Problemática kohai.

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En una prestigiosa empresa de Tokyo dedicada principalmente al impulso de múltiples mini-emprendedores ya sea con mano de obra, infraestructura o simplemente asesoramiento financiero y manejo de la misma, los trabajos solían variar, a veces eran algo sencillo con clientes sencillos y fáciles de tratar, otros eran todo lo contrario y extremadamente estresantes, para mala fortuna de Ayase Eli, una de las mejores de la empresa solían tocarle siempre los clientes de ese último tipo, para empeorar las cosas hace unos meses entró a trabajar Tojo Nozomi, una mujer mayor a ella por pocos meses pero su actitud despreocupada e incluso algo infantil le eran un poco molestos, nada que no pudiera manejar solo había dos cosas que le irritaban sobre las otras.

— Elicchi-sempai ¿Qué tal el nuevo cliente? —Preguntó con su molesta sonrisa y brillantes ojos esmeralda.

— Mal, como siempre solo me tocan los exigentes y neuróticos —Deseaba tener al menos un cliente como los que le tocaban a su kohai, todos eran siempre amables y tranquilos, como esa chica Koizumi o Minami con las que se encontraba tratando la última semana.

Esa era una de las cosas que no soportaba de esa mujer, su bendita suerte de llevar siempre la parte fácil del trabajo, en cambio ella era todo lo contrario.

Lo otro era.

— ¿Quieres ir por un parfait saliendo? —Preguntó pegándose a su cuerpo cada vez más aun con ese inocente rostro.

Que no la dejaba en paz, siempre se la pasaba pegada a ella, siguiéndola, invitándola a cualquier parte, llamándola por ese raro apodo que pese a sus intentos de que dejara de llamarla así no lo hizo, siempre molestándola cuando ella buscaba un poco de paz y tranquilidad.

— O ¿Tal vez quieras ir a un restaurante? —Continuó ignorándola casi por completo pero no se soltó del brazo donde la sujetó — Tal vez algún bar ¿Qué opinas?

Suficiente, su paciencia tenía un límite y esta mujer lo rebasó hace mucho.

— ¿Por qué sigues insistiendo? —Prácticamente escupió molesta soltando su brazo con brusquedad.

— Porque me gusta estar con Elicchi-sempai y quiero aprender de ella —Respondió sin perder su inocente sonrisa.

— Hoy no estoy de humor para soportar tus bromas, déjame sola.

Sin pretender continuar con eso Eli intentó alejarse de ella pero como era de espera, la siguió

— Pero hablo en serio, quiero aprender de Elicchi-sempai.

— Busca a alguien más, como Yazawa.

— Yo prefiero a Elicchi-sempai.

Y se detuvo en seco.

— Escucha bien lo que voy a decir porque no pienso repetirlo —Se giró para encararla — Mis clientes son muy estresantes y no dejan de pedir cosas absurdas, todo lo que quiero es terminar rápido con eso y descansar un poco.

— Lo sé, y por eso intento ayudar a.

— ¿Lo sabes? —Su tono fue de sarcasmo — Entonces dime, ¿Por qué no me dejas en paz? Ya es suficiente con esos idiotas que creen tener siempre la razón como para que una acosadora no deje de molestarme en mi oficina y hacer mi trabajo con la poca paz que tengo y además de eso no deja de invitarme a salir sabiendo que tengo mucho trabajo entre manos.

Antes de darse cuenta ya la tenía contra la pared y ahora el rostro de su kohai solo demostraba miedo y culpa.

— Yo-yo lo sien.

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