Nuestras conversaciones eran tan largas como entretenidas, podían durar horas, una tarde o una madrugada entera, de hecho, teníamos esta costumbre de llamarnos después de coincidir en alguna reunión de amigos, a las 2, 3, 4 AM, añadiéndole los efectos del alcohol, eso te da resultados muy interesantes. Eran llamadas para decirnos lo mucho que nos gustó vernos, que el azul le sienta bien, que ella no dejaba de mirarme, que me gustaba oír su risa, que en algún momento de la noche estuvimos muy cerca. En fin, hacíamos un resumen y era fenomenal, un par de niños sonriendo a cada extremo de la línea por horas. sin duda alguna eran las mejores.
De madrugada uno como que se suelta, se deshinibe, dice las cosas sin censura, sin filtros, no se cuántas veces hablé de más, pero me encantaba escuchar y leer sus reacciones.
Hablábamos de lo que hicimos en el día, de como nos fue, qué comimos, cualquier anécdota pequeñita servía para ensanchar la conversación. Recuerdo que propuse un juego, ese bendito juego, ambos teníamos que decir 5 cosas que nos gustará del otro, cuando íbamos a la mitad me dijo "Como fue que acepte jugar esto contigo Fer? Eres un peligro" y esa era una de las cosas que más me atraía de ella, me gustan las mujeres decididas, que son capaces de jugar tu juego pero con criterio, a las que no puedes dominar, te hacen creer que lo haces.
-¿Quedaste conforme con sus respuestas?
Más que conforme. Puede parecer un juego simple, muchos optariamos por responder lo obvio, pero ella no tanto. Una de sus respuestas, la última, fue que le gustaba mi personalidad, como la trataba y lo mucho que le hacía reír, "Después uno se puede enamorar, así que ten cuidado" me advirtió. No se trataba de ganar o perder pero definitivamente ganó ella. No sé lo digas.
-¿Por qué?
Es una experta burlándose de mi cuando gana, suele volverse hasta pesada, pero desde el principio fue así
-¿Desde la noche de los shorts blancos?
No, yo la conocía mucho antes de eso, iba a la universidad con mi hermano y la ví varias veces en mi casa pero nunca intercambiamos más que un saludo por educación. No logro recordar si alguien en algún momento nos presento, aunque si sabíamos nuestros nombres.
Isha... siempre fue distinta a las demás, no era una chica obsecionada con su aspecto físico, como la mayoría de su edad, ella era natural, libre, sonriente, bella porque si, sin esfuerzos. Cuando nos dimos cuenta que éramos parte de un gran grupo de amigos, fue inevitable ir conociéndonos de a poco, no me tomo mucho tiempo para darme cuenta que los temas de conversación con ella nunca se agotaban. Isha sabía de cine, de música, de series y deportes, no con muchas chicas puedes hablar tanto de deportes como con ella. Para ese entonces solo era la compañera de estudios de Eduardo y yo el hermano, supongo.
-¿Y no piensas decirme cuáles eran?
Qué?
-Las 5 cosas que te gustaban de ella, cuales eran?
Pues no recuerdo del todo bien lo que dije, seguramente su sonrisa, su color de piel, su cabello.... Lo cierto es que hoy no podría jugarlo, 5 es un número muy bajo.