━━━ 𝗟𝗘𝗚𝗢𝗟𝗔𝗦 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗜𝗡𝗔𝗦

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0.1│LEGOLAS GREENLEAF


—¿Qué?

Parpadeaste ante el repentino tono rojo que había invadido la cara de cierto Príncipe. Supiste que algo iba mal cuando él no te habló y solo se dedicó a mirarte en silencio. Legolas siempre era elegante y bastante molesto la mayoría de las veces, sin embargo jamás lo habías visto sin palabras.

—¿Qué? —Repetiste, frunciendo el ceño.

Te mordiste el labio, repasando todo lo que hiciste en los últimos cinco minutos buscando una respuesta ante la repentina reacción del elfo.

Incluso las elfas femeninas, las cuales no recordabas en absoluto sus nombres, comenzaron a reírse entre dientes. Volteaste a mirarlas, pero en el mismo instante en que lo hiciste, volteaban su rostro y se encerraban otra vez en sus propios mundos, hablando entre ellas con sus suaves voces, como si no hubieran estado escuchando en absoluto. sin embargo cuando regresaste tu atención a Legolas, sus risas llegaban a tus oídos otra vez.

Grupo de irritantes ingratas.

—No voy a preguntar para siempre. —Dijiste, golpeando el suelo con tu pie, enojada.

Esto pareció llamar la atención de Legolas sacándole de su estado de parálisis.
S

e aclaró la garganta y sus ojos aterrizaron en todas partes menos en ti.

—¿T/N? —Pronunció, con nerviosismo, sin embargo con nerviosismo volvía a la mormalidad—. ¿Tú...trenzaste flores en mi cabello?

Asentiste levemente sin apartar tu mirada de él.

—Lo hice. —Respondiste frunciendo los labios, todavía confundida—. ¿Cuál es el problema? Estabas tan concentrado meditando, que me aburrí. Literalmente puedes sentarte allí por horas en sintonía con la naturaleza, Legolas.

—No me di cuenta.

—Podría golpear un tambor en tu cara y aún así no te darías cuenta.#

Sea lo que sea que hayas hecho, era una mierda, la cara de Legolas así lo preveía.

—Pero oye está bien, si quieres puedes trenzar el mío, no es tan malo.

Y ante esto, el rostro del elfo se tornó más rojo de lo que creías posible.

—De todos modos, —Decía Legolas con una expresión divertida a pesar de su sonrojo—. ¿Estás consciente de las implicaciones?

Los elfos que se encontraban a su alrededor comenzaron a reír de forma descarada. Las ganas de querer golpear el rostro de cada uno, cada vez eran mayores.

—¿Implicaciones? —Repetiste lentamente—. ¿Acaso hay algún ritual elfo que hice y no sabía? ¿Te he condenado a muerte? —Jadeaste dramáticamente.

Legolas se cruzó de brazos, al mismo tiempo que una sonrisa que solo prometía problemas, florecía en su rostro.

—Yo, uh...—Reías nerviosamente.

—Está bien. —Su sonrisa creció y con ella tu ansiedad—. No eres más que una mortal, una humana. No lo hubieras sabido.

—¿Qué hice, Legolas? Solo escúpelo.

Legolas metió un mechón rubio detrás de su oreja, mientras sus ojos brillaban.

—Los elfos tenemos la costumbre de cortejar mediante el trenzado.

Tardaste un tiempo en asimilar sus palabras, hasta que finalmente pudiste articular alguna palabra.

—¿Qué?

Legolas se inclinó hacia ti y de inmediato tus mejillas se tornaron rojas. El fuerte olor a menta, pinos y bayas frescas invadió tus sentidos.

—En otras palabras, T/N, me pediste que me casara contigo.

Un alfiler pudo haber caído y causar un estruendoso sonido ante el silencio que surgió en el lugar.

—¿Qué? —Repetiste consternada.

Él solo sonrió inocentemente.

—No solo eso, sino que también sugieres que te trence el cabello. Pareces bastante ansiosa por que esto ocurra, pero me temo que prefiero cortejarte o, como dicen los hombres, "salir" antes de pronunciar nuestros votos.

—Yo...no...yo...tú--

No podías respirar y sentías que el karma te golpeaba debido a todas tus burlas anteriores.

Legolas se agachó con elegancia para recoger la bolsa que habías dejado caer, debido a la impresión.

—Está bien, no tienes que decir nada. —Dijo amablemente el mal nacido, mientras tú lo mirabas fijamente—. Sé que debe ser un poco difícil de asimilar, pero al menos déjame pensar en tu propuesta antes de dirigirte a mí con ojos obscenos.

Saliste de la impresión, con una mirada horrorizada y avergonzada.

—¡Tú, pequeño hijo de--Intentaste agarrarlo, sin embargo él ya se había ido.

—Que tengas una buena tarde, T/N. –Dijo antes de saltar a los árboles al final del claro. Lo último que pudiste divisar fueron mechones rubios que desaparecieron a medida que Legolas se alejaba.

Murmuraste maldiciones mientras hacías pedazos las flores en tus manos.
Sin embargo, tu pequeño berrinche se vio interrumpido por un elfo. El cuál te rozó con gracia, mientras una sonrisa serena pero juguetona se extendía por su hermoso rostro.

—En mi opinión, él no dijo que no.

Ahora era cuándo querías morir o al menos te tragara la tierra.


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se me olvidó decir que también traduzco pq sé q muchos no saben inglés y se pierden tremendas joyitas ah

𝐋𝐄𝐆𝐎𝐋𝐀𝐒 ━━━ 𝐢𝐦𝐚𝐠𝐢𝐧𝐚𝐬. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora