AMNESIA.

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Luego del incidente entre Wonwoo y JiHoon, el azabache había desaparecido de la universidad por tres días más.

Luego de esos tres días, un JiHoon arrepentido y un pastel que decía
"fui un tonto, ¿podrías perdonarme?", Wonwoo ya se encontraba de vuelta en la mesa que compartía con sus amigos en las horas de receso.
El ella se encontraba SeungKwan, JiHoon, SeokMin y claramente Wonwoo.

- ¡Te extrañamos, Wonwoo~!

Un muy alegre SeungKwan abrazaba con mucha fuerza a su amigo antes mencionado.

Wonwoo miraba a su menor, con una sonrisa pequeña.
Cuando SeungKwan lo soltó, el mayor en aquélla mesa habló.

- También los extrañé.

Wonwoo desvío la mirada en dirección a las grandes puertas del recinto, que se abrían dejando ver una silueta muy familiar a los ojos de este.

Sus amigos hablaban de algo a lo que el chico de cabellos negros no prestó atención, pues estaba muy concentrado mirando como MinGyu entraba en la cafetería sosteniendo la mano de SoonYoung.

- ¡Fue muy gracioso!, ¿cierto Won... ¿Wonwoo?

La voz de SeungKwan sacó al mayor de su trance.
Wonwoo miraba al menor totalmente desorientado, mientras SeungKwan le dedicaba una cara de pocos amigos.

- ¿Siquiera estabas prestando atención, niño emo?

JiHoon habló desde el otro lado de la mesa.

- yo creo que estaba concentrado en el Kilómetro con patas junto al Hámster ese.

Esta vez era SeokMin quien hablaba.

SeungKwan puso sus manos en su cintura y miró a Wonwoo con reproche.

- ¡Yah, deja de darle tanta importancia! ¡Tú no estás bien, Hyung!

Wonwoo bajó la mirada apenado, sus amigos tenían razón; ya debía dejar de prestar atención a MinGyu.

Pero en menos de dos minutos esa idea se esfumó, y el mayor se encontraba mirando en dirección al moreno y su pareja otra vez.

Le dolía ver la asquerosa felicidad que se producía en el ambiente entre MinGyu y SoonYoung.
¡Nada más les hacían falta los corazones flotantes al rededor!

Wonwoo bufó.
Le dolía la naturalidad en las caricias y mímos que la pareja se brindaba frente a sus ojos;
¿acaso no tenían ni una pizca de piedad con el pobre chico de tez blanca y corazón roto?

- Niño emo, ya nos vamos... Tengo clase de música y SeungKwan junto a SeokMin tienen tareas que terminar; así que...

JiHoon llevaba su mochila en el hombro y atrás de él estaban sus otros dos amigos de la misma manera.

- Vayan, yo no me siento del todo bien, y creo que me iré a casa. De todos modos, cuídense porfavor.

Wonwoo se despidió de sus amigos; seguido de esto, ellos abandonaron el lugar, dejándolo sólo en la mesa denominada suya.

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Luego de salir de la cafetería, el azabache se había dirigido al campo de fútbol americano que había dentro del campus.

Wonwoo consideraba una estupidez tener un campo de estos siendo que estaban en Asia; pero este alrededor tenía árboles muy grandes, los cuales brindaban buena sombra para leer un rato.

Cuando estuvo ahí, sólo se sentó bajo uno de ellos y leyó su preciado libro.

Un chico pasó por su lado mientras conversaba en un tono exagerado con otra persona.

- Lo siento en serio, pero esta noche saldré con MinGyu.

Esa voz.
Esa horrible, irritante y adorble voz.

SoonYoung.

Wonwoo trató de ignorar lo que aquel desagradable chico había prácticamente gritado; pero no podía volver a concentrarse con sus ojos llorosos y su corazón latiendo rápido por la impotencia.

Le partía el corazón oír esas palabras que él tantas veces dijo saliendo de la boca de otra persona.
Más cuando estas palabras incluían el nombre de MinGyu.

Rápidamente cerró su libro y lo guardó en su mochila, para luego correr de vuelta a casa.

Mientras corría, todas las calles eran demasiado iguales.

De hecho, no podía distinguirlas.

Con el ceño fruncido, Wonwoo se detuvo en una esquina.

¿por qué esa calle no le parecía familiar si tan sólo estaba a tres cuadras de su universidad?

¿no era esa la dirección a su casa?

Esa...
¿esa era la dirección a su casa?

Wonwoo se volteó desorientado, buscando algo familiar en aquellas murallas desgastadas; pero no encontró ninguna pista que pudiera darle indicios de que estaba bien encaminado.

Mirando hacia todos lados, ni siquiera un mínimo centímetro de esa calle se le hacía familiar.

Frustrado y asustado, Wonwoo retrocedió lentamente hasta pegar su espalda contra la pared de uno de esos edificios; sacó su celular y marcó lo más rápido que pudo a su madre.

Luego de esperar sobresaltado y sorprendido, la madre del chico llegó hasta su lado.

A penas pudo, Wonwoo se aferró a su progenitora.

Su madre estaba preocupada.
Esa calle en la que su hijo se había sentido totalmemte ajeno, era realmente la calle en la que se encontraba su propia residencia.

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