Justo al abrir la puerta de su habitación pudo ver a Conner esperándolo con una gran sonrisa en la cara.
Pasó de largo a paso rápido sabiendo lo que su compañero estaba tramando, pero el joven no tardó en caminar a su lado.
—Deja de perseguirme.
—No lo haré hasta que me cuentes.
—No sé de que estas hablando, ni me interesa.
—Quiero los detalles.
Suspiro con fuerza intentando contener el impulso de golpearlo.
—¿Te gusta sufrir?—lo fulminó con la mirada.—Callate y deja de molestar de una vez.
—No lo puedes negar, escuché toda la conversación. Tu corazon estaba a punto de estallar y el de Rachel igual...Y ¿que fue lo que le hiciste para que te tuviese que pedir que no te pasaras?
Con un sonrojo digno de competir con la mascara de Red Hood lo ignoró por completo y entró en el aula de historia casi echándose a correr.
Conner sorprendido al ver como su amigo esta vez no lo había golpeado al hablarle de Raven, se alejó pensativo camino a su clase.
......
Esa misma noche todos se reunieron en la habitación de Robín a petición del mismo.
Con sigilo fueron llegando todos excepto Raven.—¿Y si fuese una urgencia que pasaría?—Timm se impacientaba después de mirar su reloj por tercera vez.—No me lo puedo creer.
—No es su culpa tener una compañera con insomnio...—Damian la defendió a su manera.—Para ti es sencillo, nadie quiere compartir habitación con un nerd como tú, los demás nos las tenemos que arreglar como podemos con los incordios que nos han tocado como compañeros.
—...Y el tuyo ¿donde está?—pasó por alto las palabras de su hermano.
—Me deshice de él.
—Por dios ¿que le has echo?
—Le compre entradas para el partido de esta noche.
—Ya llega Raven.—los avisó Conner mientras miraba por la ventana.
Un segundo después Raven entraba en la habitación visiblemente apenada por hacerlos esperar.
—Siento el retraso.—murmuró cerrando la puerta a su espalda.
—¿La tienes?
—Sí, para los cuatro.—caminó hasta Drake tendiéndole un sobre cerrado.
—Vaya, esto no me lo esperaba. Pensé que solo consiguirias una para ti... Normalmente las entradas no se las dan a cualquiera, incluso muchas de las animadoras se quedan fuera.—tomó en sus manos el sobre y lo abrió mientras Robín y Conner los miraban confusos.—¿Como lo has echo?
—...No hice nada, él me invitó...
—Eso no explica como conseguiste cuatro.
¿Las robaste?—No. No las robé, solo le dije que no iría sin mis amigos.
—Le interesas, tenemos que aprovechar esto para investigarlo.
—¿A quien?
—Eduard Collyn uno de los sospechosos.
—No hace falta aprovechar nada, él ya no es sospechoso.
Todos miraron a Robín intrigados por la seguridad con la que hablaba.
—He revisado las cámaras y he encontrado algo que se te pasó. —después de teclear durante unos segundos en su portátil señaló una parte de la pantalla.
En la imagen se veía un rostro difuminado en la esquina.
—Es la chica de anoche...
—¿De anoche?¿Que pasó?—los dos se miraron sin saber que decir, hasta que Robín se decidió.
—Entró en el despacho del rector y nos vio pero... no tiene importancia.
—¿Como que os vio? Tú ni siquiera tendrías que haber estado allí.
—Disimulamos bien, no se dio cuenta de nada.
—¿Disimulamos bien? ¿Desde cuando eres tan descuidado?
—No tiene mayor importancia. Su nombre es Ana______. Este es su expediente.—sacó del cajón una carpeta y la abrió.—Ella también estaba en el incidente y nadie la vio.Por eso en los informes de la policía no se menciona.
—Es muy guapa.
—Sí, es hermosa.
—Solo es una foto así que dejar de babear del una vez. Ten..
—Sonarías mas convincente si tú también dejaras de mirarla...—lo interrumpió Raven, ganándose las miradas de los tres.—Tenemos una misión por si no lo recordais.—Intentó disimular lo mejor que pudo pero sus mejillas la delataban.
—¿Estas celosa?¿De él? No me lo puedo creer.—Timm no daba crédito a lo que sus ojos veían.
—No es eso. Solo quiero terminar con esto y volver a casa.—la sonrisa de Damian desapareció al escuchar las palabras de Raven.
—Claro...me olvidaba de que te estaban esperando.
—No me espera nadie.
—¿Entonces es por eso que quieres regresar?¿Porque no te esperaran si no regresas ya?—Lo miró furiosa mientras él se cruzaba de brazos retándola.
—Eres un imbécil.
—No es momento para peleas de enamorados. Tenemos que centrarnos en descubrir lo que esa chica esconde. Uno de nosotros la invitará a la fiesta de mañana, si acepta...
—No hace falta invitarla a nada, estará allí.
—¿Como lo sabes?
—Ella es quien reparte las entradas.