El poblado de Dos Patas rebosaba de actividad, un gato negro estaba sentado sobre un montón de cajas, su mirada azul no mostraba ninguna emoción mientras observaba a sus gatos escarbando entre enormes montones de basura. Una gata gris colocó un pedazo de carne al frente del gato negro. Este la despachó con un gruñido; en ese momento no le apetecía comer.
De pronto, un musculoso gato blanco y negro apareció en un frondoso jardín de Dos Patas empujando a un flacucho gato atigrado gris, el cuál se sentó al borde del jardín, como si temiera tener que salir corriendo entre la vegetación en cualquier momento, el gato negro sabía perfectamente porqué.
- Azote - gruñó ferozmente el gato blanco y negro -, estaba robando comida y me encontré con este idiota.
- Gracias Hueso, déjanos a solas.
Azote estaba furioso, Guijarro había vuelto unos cuantos días después de que este decidiera unirse a sus peores enemigo: los gatos del bosque.
Saltó de la montaña de cajas y aterrizó a un ratón de distancia de Guijarro, el gato se encogió de miedo, murmuró:
- Azote...
- Guijarro - bufó el gato negro con frialdad.
- Yo solo...
- ¡Silencio! - espetó Azote - Dijiste que te ibas con tu amiguito Cola Rota y prometiste nunca volver, ahora te veo al frente mio.
- Azote, por favor... si Estrella Mellada se entera que estoy aquí va a matarme.
- No me importa tu tal Estrella Mellada ¿porque estás aquí?
- Es difícil de explicar - admitió el antiguo guerrero del Clan de la Sangre.
Azote lo fulminó con la mirada.
- Esta noche, Fauces Amarillas... quiero decir...esta noche nuestra curandera recibió una señal del Clan Estelar...
- El Clan de la Sangre no cree en el Clan Estelar - bufó Azote, Guijarro se arrastró hacia atrás hasta rozar un colorido arbusto del jardín.
- No importa - maulló el gato con voz temblorosa -, solo escucha.
- Está bien - gruñó el líder del Clan de la Sangre sacudiendo la punta de la cola con exasperación.
- Lo más misterioso fue que solo me lo contó a mi - murmuró Guijarro -, me metió a la guarida y dijo que la mejor guerrera del bosque sacaría de las penumbras al Clan de la Sangre.
Azote entornó los ojos y Guijarro empezó a retroceder con el pelaje erizado.
- El Clan de la Sangre no está en las penumbras - aulló el gato enfurecido - ¡Esa gata está loca! ¡El Clan Estelar son inventos para cachorros! - clavó la mirada en el tembloroso gato - ¡vete de aquí y no vuelvas nunca!
Guijarro dio media vuelta y salió corriendo a toda prisa.
- Persigue a ese gato Hueso - ordenó Azote -. Espero que no tenga mucha prisa en volver.
Hueso asintió, llamó a otros dos gatos con un maullido y salió detrás de su antiguo compañero.
Con el pelo aún erizado, Azote tocó a una gata blanca y negra con la nariz antes de subir a su montón de cajas y se sentó.
- Azote, quiero hablar contigo - maulló un joven gato blanco con una macha negra en el lomo.
- ¿Que quieres Mancha? - gruñó el líder.
- Ayer vi a mi hermano muy cerca de nuestro territorio - maulló el joven con nerviosismo -, me preguntaba si podrías aceptarlo si decidía volver.
Azote intentó mantener la calma:
- ¿No acabas de ver a esa bola pulgosa? Tenía miedo de nosotros, Centeno también, por eso se escapó ¡Por cobarde! En el Clan de la Sangre no hay espacio para el miedo, él nunca podrá estar de nuevo en este clan - Azote continuó -. De hecho debiste decirme que Centeno estuvo en nuestro territorio.
Mancha retrocedió con incredulidad.
- Lo siento, pero Centeno era mi hermano y yo pensé...
El líder bajó de un salto y amenazó a su guerrero con sus garras reforzadas con colmillos de perro.
-¿Vas a seguir los pasos de tu hermano?
- No Azote, te lo prometo.
El pequeño gato negro retrocedió, preguntándose si sería cierto.
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Los Gatos Guerreros: Un Nuevo Comienzo
FanfictionDespués de ser expulsados del bosque por los cuatro clanes, el Clan de la Sangre pasa tiempos difíciles y debe ser liderado por Mancha; pero al parecer, una antigua profecía anuncia un nuevo comienzo para todo el clan. ¿Podrán los gatos del Clan de...