Parte 2

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Teniendo el cuerpo, ya solo faltaba el cerebro, la mente, lo más difícil. Y siendo más inteligente que antes, decidió solo construir cabezas mientras perfeccionaba sus intentos. Y de nuevo, tuvo que drogarlo y llevarlo hasta el sótano para poder estudiarlo más a fondo. ¿Cómo lograría esto?... ¿Cómo copiaría exactamente el mismo cerebro de Taeyong?

Había investigado todas las formas de estudio del cerebro, tenía que comprar los aparatos necesarios para hacerlo, y probablemente Taeyong se molestaría al ver la cuenta de ahorros, pero se había quedado sin dinero y solo le faltaba un poco más. Todo era por el proyecto, que además era su regalo, no podía molestarse, ¿o sí?

Al tener todos los aparatos, procedió a realizar tomografías, encefalografías, angiogramas y resonancias magnéticas, ver a su amado con cables conectados a su cabeza le hacía reír mucho y emocionarse más, inyectarle sustancias para que su investigación neuronal resultara mejor, lo llevaba a una fase en la que su excitación sobrepasaba lo que jamás había sentido. Pero esto era lo mejor del mundo, este era su proyecto más grande y se sentiría infinitamente orgulloso de sí mismo por haberlo hecho solo y con mucho amor hacia su pareja.

Ningún regalo podría superar este, debían medir su tiempo y dedicación y se darían cuenta que nadie ha hecho ni hará algo tan magnífico como esto solo por amor. Y es que Yoonoh amaba mucho a Taeyong, era su todo, y por esa razón haría cualquier cosa por él, incluso clonarlo.

Con todas las pruebas en sus manos, comenzó a modelar el cerebro en su computadora, no sabía cómo haría para hacer funcionar todo el cuerpo, con exactamente las mismas neuronas, pero para él ya era un hecho de que lo haría. No había ningún impedimento para Yoonoh en estos momentos.

Aún mantenía a Tae sobre una camilla, donde siempre lo colocaba cuando realizaba las pruebas, verlo allí tan perfecto y sereno lo llenaba de inspiración, lo motivaba a descubrir todas las cosas necesarias para terminar a su copia. Y justamente así fue, a tan solo una semana y media, con una cantidad espeluznante de vasos de café comprados en la cafetería de al frente y una ojeras que llegaban hasta el suelo, Yoonoh finalmente había encontrado la manera de construir un cerebro idéntico al de su amado.

Se frustró un poco al saber que en ese tiempo que tardó probablemente ya Tae se haya leído un par de libros de medicina y que seguramente haya una diferencia en la cantidad neuronas, pero este solo sería una copia atrasada por una semana y media, no está mal, ¿o sí? ¿debería volver a hacer las pruebas?

Decidió que sí, debería volver a hacerlas, ¿acaso estaba haciendo todo eso para que el nuevo Tae saliera un poco atrasado? ¡No! ¡No podía permitirlo!. Su codicia no le permitía fallar, debía ser perfecto, absolutamente perfecto al igual que Taeyong, sin embargo, se dio cuenta de que si hacía eso, había posibilidades de que se atrasara unos cuantos días más con la instalación del cerebro, conexión de venas, columna cerebral, estímulos al cuerpo y todo. Aunque tuviera todo resuelto de cómo iba a hacer, nada era seguro, era algo que nunca había probado y el riesgo de fallo era altísimo.

Luego cayó en cuenta de su gran error. El mismo que había cometido anteriormente con su anterior prototipo y los órganos... ¿cómo le colocaría el cerebro sin dejarle una gran cicatriz?

¡Esto era absurdo! ¿¡cómo podía volver a equivocarse en algo tan ridículo y obvio!? Yoonoh se haló los pelos y de la molestia lanzó un ácido en el cuerpo del segundo prototipo. El cuerpo perfecto de Taeyong versión 2 ahora no lo era, estaba quemado, con grandes manchas en la piel, agujeros rojizos que a cualquiera le darían asco, incluso llegó a verse una parte del hueso de su brazo izquierdo, donde había recibido la mayor cantidad del líquido.

Se arrodilló viendo a su segunda víctima, había fallado dos veces ya y no quería creerlo. Lágrimas salieron de sus pequeños ojos caídos y cansados empapando el cristal de sus lentes, poco a poco se volvió ciego ante estos. No podía ver nada, y sabiendo que su laboratorio era una trampa con tantos artefactos peligrosos para su salud, prefirió no moverse de su lugar, y llorar allí hasta calmarse, ir a lavar sus anteojos y seguir con su proyecto.

Copy; ‹jaeyong›Donde viven las historias. Descúbrelo ahora