Dark❤ |James y tu|

Capítulo 20

James se puso detrás de mí en el espejo. Vi como sus manos se fueron detrás de su cuello, sus dedos liberando el agarrador de la cadena de plata. Se había puesto ese collar varias veces; supuse que el objeto tenía algún significado para él. Mi voz se mantuvo callada. Encontré mis ojos cerrados cuando James bajó la cabeza, con la boca mordiendo mi piel. Le ofrecí mayor acceso, inclinando mi cabeza ligeramente. Aprovechó la oportunidad, sus dientes mordisqueando ligeramente antes de deslizar su lengua por mi cuello.
Mis ojos se abrieron de golpe cuando sentí algo frío tocar mi pecho. James cuidadosamente ajusto el collar dejando el colgante con forma de avioncito de papel apoyado en el valle entre mis pechos. Él observó atentamente mis acciones en reflejo, tratando de determinar mi reacción. Mis dedos yendo a jugar con la nueva adición alrededor de mi cuello.

"Yo-yo ..." Mi boca no pudo formar palabras.

"Quiero que te lo quedes." Susurró James.

Sus cabellos cosquilleando contra mi piel mientras besaba mi mejilla.

"James". Hablé en voz baja.

"Para que la gente sepa que eres mía."

Mi cuerpo giró en su agarre.

"E-es que la única razón por la que me llevas esta noche, p-para mostrarme."

Apreté mis manos a su pecho, aumentando la distancia entre nosotros. Él frunció el ceño, sacudiendo sus cabellos. Un suspiro cayó de mis labios mientras pasaba por su lado y hacia mi dormitorio. Di un grito ahogado cuando James cerró de golpe la puerta, cerrándose antes de que pudiera salir, mi cuerpo se vio obligado en contra de ella.

"Sabes muy bien que no es por eso." Su voz ronca sosteniendo molestia.

"Entonces dime".

Sus ojos se oscurecieron a petición mía, su nivel de irritación creciente. Pero no me importaba. Mis ojos mirándolo, esperando que sus labios se movieran pero no lo hicieron. Se quedó en silencio. Mi mirada se apartó de su rostro, no siendo capaz de mirarlo. Empujé a James molesta. Él me permitió abrir la puerta y escapar hacia mi dormitorio. Me senté en el extremo del colchón, mirando hacia abajo y jugueteando con mis manos. James caminó lentamente hacia la habitación. Dudó un momento antes de acercarse a mí.

"Yo te quiero conmigo." James tranquilamente habló.

Sus grandes manos se apoderaron de mis hombros, suavemente empujándome hacia la cama. Mi cabello desplegado alrededor mío en el edredón. Poniéndose encima de mí, James bajó la cabeza, empujando a un lado la mía. Mis ojos se cerraron cuando sus labios llegaron a mi oído.

"Eres hermosa, inteligente." Besó el punto justo debajo de mi oreja. "Linda". Me sonrojé, un cosquilleo
por el calor en mis mejillas mientras James se rió entre dientes. "Inocente." Su voz más baja y profunda que antes. Un jadeo cayendo de mis labios entreabiertos en cuanto una mano grande y cálida se deslizó hasta el interior de mi muslo. "Pendenciera." Su tono se volvió travieso. Mis uñas se clavaron en sus hombros mientras su lengua se pasó en alineación entre mis pechos. Sentí a James mordisquear la piel de mi pecho antes de tomar el colgante del collar entre los dientes, tirando de el juguetonamente. Lo soltó segundos después, viéndolo caer a mi pecho.

"Quiero que te lo quedes." James hizo una pausa. "P-para demostrar lo mucho que me preocupo por ti."
Habló en voz baja.

James me miraba, vacilante de mi reacción. Mi corazón se agitó al oír sus palabras, una sonrisa apareciendo en mi cara mientras mis mejillas se ruborizaron. Parecía un poco aliviado de que yo no había entrado en pánico y lo haya empujado. Levanté la mano al cuello, suavemente jalándolo hacia abajo. Mis labios rozando sobre los suyos antes de pasar a su oreja.

"Yo también me preocupo por ti." Susurré.

***

Habíamos llegado al evento organizado por el amigo de James, Sean, hace una hora. Yo lo había conocido brevemente una vez esa noche en el club , la cual había tratado de borrar de mi mente. Tuvo lugar en una galería de arte muy moderno. El trabajo notable de Sean mostrándose en las paredes contrastantes y blancas. Me presentaron a una cantidad de personas que no tuve oportunidad de recordar sus nombres. Estaba lleno en la exposición enorme, un montón de gente discutiendo sobre los cuadros colgados. Me quedé paseando mientras James fue a traernos bebidas.
Me encontré cautivada por una imagen en particular. Mis ojos explorando sobre los colores oscuros. Me acerqué intrigada por la imagen en frente de mí. Era de un muchacho y una muchacha. Sus brazos envueltos alrededor de su porte más pequeño, con el pelo largo y castaño que fluía en la brisa. Se abrazaban, casi como si tuvieran miedo de dejarse ir. Mi boca se abrió un poco mientras mi mirada aterrizaba en el muchacho. Era más alto. Tenía el pelo en cabellos oscuros. No se podía ver porque estaban acurrucados uno junto al otro. Un bosque oscuro era el trasfondo de su abrazo amoroso. El lugar elegido tenía algo de una naturaleza misteriosa.

"Aquí tienes." James me dio un vaso.

"Yo-yo ...."

"¿Qué?" Él sonrió.

Me volqué a la pintura. Se puso de pie detrás de mí, con los brazos envueltos alrededor de mi cintura mientras apoyaba su barbilla en mi hombro. Sentí el agarre de James apretándose mientras absorbía la imagen en frente de nosotros.

"¿Te gusta?"

Me sobresalté cuando Sean se acercó a nosotros. Mi cabeza se volcó hacia él, James levantándose de mi hombro. Asentí con la cabeza.

"Es hermoso." Hablé. "Se ven como si estuvieran enamorados."

Él sonrió ante mis palabras, mirando a la pintura luego de vuelta a nosotros.

"Está inspirado en ustedes ... en los dos." Él asintió con la cabeza hacia James y a mí.

Debo haber parecido un poco desconcertada al mirar de nuevo a la imagen, James se movió para estar al otro lado de mí, nuestros brazos rozándose. Mi mente saltó por ahí tratando de procesar la información. Estaba claro que el chico de cabello despeinado quería proteger a la chica que tenía en sus brazos amorosamente. Quería mantenerla a salvo. James.

"Los veré más tarde." Sean habló, rompiendo el silencio.

Mi enfoque estaba todavía en la pintura mientras se alejaba. Segundos más tarde, sentí una mano cálida lentamente viajar por mi brazo. James entrelazó nuestros dedos, apretando suavemente. Su pulgar frotando sobre la piel. Mi cuerpo inconscientemente se acercó más a él.

"¿James?" Una voz chillona hizo eco.