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Stephanie

-Buenas tardes, Clarissa.- saludo mientras entro al café y me apoyó en la barra.

Entabló una conversación con la vieja camarera porque quiero saber que tal ha estado en estos días; sonrió al escuchar que su gata por fin dio a luz a dos gatitos y que su hija, que reside en Boston, consiguió una entrevista de trabajo en una muy buena empresa de por allá.

-Es muy bueno escuchar eso, Clar.- digo mientras tomo su mano entre las mías y hago mi camino hasta mi lugar habitual al costado de la ventana.

Wonderwall esta sonando por todo el café y yo sin querer empiezo a tararear la letra de la canción. Este lugar fácilmente puede ser uno de mis favoritos. El olor que desprende este lugar junto con los murmullos de las personas y las paredes de ladrillo me hacen sentir extasiada. Para cuando visualizo mi mesa, me doy cuenta de que alguien ya ocupó mi lugar. El hombre tiene una cabellera oscura y ondeada -un poco despeinada cabe decir- que cubre completamente su cuello. La mirada del hombre se mantiene fija en la Mac que tiene justo delante de él, siento una inquietud al darme cuenta del computador, ya que yo en su lugar no me hubiera sentado al costado de una ventana para clavar mi vista en algún aparato, sino para ver cómo se mueve esta ciudad y su gente justo frente a mí. Cuando opto por sentarme justo al costado de mi lugar preferido, derribó un lapicero y un cuadernillo de una de las mesas cercanas con mi bolso.

- Lo lamentó.- murmuró mientras recojo el lapicero y la libreta del suelo y los entregó a su dueño. El hombre de canas y traje que antes leía el periódico recibe el lapicero después de mirarme de pies a cabeza con el ceño fruncido.

- Chiquilla despistada - logró oír vagamente.

Dispuesta a alejarme de la escena, doy la vuelta sobre mis talones y ruedo los ojos dispuesta a olvidar ese comentario. Me percato que el chico que ocupa mi lugar a volteado a ver con el ceño fruncido lo que sucedió al igual que uno cuantos más. El extraño roba sitios ya no me resulta ser tan extraño, de hecho me resulta familiar y puedo jurar que he visto esos ojos verdes- los cuales hacen juego con su camisa- y esos labios rosa, antes.

Saco mi libreta y agenda apenas llego a la mesa y empiezo a revisar los asuntos que tengo que atender mañana a primera hora.

La reunión de los integrantes del banco HSBC aquí en Londres será mañana por los 151 años de fundación. Tengo que estar presente para revisar los últimos detalles del evento y quedarme hasta el final para que todo marche en orden.

Clarissa me saca de mis pensamientos en el momento en el que pone mi café sobre la mesa. Le agradezco con una sonrisa. Me dispongo a guardar mi libreta y mi agenda para disfrutar de mi café mientras observo por la ventana a los londinenses. Ya ha oscurecido por lo que las luces de la calle se han encendido y por mi mente pasa un recuerdo de París- de aquel viaje con Dylan- cosa que me hace sonreír. Saco mi cámara y tomo una foto a través de la ventana. Me detengo a apreciar la foto por la pequeña pantalla de mi cámara cuando la pantalla iluminada de mi celular se roba toda mi atención.

Es un mensaje de voz de Jake.

La empresa encargada de los bocaditos para la fiesta se comunicó conmigo y me informó que un grupo de sus empleadas estuvieron trabajando después de pegar un resfriado. Me he encargado de que nuestras cocineras preparen en mi casa los bocaditos pero necesito que vayas a comprar todo mañana temprano para que puedan hacer su trabajo . Te envío la lista de lo que necesitan por email, tonta. Suerte con eso. ;)

Mierda.

Me froto las cienes para tratar de relajarme. Al menos mi hermano ya soluciono una parte del problema y consiguió cocineras.

Secrets ||h.s||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora