Capítulo I: Sola

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Marinette.

Caminaba sola, cualquiera diría que estaba loca teniendo en cuenta el horario que elegí para una caminata rápida hacia mi casa. No era la idea original cuando planeé mi viernes por la noche, mis planes eran Netflix y helado como cualquier chica en una película romántica luego de cortar con su novio. Sin el rechazo, sin el novio, sin la amargura. Mis amigas armaron un alboroto cuando les comenté aquello por lo que invitaron con un entusiasmo excesivo a una fiesta en casa de uno de los compañeros de Alya. Demasiado exagerado su entusiasmo. Hagamos un paréntesis para aclararles que yo soy la soltera de las tres y que me intenten colgar de algún chico se estaba haciendo una costumbre no tan buena desde mi punto de vista.

No me iba a negar a una buena fiesta por lo que salir no se me hacía un problema, ni siquiera era algo malo dejar a lado mis planes originales (podía tranquilamente volver a casa más tarde para retomarlos). Sin embargo, los gustos de mis amigas hacia mis posibles candidatos no eran los acertados. Vamos, me estaban "ofreciendo" a un chico que solamente teníamos de común lo blanco del ojo. Y eso que no habíamos tocado temas como la política o la religión (esos temas tabú en mesa familiar y en la primera cita).

Por eso, ¿Cómo termine volviendo caminando sola a casa? El sin vergüenza me había dicho era que aburrida –tampoco puedo decir que soy la mejor contando chistes o con solo decir "Pudin" tienes asegurada una risa.- y que además debía adelgazar porque llevaba unos kilitos demás. Por poco y no me retiene el público por una cachetada más que merecida. Todo aquello en los primeros quince minutos, estuve dando vueltas otros diez intentando encontrar a mis amigas para avisarle de mi huida del lugar pero no había pista alguna de ellas. Y como salí un poco – demasiado- cabreada desistí a la posible búsqueda de un taxi. Ahora me ven aquí con el frio colándose por mis huesos junto a un paso apresurado para acortar las últimas dos cuadras antes de llegar a la puerta de mi departamento.

-Te hace falta un beso.-

Mi piel se erizó ante tal comentario. Alertas aparecieron en mi mente intentando alejarme del peligro. El cual era nulo, pero eso lo averiguaría después de unos segundos reconociendo aquella voz familiar. Mi puño fue directo a su hombro.

-Adrien me asustaste. No hagas eso de nuevo.- le recriminé sonriéndole.

Mi mejor amigo, del cual estaba enamorada desde que lo conocí. Sí, soy de las que conocen perfectamente la friendzone porque podría darte un tour por todas las instalaciones. Hagan fila si quieren burlarse de mi desgracia que yo estoy primera para eso. 24/7.


-Vamos Mari, que estoy en lo cierto.- esa sonrisa de lado me estaba volviendo loca. ¿No podía acaso esconderla conmigo? ¿Cómo puede seguir haciéndome caer embobada? 

-Lo siento pero sabes muy bien que no soy buena relacionándome con hombres, el último con el que intenté algo me llamó gorda. Y de una manera muy poco discreta.- una mueca apareció entre mis labios.

-Eres hermosa, lo sabes perfectamente como para que te baje la autoestima un imbécil.-

-No me siento mal conmigo misma por culpa de otro, me sienta mal que no pueda tener algo con cualquiera que se me cruce.- miré hacia otro lado intentando alejarme de su mirada inquisidora.- En las novelas lo muestran más espontaneo a esto. La chica conoce al chico malo y él intenta cambiar gracias a ella.

-¿No estarás poniendo demasiada expectativa?- cuestionó con el ceño fruncido en su rostro mientras esperábamos que el semáforo cambiase de color y así cruzar.

-No.- rodeé los ojos. Suspiré sin miedo a abrir la tormenta de problemas amorosos con Adrien. Era mi mejor amigo, no existían problemas para dejar llover todos mis dramas, solo con la parte de que me moría de ganas de besarlo y ser la posible madre de sus hijos. – Al principio sabes que si esperaba el príncipe de mis sueños pero ahora... hasta acepto una noche. Una sola noche para sentirme deseada.

-¿Eso no era lo que quería Ian?-

-¿Ian? ¿El chico de Economía? Si es ese sí, pero en ese momento no quería nada parecido. Era la romántica empedernida que simplemente quería despertar con el beso de amor verdadero.- bufé con cada paso que daba. Nos quedaba menos de una cuadra para dar con la primera puerta.

-Entonces lo que quieres decir es que ahora sí estás dispuesta a vivir la vida.- la carcajada que le continuó me sorprendió hasta decepcionarme, me quedé clavada en el suelo mirando como su cuerpo avanzaba por la cuadra. – Hey Mari, sabes que eso no va contigo. Lo más probable es que le rechaces al próximo hombre con esas intenciones.

-Adrien, estoy dispuesta a "disfrutar de la vida" como tú le dices. No eres el único que puede experimentar el tener un chico diferente, en tu caso chica, en su cama cada fin de semana. –

Paremos aquí, esto me daba terror pero no me quedaría con la etiqueta de aguafiestas que me estaba poniendo el rubio oxigenado de mi amigo. No, no es oxigenado, es rubio natural pero dejen que me enoje y lo insulte en mi mente. Me daba terror tener a cualquiera en mi cama. ¿Y si me contagiaban algo? No estaba tan dispuesta a eso. Aún menos teniendo en cuenta mi condición.

Me perdí muy poco en mis pensamientos por culpa de una mano cálida que abrazó mi brazo con determinación y descontento.

-No, que yo sepa sigues siendo virgen Marinette no puedes ofrecerle a cualquiera eso.- pude vislumbrar un brillo perturbado en su mirada, me asustó que sus palabras me hicieran entrar en razón.

-Tú la perdiste con...

-Es diferente Marinette.- me cortó antes de continuar.

-¿Ahora soy Marinette y no Mari?

-Lo siento pero no puedo tolerar la idea de que un hombre se aproveche de ti y le ande diciendo a sus amigos las guarradas que tal vez nunca hicieron. –

-Es mi problema, no el tuyo Adrien.- sin despedirlo me adentré al departamento. No me hacía bien ver que la persona con la que quería acabar mi virginidad era mi mejor amigo, el chico que podía tener a cualquier mujer en la palma de su mano y en su cama. Muy pocos secretos eran los que tenía bajo llave, este enamoramiento fuerte que tenía hacia él y que era Ladybug.

[+18] Piel a Piel |  Marichat/AdrinetteWhere stories live. Discover now