Secrets ||h.s||

#3

Ya estoy con los pies fuera de la cama gracias a Jake que me ha estado llamando desde las 5:50 sabiendo lo dormilona que soy. Agradezco tener un hermano como él y también agradezco la buena relación que tenemos desde la primera vez en que nos vimos. Somos hermanos de diferentes madres, y cuando nuestras progenitoras se enteraron de que nuestro padre, Jackson, estaba saliendo con ambas al mismo tiempo, decidieron reunirse y presentarse su casa. Por supuesto, el hombre quedo perplejo al ver a las dos mujeres paradas tras la puerta de su hogar. Pobre hombre. Después de aquella pelea, decidió huir y dejar todo atrás. Nunca hubo resentimiento entre nuestras madres ya que no fue la culpa de ninguna, de hecho se llevaron muy bien después de un tiempo de conocerse y por lo que mi madre me cuenta, su tema favorito a tratar cuando se encontraban por los pasillos de la empresa con la madre de Jake, siempre ha sido mi padre. En una de sus pláticas ambas descubrieron que estaban embarazadas del mismo bastardo por lo que Jake solo es mayor que yo por 3 meses. Un hermano y un amigo en la misma persona.

Para cuando me termino de poner la ropa interior a juego, tomo mi crema corporal y pongo una buena cantidad en mis manos. Si Sam- mi mejor amiga- estuviera aquí, ya me estaría diciendo lo vanidosa que soy y yo le repetiría lo que siempre respondo después de comentarios como esos.

-Solo cuido de mi piel.- emito frente al espejo.

No puedo evitar mirarme al espejo y enorgullecerme por el cambio de mi cuerpo. Solía ser delgada, y lo sigo siendo, pero ahora es diferente. Ahora tengo más masa muscular que antes, mi abdomen ya no está flácido y aunque no tengo abdominales
tan marcados me siento bien por como están en estos momentos.

Quizás debería darle la razón en algunas ocasiones a Sam. Quizás la tenga pero solo un par de veces.

Se que he heredado de mi madre este hábito de andar cuidando mis uñas, mis cabellos, y lo que me pongo. Recuerdo cuando de pequeña las pocas veces que tenía la oportunidad de estar con ella, observaba cómo seleccionaba cuidadosamente su atuendo haciendo que combinarán todas las prendas y los accesorios para que ninguna de ellos desentonara. Sus faldas plisadas y vestidos en tonos sobrios la hacían ver elegante y esbelta. Era hermosa. Y lo sigue siendo. No hay punto de comparación entre ella y yo.

Tomo unos jeans rasgados de mi armario y mentalmente escucho a mi mamá regañarme por escoger aquella prenda.

-Son poco femeninos y sin clase, Stephanie. ¿Cómo puede eso estar en tu armario?.- pero me los pongo aún así y río ante el recuerdo.

Tomo un polo negro con cuello en V y un saco largo beige dispuesta a ir de compras cómoda. De no medir 1.75 me hubiera visto como un enano en este saco. Recuerdo el sueño de mi madre. Ella siempre quiso que su pequeña y única hija fuera modelo, fue por eso que me llevó a varias entrevistas para que yo pudiera aparecer en algún comercial o revista. Y así fue, aparecí en comerciales, en algunos programas de televisión y en revistas pero a pesar de eso nunca llegué a complacer a mi exigente madre.

-Hubieras tenido éxito en este mundo de no ser por tu actitud tan rebelde.- revivo las palabras que mi madre alguna vez dijo en mi adolescencia mientras me miro en el espejo.

Escucho el timbre de mi casa y automáticamente salgo de mis pensamientos. Pienso en que mi mamá y mi padre pudieron haber pensado en venir a visitarme pero luego descartó la idea después de mirar el reloj que marca las 6:20 de la mañana.

Bajo descalza a atender la puerta y para cuando la abro veo al chico de la boyband parado en mi puerta.

El está parado ahí mirando con una media sonrisa mi expresión de sorpresa. El luce simplemente bien vistiendo completamente de negro y con las joyas en sus dedos.