CAPITULO 11: NO ME ABANDONES

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Eileen P.O.V

Cuando desperté, Jack estaba alterado. Al ver que abrí los ojos, su mirada se volvió más tranquila. De pronto me abrazo y los guardianes lanzaron un suspiro de ternura. Mientras me abrazaba, susurró en mi oído: -No voy a dejar que Pitch te haga daño. No voy a perderte.—Y me estrechó mas hacia él.

Norte dijo que no era seguro quedarnos en mi casa que era mejor ir al Polo. Les dije que necesitaba cambiarme de ropa, ya que la mía termino hecha jirones después de semejante enfrentamiento. Una vez cambiada, nos dirigimos al Polo.

En cuanto llegamos, aquel lugar lleno de alegría, se torno el lugar más frío y cruel que alguien se pueda imaginar. Todo estaba hecho trizas, los duendes asustados, se escondían debajo de las mesas, los yetis se lamentaban en silencio, pero lo increíble fue que todos apuntaban hacia el globo de las luces, al momento de voltear, el terror me invadió... Mi nombre estaba escrito con arena negra. Pitch me quería y enserio. Jack se arrancó de coraje y estaba a punto de ir tras Pitch de nuevo, pero antes de que pudiera irse lo agarre del brazo y le dije que pasara lo que pasara, que nunca me abandone. Me colocó en el centro y los guardianes me rodearon. Lo siguiente que paso, es de lo último que me acuerdo.

Jack gritaba mil maldiciones al aire, todas hacia Pitch. Fue entonces cuando la arena negra lo formo, los formó a todos, me tomo por la cintura y una nube negra se formo a nuestro alrededor. Traté de defenderme pero era inútil, todo había terminado, lo único que podía hacer era gritar, gritar y gritar. Solo sentí el golpe de la mano fría y repugnante de aquel ser miserable en mi cara.

-¡Cállate!

-¿A qué le tienes miedo Pitch? ¿A qué pueda matarte? ¡Yo no te tengo miedo! ¿¡Me escuchas!? ¡No te tengo miedo!—Acto seguido volvió a golpearme, pero esta vez con más fuerza, con más rabia.

-¿Crees que Jack va a venir a buscarte? ¡No seas estúpida! Él no te ama.—dijo ese animal rastrero, y esas fueron las últimas palabras que escuche antes de desmayarme.

Al momento de despertar, todo estaba oscuro. Intenté moverme pero unas cadenas negras me sujetaban al piso. Toqué mi pómulo y estaba hinchado. Me dolía el cuerpo, mire mis piernas, mis brazos y mis manos, y estas estaban raspadas, con muchos rasguños, no quería ni imaginarme como estaría mi cara. Quería que todo terminara de una vez por todas.

-¡Jack! ¡Jack!—gritaba entre lágrimas—¡Jack! Por favor, no me abandones, lo prometiste.—Esto último lo dije en un susurró con llanto. ¿Dónde estaba? ¿Pitch tendría razón? El brazalete no brillaba. Ya no. Solo lo presioné contra mi intentando apaciguar el dolor que me causaba no estar con él. En eso escuché pasos, no quería voltear, pero otro golpe me obligo a hacerlo. Maldije para mis adentros.

-¡Ay! La pequeña Ely tiene miedo porque su amado no viene por ella ¡Pero que hermosa historia de amor!—dijo entre risas, lo único que se me ocurrió fue escupirle, pero lo que obtuve a cambio de eso, fue un golpe más, pero esta vez más doloroso. Y logré articular lo siguiente:-No vuelvas a llamarme Ely—a lo que respondió -¿O qué? ¿Vas a golpearme? ¡Mírate! Das lástima con tan solo verte. Yo no se como Frost pudiendo tener a cualquier inmortal decidió enamorarse de una humana.-

-¿Quieres que te responda tu pregunta, Pitch?—inmediatamente me desató y me tomó por el cuello mostrando mi rostro. A Jack casi se le cae el alma a los pies al verme.—¡Suéltala Pitch!

-¿Y si mejor hago esto, Jacky?—Una punzada de dolor recorrió mi cuerpo. No supe que fue lo que me hizo, solo se que caí de rodillas frente a Jack, destrozada, débil, sin ninguna esperanza. Jack se llenó de rabia y un enorme rayo azul iluminó toda la habitación. Como siempre Pitch salió huyendo no sin antes decir lo siguiente.-Podrás esconderla de mi Frost, pero tú bien sabes que la voy a encontrar la escondas donde la escondas. No tienen salida. Tarde o temprano ella morirá y será entonces cuando estés acabado Jack. Lo juro.—Y se fue sin dejar rastro mas que una molesta capa de arena negra. Jack se arrodilló junto a mi. Comencé a cerrar los ojos, Jack estaba a punto de romper en llanto.

-No, no, no, no, Ely amor, por favor no puedes cerrar los ojos—dijo mientras colocaba mi cabeza en sus piernas—Amor, te dije que no te iba a abandonar, ¿lo recuerdas? Ely, no quiero que cierres los ojos, no te puedes dar por vencida, Amor escúchame. ¡Ely, te amo, no me abandones!—entonces todo había terminado. 

Yo tengo algo que ellas no. Mi novio es Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora