[01]

141 19 36
                                    

—Y ahora... ¡corre! —gritó su amigo bajito tirando de su mano, alejándose a toda prisa de la habitación donde se escuchaban los incesantes gritos de la princesa asustada.

Ambos jóvenes rieron al correr, preguntándose continuamente: ¿quién era tan torpe y sensible para asustarse de ver una rana saltando en su habitación? La princesa Heejin lo era.

Jungkook se lanzó al césped una vez que pareció estar lo suficientemente lejos para que nadie más los viera, seguido por su fiel amigo poco después con quien chocó cinco al seguir escuchando a su hermana gritar y lloriquear porque la ranita había terminado, de alguna forma, en su enorme vestido azul cielo, su favorito para practicar en sus clases de baile.

—Puedo jurar que la rana debe tener más miedo de los gritos de Heejin que otra cosa —rió con fuerza Jimin, golpeando constantemente sus rodillas al recordar la cara de susto de la princesa castaña.

Sus burlas hacía la mimada hermana de Jungkook pudieron seguir por horas, incluso todo el día, sin importarle las responsabilidades que tenía más adelante para presentarse, ni tampoco que Jimin tuviera que estar dentro de poco en la cocina para ayudar a su madre. Era de las pocas veces que se sentía libre, hacer jugarretas con su amigo lo hacían olvidar que era un príncipe con una ajustada agenda rellena de cosas inútiles; ser amigo del pelinegro a su lado era un gran escape, pues llegaba a sentirse como un adolescente más común al ver que Jimin no quería protegerlo en exceso, al contrario, él siempre estaba dispuesto a hacerle bromas al príncipe. Así fueran inofensivas, no era como si quisiera que su familia fuera expulsada del castillo.

Pero, como siempre, aquella sombra que llevaba años apareciéndose para amargar su existencia, siempre recordándole estrictamente la real forma en la que debía actuar, hizo presencia ante los risueños chicos, calmando las carcajadas de sólo dejar de sentir la luz del sol en sus rostros por la figura frente a ellos. A Jungkook le molestaba, hace años que libró estar con su tío encima de él a cada segundo, pues al parecer le habían encontrado un mejor reemplazo que pasaba con él cada oportunidad que tenía.

—Dudo que quieras recibir a tu abuelo con la ropa llena de barro, será mejor que te vayas a cambiar. Llegarán pronto, debemos estar ambos ahí—ordenó Yoonji con seriedad, el evidente desagrado en su rostro por ver las manchas verdes y marrones en las mangas blancas de Jungkook—. Y tú, Jimin, deberías estar haciendo algo de provecho donde perteneces: en la cocina.

Dio media vuelta, levantando un poco de polvo con el fondo de su vestido azul oscuro, y eso dio indicación para ambos amigos a que se levantaran con rapidez para seguir sus pasos antes de que fuera a delatarlos.

—No entiendo porqué te da órdenes a ti, está en tu reino, es invitada —se quejó Jimin en voz baja, muy alerta para que la pequeña bruja no sintiera que hablaba de ella—. Ya ni siquiera es una princesa, dudo que su reino siga en pie después de tantos años.

Jungkook le propinó un codazo a su amigo en las costillas al ver a Yoonji ladear su cabeza un poco para echarles un vistazo, sabía perfectamente lo sensible que era tocar el tema de Azzell después de aún varios años, había escuchado a la princesa frustrarse porque no parecía haber un avance en el arreglo de la frontera. Al ver que su mirada siguió al frente, continuó caminando con su amigo.

—Así es ella —suspiró el príncipe, recibiendo una mala mirada—. No puedes esperar a que sea amor y diversión si ha perdido su hogar... Incluso —se detuvo para darle un poco de tiempo a la joven de alejarse de ellos. Tiró de la camisa de Jimin y se acercó a su oído—, incluso escuché que su hermano, el príncipe, podría estar muerto.

—¿Muerto? —susurró Jimin asustado.

—Sí... El príncipe de Azzell se quedó en el reino, escuché decir que, debido al incidente de la frontera, pudieron haberlo asesinado para que no tuviera lugar en su trono, o que lo tienen cautivo para cuando regresen los reyes —contó Jungkook cuidadosamente, asintiendo ante los ojos bien abiertos de Jimin.

Estigmatizado ➳YK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora