Capítulo 2

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Después de que la noticia llegara a mis oídos, mamá trató de cerrarme la boca con scotch.

Na broma, sólo me agarró del brazo y me mandó escaleras arriba para que me bañara. Luego de eso, llamé a mi mejor amiga Jess, para contarle todo.

¿Rial o feik?

—100% real, no fake

¡Qué bien! ¡Podrás tener sexo alocado con tus inquilinos!

— ¿Podrías por una vez en tu vida pensar con la cabeza? Es serio, Jess, no quiero vivir con personas ajenas. Será tan raro como cuando me comí el helado con un tenedor, ¡una completa locura!

—Primero, ¿Qué tipo de comparación es esa? Segundo, no puede ser tan malo. Imagina que llegara el gemelo de Ian Somerhalder o de Zac Efron. ¡Ay mamita agárrame que me...

¡Shhh! Te tengo en altavoz

Ups, sabes que no me puedo controlar cuando se trata de ellos. Aunque debes admitir que se te caería la baba si vivieras con alguno de ellos—rió—Bueno, volviendo al tema, creo que debes cooperar, o sea, tus papás están haciendo esto no solo por ellos, si no por ti y por Lucas. Estás histérica por la idea de compartir casa con extraños y lo entiendo. Pero ya sabes lo que dicen: situaciones desesperadas requieren de medidas desesperadas. Ahora dime, ¿prefieres tener casa, aunque la tengas que compartir, o no tener una? Creo que es fácil la respuesta. Ahora me tengo que ir, mamá me ha pedido que saque la basura. Besos, hablamos más rato.

—Vale, tienes razón. Te llamo más tarde.

—¡Sí que lo harás! ¡Necesito detalles amiga, de-ta-lles! Sobre todo si es hombre y tiene un cuerpo para comers—no dejo que termine la frase y le cuelgo. Hablar con esta mujer siempre me pone de buen humor. Aunque se ponga un poco obscena. Ojo que dije un poco.

Antes de llamarla, tuve que acompañar a mi mamá a los alrededores, como supermercados, librerías y universidades para dejar un folleto que decía más o menos así:

¿Eres estudiante y no tienes dónde vivir porque tu casa está a kilómetros de distancia?

¡No te preocupes! La Familia Bartoli tiene la solución ;)

Consultas al e-mail...

O al teléfono...

No sé si era la mejor idea.

"Lograremos a llegar a más estudiantes aproblemados si publicamos esto. ¿Recuerdas a tu tía Betty? Ella debía viajar dos horas diarias para ir y volver de la universidad a su casa. Con este nuevo emprendimiento nos irá de maravilla" dijo mi madre.

Esperaba que así fuera.

El nuevo inquilino llegaba en unas horas. La noticia fue tan inesperada que mamá nos mandó a ordenar todo. Como nunca lo habíamos hecho. Es gracioso porque a Lucas lo mandaron a limpiar la bodega. Estaba tan sucio que salió como un empolvado. Por mi parte, comencé por lustrar los muebles.

"¡Podrás tener sexo alocado con tus inquilinos!"

La idea de Jess, me rebotó en la cabeza, ¿Sería posible que yo, finalmente pudiera...

No. Desecho la idea rápidamente. Esa Jess me está contagiando su morbosidad.

"Imagina que llegara el gemelo de Ian Somerhalder o de Zac Efron"

Bueno, supongo que nadie se puede resistir al encanto de esos hombres tan guapos. Me imagino las posibilidades de que llegue alguien como ellos.

Les haría hasta el aseo.

Agito mi cabeza de un lado a otro, negándome a que eso pase.

—Que-verga-te pasa. Loca. —Me dice Lucas barriendo.

Sin querer me pongo roja. ¡Salgan pensamientos morbosos!

—Nada tontito, vuelve a barrer antes de que la araña que está ahí comience a subir por tu pierna.

Lo que ocurrió después fue épico. Lucas corriendo por toda la casa y gritando ¡quítenmela, quítenmela!.

Lo que pasó después no fue tan épico. Me retaron y me hicieron cortar el césped, bañar a Nova y limpiar los cuartos que se iban a utilizar. Mientras yo veía a Lucas tomando helado y con un abanico. Maldito enano, me las va a pagar.

Creo que fueron las 4 horas más largas de mi vida. Dije creo, porque no puedo olvidar la vez que me fracturé el pie y tuve que esperar más de siete horas a que me atendieran. Ah, me desvié del tema.

Ya cuando terminé, agotada subí a mi cuarto para darme una relajante y merecida ducha. Para cuando bajé de nuevo el inquilino ya había llegado.

O mejor dicho la.

—¡Hola! Mi nomble es Xu guing, aunque me puedes decir Chu—Me saludó amistosamente y con una energía que me sorprendió.

—Hola, soy...

—Michi, ya lo sé. Ya lecueldo todos los nombles— agregó.

Escuché la risilla de Lucas. Su acento me decía que podría ser de algún país asiático, ya que se le dificultaba pronunciar la R. Ah, y por sus característicos ojos rasgados.

—Bueno Chu, es un agrado tenerte en nuestra casa, ya sabes puedes pedirnos ayuda en lo que necesites. Ahora déjame cargar tus bolsos a tu cuarto—dijo mi padre.

Chu le respondió con un "glacias Lobelto" lo que provocó que Lucas volviera a reir. Bueno y yo también.

Mamá nos miró con su mirada asesina lo que hizo que nos pusiéramos serios.

La tarde transcurrió rápidamente. Llamé a Jess para contarle que el nuevo arrendatario no era 'él' sino 'ella'. En su voz se notó la decepción.

Aún quedan cuatro cuartos, querida, y pongo las manos al fuego en que el próximo en llegar será un macho alfa.

Esas fueron sus palabras. Yo solo me reía.

>><<

A la hora de cenar, Chu nos indicó que provenía de familia China, pero residentes de Chile. Las cosas se complicaron para ella ya que los padres debían irse de vuelta a su país natal. Chu no quería terminar sus estudios en China ya que encontraba que "era mucho más estricto".

Ella estudia castellano en una universidad que queda a dos kilómetros de nuestra casa. Por lo que dijo que sería fácil el traslado de un lado a otro.

Mi hermano le hizo unas cuantas preguntas incómodas, como ¿comen perros en China? ¿comen ratas? ¿por qué tienen los ojos de esa forma? ¿es verdad que no tienen Instagram? que hizo que mamá se pusiera más incómoda aún. Se disculpó un centenar de veces a lo que Chu respondía:

—No se pleocupe, estoy acostumblada.

Tal vez esto de compartir casa con extraños no sea tan malo.

Tan.

El arrendatarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora