Capitulo 8 - La Pelea.

4 0 0
                                    

- Nathan, escuchame un segundo.

- No tengo tiempo, adiós.- pego media vuelta y se fue.

****

Pasaron las horas arduamente, y sentía un poco de pesar, no entendía él porque Nathan no quería hablar conmigo, estaba demasiado raro... Bien que no lo conocía demasiado para saber que le ocurría, pero se que algo le pasa.

Ya era tiempo, faltaban solo unos minutos para que por fin saliéramos de esta prisión, digo escuela. Era momento de hablar con Nathan.

Lo veo entre la multitud, alejándose con sus auriculares puestos pensando en todo, obstruido con sus problemas.
No me va a escuchar, se nota, así que lo seguiré.

Si, si suena a maniática, pero sino no podría hablar con el, y creo que ambos necesitabamos hablar.

Cada vez me daba cuenta cuantas cosas teníamos en común con Nath, amábamos la musica con nuestro ser, nos dejábamos llevar y nos aislabamos del mundo entero para enfocarnos en un mundo distinto, en nuestro pequeño y bello mundo.

Lo sé, suena cursi y bla bla bla, pero así pienso yo, y él igual.

Luego de una caminata bastante larga, llegamos a una hermosa plaza, estaba decorada como si fuera París, todo tenia un toque parisino, los bancos pintados de blanco, los niños jugando en los toboganes y hamacas.
Dejo de concentrarme un poco en él lugar y veo la calle, por lo que dedusco estamos a unas 50 cuadras de el recinto escolar, y eso significa que estamos en San Diego Norte, la parte mas "rica" de la ciudad. Y ahora si, lo logro visualizar nuevamente a él, sentado en un banco con la mirada perdida, y no hay mejor momento que ahora.

Me voy acercando sigilosamente para que no me vea, y lo ataco por detrás, okay eso sonó feo jajajaja.

- Buu!

- Diablos, Hoffman, me asustaste.- dice Nathan maldiciendo.

Pero yo lo único que puedo hacer es reírme, si le hubieran visto la cara, ay dios mio.

- Lo siento, no queria asustarte,- y me sigo riendo, ahora como maníaca.- o tal vez si.

Ya decido calmarme, y ponerme seria.

- Que haces aquí? Acaso me seguiste?, - interroga.- Porque que yo sepa tu casa esta del otro lado de la ciudad.

Como sabe que? A claro él me llevo él día del parque.

- Pues si, la verdad si te seguí.- me mira incrédulo.- Pero porque no estabas bien y me preocupo por ti..

Ojala no haya sonado tan cursi.

*claro que sonó cursi, tonta holy*

Ya callate cerebro.

- No tendrías...

- No tendría, pero quise hacerlo Nath,- lo miro a los ojos.- soy todo oídos, dime.

- Holy no quiero cargarte con mis problemas..

- Que va, Dime.

- Es mi hermano.- hace una pausa- él tiene problemas con las drogas, ya es mayor pero...

- Tranquilo.-me acerco más a él.-

- El ya es mayor pero de vez en cuando viene a pedirle dinero a mi padre y luego, empiezan a discutir y golpearse....

Veo su mirada, tan perdida, tan molesta, tan triste.

- Y con mi madre nos encerramos o a veces ella sola se encierra, por su protección. Y yo me siento un inútil por no poder hacer nada. Ya no lo reconozco.

- No te sientas inútil, estas protegiendo la vida de tu madre, estas protegiendo una vida!. No eres inútil.

- Lo sé, pero así me siento. Ya no veo en su mirada al niño de ocho años que jugaba conmigo en los columpios, ya no veo a ese Max.
Y bueno, él a venido ayer a pedir mas dinero, porque ya no tenia y solo nos encontrábamos mi madre y yo, así que lo único que hice fue decirle a mi madre que suba y se encierre en la habitación especial que yo me encargaba, para decirle a Max que se vaya que yo luego iba y le depositaba, cosa que no hice. Y así vienen todas estas semanas y ya no puedo ver a mi madre así.

Colapso, se le caían las lágrimas, no me imagine tal situación, pero el siempre me tendrá.

- A mi siempre me tendrás Nath, siempre. - y lo abrace de la mejor manera que se puede abrazar a alguien, conteniéndolo y sin peligro alguno. Se desahogo, lloro hasta la ultima lágrima.. Y no significaba debilidad, sino demasiado tiempo siendo fuerte, demasiado tiempo guardandose todo. Y si quien iba a decirlo, quiero a Nathan Parks.

- Tengo una idea,- dije sin separarme de él.- vayamos a comprar helado y luego vemos unas películas en mi casa, si?

Se separa de mi y me mira inmóvil, sin creer que eso haya salido de mi boca. Y pues claro, que vas a esperar de una chica que mucho no te soporta, no?

- La señorita Holy Hoffman me esta invitando a pasar la tarde con ella?

- Así es niño tonto, así que será mejor que te levantes de ese banco y me sigas.

- Como la señoría mande.

Nos levantamos del banco y nos fuimos directo a comprar él helado.

Entre risa y risa, no nos habiamos dado cuenta que ya estabamos en la heladería.

“ Riko's : Heladería familiar”

Se podía visualizar él cartel, nos adentramos a la heladería, pedimos dos kilos de helado *bien gordos nosotros dos* y Nath pagó, ya claro esta que no me dejo pagar a mi. Salimos de allí y fuimos rápido hacia mi casa que solo se encontraba a unas cinco cuadras nada mas.

Por fin llegamos, ya me estaba muriendo, ya que a Nath se le ocurrió hacer una carrera hasta mi casa, no hace falta decir quien gano, es obvio que Nath si él estuvo en equipo de atletismo y ahora de socker.

Abro la puerta y me inunda un olor a limpio, un olor florar diría yo. Se ve que mi madre antes de irse al trabajo limpio todo. Tengo él derecho de poder decir que tengo a la mejor madre del mundo.

- Bienvenido a la Holy's House. - digo tratando de sonar graciosa.

- Wow, es hermosa.- dice refiriéndose a la casa, pero lo voy a pillar, ya le tengo confianza y debo decir que no es nada bueno eso.

- La casa o yo?.- pregunto sin dejar de reírme.

- Ambas.- afirma. Wow no me esperaba eso.

- Em si quieres pongo los helados en él congelador mientras seleccionamos las películas. Va?

- Vale.

Bien, dejo mi mochila a un lado, me desprendo de mi abrigo y me adentro en la cocina, y WoW esta reluciente esto, qué producto usó mi madre esta vez? *Holy deja de pensar eso y guarda él helado* Ah cierto.

Alabama© | Atrévete!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora