La Deuda

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trevormaddox
Este capítulo va para ti ya que tuviste un poquito de culpa de que esta historia comenzara a ser escrita, ya luego te cuento bien como fue :)
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A Isha y a mi nos gustaban los retos, era un tema recurrente en nuestras conversasiones, siempre estábamos jugando a retarnos por cualquier cosa. Un día a ella se le ocurrió la maravillosa idea de apostar conmigo con el resultado de un partido de fútbol, decía que así sería todo más divertido y yo caía redondito en su juego. Se pueden apostar tantas cosas; dinero, comida, pagar los boletos para el cine... Pero lo dicho, ella no era una mas del montón. "Un beso, si mi equipo gana tu tendrás que buscarme donde este y besarme, de lo contrario yo iré por ti y te besaré..." Ella era así, inesperada, tierna y picara a la vez, esa es una combinación letal para cualquier hombre.

Resulta que mi equipo perdió, no es necesario decir lo mucho que disfrutó su victoria y cuanto se burlo de mi por whatsapp. Era en esos momentos donde realmente lograba irritarme de a ratos. Yo estaba inmerso en aquel marcador final, pensando que ahora se le complicaba todo al equipo de mis amores, sin ánimos de nada, recibo un mensaje. "Fer, ya deja la sufridera, recuerda que tienes que pagarme". Por algunos minutos olvide que fuera cual fuera el resultado, yo tendría la oportunidad de probar por primera vez un beso suyo. Me daba igual si tenia que ir hasta donde estaba, si recorrer unos cuantos kilómetros era el precio de quedarme suspendido en su boca unos segundos, todo aquello valdría la pena, incluso mi "Derrota".

Pero para ese entonces yo llevaba un ritmo de vida que no me permitía tener mucho tiempo libre, a pesar que intente buscar la forma de ir a pagar, se me hizo muy difícil, los días pasaban y yo seguía endeudado con ella. Isha, consiente de la situación me dice que ha decidido ir a visitarme esa tarde a mi oficina, ambos sabíamos lo que eso significaba, era inminente que ocurriría un beso. Solo que conmigo muchas veces lo inminente no pasa, soy un experto en dañar momentos y desaprovechar otros. Si, eso fue exactamente lo que sucedió esa tarde, ella llegó unos veinte minutos  después de la hora acordada (muy pocas veces es puntual, solo recuerdo una vez que llegó a la hora y fue uno de esos días que siempre recordarás, pero eso lo dejaré para más adelante) la hago pasar y comenzamos a hablar, recuerdo claramente uno de esos temas, le había dicho que me gustaba la rebeldía de su cabello, ella sonrió y me dijo "Gracias, la verdad no se bien como contestar a un cumplido, no estoy acostumbrada", yo tampoco lo estaba, pero si me había tocado decir uno que otro, por lo tanto le hablé desde mi experiencia, "Es fácil, ante cualquier halago o cumplido como el que acabo de decirte, tu solamente sonríe y responde con una pregunta, "¿Si?", eso demuestra que lo aceptas con modestia y a su vez hace que la otra persona tenga que alargar el cumplido explicándolo, ponlo en practica y me cuentas como te fue". 

A pesar de la cátedra de coqueteo improvisada, yo realmente estaba muy nervioso, ¿Por que? Es que esa era la primera vez a solas con Isha desde que la conocí y, descubrí que ahí, en ese duelo de miradas y sonrisas, en esa pequeña distancia entre nuestros cuerpos, ahí ella lograba intimidarme. Yo se porque fue a mi oficina, ella también lo sabe, yo tenia que besarla y pagar mi deuda, pero al final, después de conversar y reirnos de tantas banalidades, Isha se fue, con el brillo intacto en sus labios.

Había desperdiciado la oportunidad de besarla. Estábamos solos, tan cerca, ¿como  fue que no lo hice? aparte de todo eso, mi imagen había quedado muy mal con ella, por eso estaba decido a revertir esa situación y reivindicarme cuando el momento llegara... y llegó. Era viernes, yo apenas llegaba a mi casa luego de salir de la oficina, Isha me escribe "Fer, iremos al bar de siempre esta noche por unas cervezas, te animas? Le dije que si y luego de dos horas nos encontramos allí. Por alguna razón, los dos amigos con los que estábamos en el bar se fueron por un rato, eso permitió que ella y yo nos quedáramos solos esa noche, sin buscarlo, solo paso. conversábamos entre cerveza y cerveza, podíamos notar que cada vez la musica era mas fuerte y teníamos que acercarnos mas para poder hablar, era un verdadero peligro, pero no podía besarla ahí, había demasiada gente. 

Cinco cervezas mas tarde, regresan nuestros amigos y nos invitan a dar unas vueltas en el carro por la ciudad, pagamos la cuenta y nos fuimos, no sin antes comprar algunas cervezas mas para el paseo. Isha y yo íbamos en el asiento trasero, mas cerca de lo debido, a esa hora de la madrugada y estando lo suficientemente ebrios como para deshinibirnos, yo tenia decidido que fuera allí finalmente donde pagaría mi deuda. Nos detenemos frente una disco, nuestros amigos salen del carro pero nosotros no, nos quedamos ahí, en la oscuridad de ese asiento, la miro y sonríe, casi la misma sonrisa de aquel día de la frase incompleta, de pronto nuestras miradas bajan un poco y se centran en la boca del otro, recuerdo puse mi mano sobre su pierna y la otra en su mejilla, me acerque a ella... y se abrieron ambas puertas delanteras del carro, nuestros amigos habían vuelto. Durante todo el camino nos mirábamos y sonreiamos con la complicidad propia de una conato de beso, "Casi..." susurraba ella. Fuimos a dejar en su casa a un amigo que iba en el asiento de copiloto, Isha salio del carro y tomo ese puesto a petición del otro, ese paseo de regreso lo voy a recordar toda la vida, yo busque su mano derecha con la mía, fue la primera vez fuimos de la mano a alguna parte. 

Ya no quedaba mucho de aquel paseo, de hecho yo era el siguiente en bajar, ya estaba resignado a que ese beso que no fue y poder tomar su mano serian las historias destacadas de esa madrugada, solo que a nuestro amigo, el chofer, le provoco bajar a comprar las ultimas tres cervezas de la noche, ambos nos quedamos en el carro, esta vez ella en la parte de adelante y yo atrás, recuerdo que le dije en voz muy baja "Isha, acércate ¿Que te parece si aprovechamos estos segundos solos y saldamos nuestra deuda?" Ella se acerco, dijo "Me parece perfecto"  nos besamos. No se cuánto duró, cinco, diez, veinte segundos, no lo se, pero fue voraz, eran dos bocas que se deseaban y no habían podido encontrarse, un beso tantas veces invocado que no había ocurrido, era el primero, el único que enumeramos, porque después de ese perdimos la cuenta. Indudablemente, esa fue la primera vez que la sentí mía.

Volví a mi casa esa madrugada con una sonrisa enorme, tomé el teléfono con cierto desespero, quería escribirle, a pesar que hace escasos minutos estuve con ella, nuestras habituales charlas después de las reuniones, ese día tenían motivos de sobra. Hablamos por una hora, a ella le gusto el beso tanto como a mi, nos quedamos con ganas de mas y vaya que hubo mas, me despedí y lo único que se me ocurrió decirle fue, "Gracias por nuestra cita no planeada de hoy, estabas muy linda" ella solo respondió con una carita sonrojada y un"¿Si?".

26 veces míaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora