que me soltó. La verdad no me importaba nada en ese momento, solo inspeccionar a la chica, como si fuese un tipo de máquina del futuro que intentaba buscar hasta en el más mínimo detalle para hallar algún error de ella. Ninguno. Maldije bajo.

Si fuese heterosexual, una chica como Wen me habría hecho demasiado pero demasiado bien.

-Igualmente-dije con la poca paciencia que contaba, rogándole a mi cuerpo rígido ablandarse y a mis dientes dejar de apretarse.

-Bueno bueno-interrumpió el señor de la casa. -Demonos prisa o está pizza será imposible de comer-

Todos rieron ante su comentario, todos menos yo. Tomamos asiento cada quien a una de las silla del gran comedor, pasamos los platos hasta que se repartieron los que debían, me encargue de servir el refresco, luego entregar los vasos a cada persona. Me mantuve afligido, entreteniendome con mi pizza y celular.

-Pero díganos como es que se conocieron?-

Tensión y más tensión había provocado la mamá del pelinaranja ahí. Tanta que podía quizás tocarla.

Oh bueno...- hablaba una incómoda Wen.

Así que nadie más a excepción de Jimin y yo sabía del compromiso obligado. Ahora muchas cosas cobraban el sentido. Si lo supieran lo permitirían? Tal vez no o tal vez si. Por qué estoy pensando en esto. Concéntrate Hoseok, me decía a mí mismo.

-Fue en el colegio, ese día ella había llegado al aula y yo estaba poniendo en orden algunas cosas que el profesor me había dicho. Ella estaba perdida así que me decidí a darle un poco de ayuda. - Tae decía sin mucho interés y volteo a verme. Yo me agache bufando así que seguí comiendo.

-Es cierto, vaya que te acuerdas-sonrio ampliamente la prometida de Tae tomando su mano de nuevo. Quería vomitar toda la deliciosa pizza que me acababa de comer, pero opte por servirme más de refresco tomándome todo el tiempo del mundo para terminarlo.

-Vaya qué lindo...- suspiro dramáticamente la mamá de Jimin y abrazando al señor Park continuo- No lo crees, cielo?- el padre de mi amigo asintió riendo.

-Para cuando tú y Hoseok, Jimin?-hablo la señora Park en forma de broma analizandonos a los dos. Yo me quedé sin expresión alguna sin embargo voltee a ver a mi amigo y este estaba rojo hasta las orejas, tosiendo debido a que algo de pan se había atorado en su garganta por unos milisegundos. Golpeé suavemente su espalda, me sonrió tímidamente susurrando un gracias.

-Mamá. Eso no fue nada gracioso- contestó Jimin cambiando radicalmente su estado de ánimo.

Su mamá se disculpo y siguieron hablando de trivialidades. Yo no estaba conectado a la conversación. Cómo siempre, me volvía a perder en mis pensamientos. Me dolía ver a Tae con alguien más, pero no eramos nada, nisiquiera tenía el derecho de ponerme así. Cada que su novia hablaba, yo hacía algunos gestos de desagrado. Para mi edad realmente estaba actuando muy infantil. Pero ya no iba a seguir con eso, era incómodo e incomodaba, pude darme cuenta ya que Tae y Jimin no intercambiaban ninguna palabra con los demás.

-Si me disculpan, tengo que volver a casa- interrumpí en aquella conversación parándome de mi asiento y tomando los trastes que había ocupado para llevarlos al fregadero

-Tan temprano, hijo? Puedes quedarte si quieres, ya lo sabes-oi tras mi espalda la voz cálida de la madre de mi amigo.

-Oh no... De verdad esta bien, no se preocupe-hable con más inseguridad de la que debía. Caminando hasta la puerta de la casa, agarré mi sudadera del sillón para ponermela.

Jimin me miraba sin entender al igual que Tae, logré notar algo de decepción en el rostro del segundo nombrado o tal vez el refresco había estado alterado, haciéndome imaginar cosas que no. Metí mi móvil al bolsillo, subiendo el cierre de mi chaqueta dándome media vuelta, sonriendoles a todos los presentes.

-Te veo mañana, Jimin. Qué descansen-

Fue lo último que dije antes de cerrar la puerta, dejando al aire fresco que recorría las calles llenar por completo mis pulmones.

Prohibido ∆Vhope∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora