doscientos días después.

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¿Puedes creer que aún sigo aquí?
Imaginando como se sienten tus besos, soñando con la calidez de tus abrazos, pensando en que alguna vez volverás.

Mi día a día sin ti se vuelve monótono, careciendo de alegría, sin ningún motivo que me haga más feliz que tu sonrisa.

Sonrisa la cual nunca más volveré a apreciar.

No hago más que sentarme aquí, escribiendo cada relato que me has dicho, sintiendo mi pecho oprimirse cada vez que vuelvo a escuchar tu voz en mi cabeza.

Las hojas de este libro se ven desgastadas, porque las he leído demasiadas veces, para así no perder tu recuerdo.

Pero de igual forma nadie más las lee, porque solo alguien sería capaz de hacerlo, y ese serás tú.

the good sideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora