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❝Fuiste como un ángel, un ángel el cual me ayudó a sanar, a sanar mis alas, las cuáles alguien rompió...

Pero bueno...Los ángeles no existen...Y tú no fuiste la excepción.❞

Otro lugar, otro día en el que se sentía ignorado, ¿Lo peor? Tilo no había ido. Tenía gripe.

Acomodo un poco de cabello dejando ver algo de su ojo el cual cubría. Mirando hacia en frente, donde logro ver a una chica que se acercaba a él. Moon.

—Gladio...—Lo llamó.—¿Puedo hacerte una pregunta?.

«Ya lo hiciste.» Iba a decirlo, pero lo tomo como algo muy infantil de su parte, así que se lo guardo.

—Claro...

—A ti...¿A ti te gustan las chicas?.

—¿Q-qué?¿A qué viene esa pregunta?.—Lo había tomado desprevenido, no lo negaría.

—Pues, el otro día en la playa te vi con Tilo, estaban muy apegados, incluso me atrevo a decir que tuvieron relaciones sexuales y por eso se fueron juntos.

¿Se les perdió un tomate? Aquí hay uno y se llama Gladio.

—¿¡Qué?!¡¡Claro que no!!
¡S-solo me acompaño hasta mi casa!.—Grito a los cuatro vientos, recibiendo algunas miradas de quiénes pasaban por allí.

—¡Oh! Es que, ese día, Sun también los vio, se enojo mucho, ya que a él le gusta Tilo.

Ok, eso no se lo esperaba.

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—¿Estas bien?—El chico frente a él se agachó a su altura, dejando verse.

Cabello negro, ojos grises, y una cara de ángel. Ese fue lo que vio Sun aquel día de escuela, donde lo habían golpeado luego de clase por estar etiquetado como "niño raro".

  Tomo la mano que yacía frente a él en busca de ayudarlo. Se levantó, y le sonrió, aunque este simple movimiento le dolía, un moretón del tamaño de su cachete hacía que incluso pestañear doliese.

—Sí, estoy bien, y gracias por ayudarme...—Apartó la mirada, no quería ver sus ojos. Les gustaban.

—Ok, cualquier cosas me buscas, este es mi número.—Le entrego un papelito.—Y me llamó Tilo. ¡Nos vemos, Sun!.—Y se fue.

¿Cómo sabía su nombre? La verdad, no le importaba, solo sabía que ese chico era especial, era único, era suyo.

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Y ahí yacía ese chico que alguna vez juro llegar a gobernar el corazón de Tilo, pero ahora, su mente solo divagaba en una cosa.

Gladio.

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«Esto es estúpido, ¿De que sirve enamorarme de él?. Seguro prefiere a Sun, él es su mejor amigo y lo conoce desde quien sabe cuanto. Aparté ¿Qué tal si a él le gustan las mujeres? Moon me dijo que a él ya le gustaba alguien...Pero no dijo quién...¿Tengo oportunidad?.» Su mente seguía su curso, solo estaba él, en su habitación, con su mirada en el techo.

Pero claro, la soledad no es para siempre. Alguien golpeaba la puerta con sumo cuidado. Lillie.

—Pasa...—Dijo, y al paso de unos segundos Lillie ya estaba allí dentro, mirándolo.

—Gladio...Emm... Yo...—Las palabras no salían, se chocaban contra su dientes y volvían dentro.—Eres...¿Eres gay?.

Ok, ok, ok.

Un vez estaba bien, pero dos, en el mismo día, no era buena señal. Lo peor de todo es que no respondía con sinceridad.

Él sabía que sí, o al menos, que un hombre le gustaba.

Ausencia [CuteBoneShipping]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora