Dark❤ |James y tu|

Capítulo 53

"¿Te vas a dejar la camiseta puesta?"

La mayoría de la atención de James estaba en la carretera, observando los autos que pasaban, pero yo sabía que su pregunta se debía a algo que lo molestaba, sin importar que tan casual lo hubiera dicho. Y más aún cuando le respondí con otra pregunta, su actitud despreocupada se quebró un poco.

"¿Vas a usar el tuyo en la piscina?"

"No." Se burló.

Su objeción daba a entender que mi sugerencia era absurda.

"Bueno, no lo esperes de mi tampoco." Metí otro M&M a mi boca.
"Estoy segura que tendrás a muchas chicas mirándote, pero no me voy a quejar."

No en voz alta de todos modos, solo les advertiría mentalmente que se mantengan alejadas. Mi deseo de permitir a cualquiera el privilegio de apreciar a James quitándose la ropa era de una existencia nula. Había visto la forma en la que llamaba la atención del género femenino antes, y no puso nada de esfuerzo de su parte. Podría estar usando una bolsa plástica y causar la misma reacción. Sin embargo, hay momentos en los que nadie se atrevería a acercarse a él, momentos en que la áspera aura de sus ojos no es capaz de agudizar a las mujeres.

Pero yo estaría ahí. Incluso si estuviera consumido por su pasado, yo estaría ahí.

"Está bien." Gruñó, cambiando la canción del iPod.

"Buen chico." Le palmee la cabeza en broma antes de darle un M&M como "recompensa".

"No soy un perro, ____."

Su tono daba a entender que no estaba aceptando en chocolate, ni siquiera como un reto.

"No." empecé. "No un perro, tu parecido va mucho más para cachorro."

Mi voz de nena pareció agitarlo, saco una mano del volante para alejar mi mano antes de que yo pellizcara su mejilla que se volvía cada vez más rosa.

"¡Se amable!" Dije, botando algunos dulces de colores en el asiento.
"Lo dije con cariño."

"___, no en el coche." Me regañó.

Mi empeño para recolectar los chocolates que se cayeron, fue acompañado por ojos moviéndose. Fue solo una vez. Una vez di vuelta una botella de coca cola en el asiento de copiloto y ahora James estaba paranoico de que diera vuelta cualquier cosa que arruinara su preciado auto. Estaba incluso segura de que si no hubiera sido porque teníamos la agenda apretada, James me hubiera hecho comer el chocolate afuera, antes de dejarme subir a su amado vehículo.

•••••
"Maldita sea." Exclamé.

Apreté mis palmas en la ventana mientras James se detenía en un camino de grava. Era preciso decir que nunca había visto una casa como aquella, a excepción de algo por la televisión. James había minimizado por completo en tamaño del lugar, y la belleza.

"Lo sé, está bien." James rió suavemente.

Nos detuvimos en el borde de césped, había una serie de otros coches, no todos ellos estacionados tan perfectamente como James, pero estaban alineados en todos los colores. El coche de James era el único negro.

Pequeñas piedras crujieron bajo mis Vans cuando camine alrededor del capot para llegar a James. Mi cuerpo se ajusto estrecho al suyo, un brazo suyo envolviéndome y fijándome en mi sitio. Sus dedos estaban extendidos encima de mi hombro izquierdo, acción que reafirmaba la promesa de mantenerme siempre a salvo, siempre bajo su protección.

Nuestros pasos perturbaron la grava, nuestro movimiento casi al tiempo del son del bajo que sonaba a través del lugar, silencioso. Mis piernas trabajaron al doble, dos pasos por cada uno de James mientras nos acercábamos a la moderna residencia. Era un enorme edificio de ladrillos rojos, la música sonaba a través de las ventanas, lindas enredaderas de flores trepaban por los costados de la puerta principal. Era un real contraste. Coberturas gruesas marcaban los limites que bordeaban la casa, me hubiera gustado estar en la casa a la luz del sol y sin la música perjudicando la vista.