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Después de una semana en la que las alertas no les había permitido disfrutar de una sola noche de descanso, todos los titanes junto a las nuevas incorporaciones por fin podían relajarse y descansar .

Damian se dirigía a la cocina para tomar un refresco cuando vio a Jaime jugando a la consola. Curioso preguntó.

—¿Desde cuando juegas solo?

—Logan por pesado consiguió una cita...—contestó con la vista clavada en la pantalla.—¿Quieres jugar?

—¿Una cita?—se acercó dispuesto a echar unas partidas.

—Sí, como lo oyes, Raven al fin cedió a sus suplicas... ¿Quieres jugar a fifa o a ...?—cuando se  volvió Robin ya no estaba.

.....

Sentados en la sala Dick y Kori charlaban entretenidos hasta que vieron como Damian se dirigía a la sala de entrenamiento.

—Te estaba buscando enano...

—Sí ya lo veo.

—Vaya, vuelves a estar de mal humor. Tienes una misión.

—Por fin algo bueno...¿Que es esta vez?

—No sé si te parecerá tan bueno cuando te expliqué.

—... Cualquier cosa será mejor que esto. Dímelo de una vez.

—Tres de vosotros os tendréis que infiltrar en la Gotham Academy. Al parecer hubo un “incidente” hace un tiempo y Timm aun no a encontrado nada...

Entró en la sala Conner completamente empapado por la lluvia.

—Hola...—saludó a los presentes con una sonrisa en la cara mientras se quitaba la sudadera.—No os podéis imaginar como está lloviendo fu...

—¿Quien más vendrá?—lo interrumpió Damian.

—Conner y Raven.

—No lo dices en serio.

........

Caminaba apresurada por los pasillos de la enorme Gotham Academy directa al despacho del rector. Su nuevo líder Timm le había asignado esa zona a ella.

Frustrada por haberse retrasado tanto se aproximó a su objetivo.

Antes de atravesar la puerta con un portal pudo notar la presencia de su compañero dentro del despacho. Rodó los ojos al darse cuenta de que otra vez se le había adelantado, aunque después de todo eso no era tan malo ya que no le haría falta usar sus poderes.

-¿Que haces aquí?-susurró molesta cerrando la puerta tras de si.-se supone que está era mi zona...

-Terminé de registrar la biblioteca...- contestó con la mirada fija en la pantalla del ordenador -¿Y tú como llegas tan tarde?

-Digamos que mi compañera de habitación no necesita demasiadas horas de sueño.

-Todo está limpio...-se apartó del ordenador impulsándose con las manos y se cruzó de brazos con el ceño fruncido. Por lo visto no era ella la única frustrada con la misión.-Esto es raro... Hemos reducido el círculo a tres sospechosos pero no hay nada que los pueda relacionar con el incidente directamente...

Se levantó y caminó hasta el centro de la sala, ladeó ligeramente la cabeza.

-¿Lo escuchas? Alguien viene... Debemos escondernos.

-Si nos ven estamos perdidos, nos expulsarán...¿Que hacemos?

El ruido se detuvo a pocos pasos de la puerta...

-Noqueo a quien sea y nos largamos..-murmuró Robín decidido.

-No...-Se acercó rápida, lo empujó hasta el escritorio y puso los brazos alrededor de su cuello.-... Sigueme el juego...

Sin pensarlo más lo besó, después de unos segundos de desconcierto, él reaccionó y la correspondió, sujetándola por la cabeza la presionó contra sus labios profundizando mas el beso , mientras que su mano libre se deslizaba por su espalda.

—Damian no te pases...—lo recriminó pegada a su boca.

—Solo interpreto mi papel— contestó también pegado a ella.

La puerta se abrió dejando ver a una muchacha de cabello oscuro que los miraba con los ojos muy abiertos.

Ambos se separaron simulando estar sobresaltados.

-Oh...perdón...perdón...yo...no...perdón -Se disculpó cerrando de nuevo, pero enseguida la volvió a abrir.-Siento si os he interrumpido pero... ¿Como habéis entrado? No deberías estar aquí.

-Sí. Nos has interrumpido justo en el mejor momento...¿Y tú que haces aquí?

-Yo...yo...tengo permiso del rector.

—¿A las cuatro y media de la madrugada?

—Si no queréis que le cuente nada será mejor que os marcheis de aquí.—de repente el tono en su voz cambio al igual que la mueca en su cara.

—Nosotros ya nos íbamos ¿cierto cielo?—no lo dejó responder a la chica, al tiempo que lo miró tendiéndole la mano,no pudo evitar sonrojarse al ver como le había dejado de revuelto el pelo.

—... Si princesa lo que tú digas.

Cogidos de la mano pasaron al lado de la chica y se alejaron por el pasillo, al doblar la esquina se soltaron.

—Estaba mintiendo.

—Lo sé.

—Me refiero a la muchacha.

—Yo también.

No muy lejos de ellos Conner no podía retener la risa.

—¿De que te ríes?—preguntó Drake confuso.

—Nada... Solo espero que a nosotros no nos pille nadie.

EllaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora