Y pensar que todo empezó con una mirada furtiva tuya que fui capaz de captar mientras me hacía la distraída bebiendo mi café en ese bar y fingiendo leer mi libro.
Estabas solo también, y no hacías otra cosa que otear el horizonte por la ventana que tenías a la derecha y de vez en cuando,te girabas para observarme cuando creías que no me daba cuenta.