Capítulo 1

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Capítulo 1: "La chica del bolso y el refugio".

El recorrido de Kurt en su nuevo auto fue toda una maravilla. Había recolectado comida enlatada y todo lo había llevado al lugar en donde vivía. Era un simple remolque que estaba bien oculto entre los árboles pero temía que el auto llamara mucho la atención y atrajera -si es que había aún- gente viva. Lo que le preocupaba era que necesitaba ropa nueva, porque la que portaba estaba llena de sangre, sudor y tierra. Ah, y un baño.

Ya estaba de vuelta a la ciudad caminando lentamente con su bate azul eléctrico buscando una tienda de ropa para caballero. Tal vez no encontraría mucha ropa o aunque sea ropa de su talla, porque cuando los saqueos comenzaron la gente arrasó con todo, pero con lo que encontrara estaría bien. Miró el escaparate de una tienda unisex y abrió la puerta haciendo sonar la campanilla sobre la puerta. Se puso alerta, alguien podía estar dentro de la tienda. A su alrededor todo estaba revuelto, aunque sonrió cuando notó que sí había ropa, aunque no mucha.

Miraba las tallas de pantalones y camisas, llevándose varios pares de los mismos. Quería alguna chaqueta o pantalones de lana para el frío. Faltaban meses para invierno pero había que estar preparado para ese clima. Ya había entrado a muchas tiendas y en su búsqueda se había llevado consigo ropa de cuero gruesa, rodilleras, cascos y coderas. Las mordidas de los zombies eran muy letales y graves, cualquier mordida o rasguño era suficiente para que te convirtieras en uno o murieras de inmediato. Esos objetos serían de mucha utilidad, de eso estaba seguro.

Sin percatarse de nada, Kurt estaba siendo observado por unos ojos color rojos y piel putrefacta. Estaba al acecho de aquellas horribles criaturas que no tenían la capacidad de sentir ni de pensar. Kurt dio una vuelta y casi cae de espaldas al tener frente a frente a uno de ellos. Pero no se lo permitió y golpeó el pecho de aquel ser con su bate. Sus puños iban una y otra vez en un vaivén que hacía retroceder al de piel putrefacta. Tomó su bate y corrió un poco hacia él golpeando su mandíbula y haciéndolo caer al suelo, para luego golpearlo una y otra vez en la cabeza hasta hacerla estallar. Terminó y sopló el mechón rebelde de cabello que le caía por la frente.

—Vaya, estos nunca se cansan de nada.— Kurt limpió la sangre fresca de su amado objeto y dejó caer el paño con el que lo había hecho—. Será mejor que regrese de inmediato, está oscureciendo y no quiero que se formen hordas.

Se dio la vuelta dispuesto a marcharse del centro comercial hasta que unos gritos agudos de chica lo hicieron detenerse. No se quería confiar, podría tratarse de alguna trampa para quitarle lo que tenía y después matarlo, pero su corazón le dictaba que debía ir. Pero Kurt se había planteado cosas importantes si quería sobrevivir y una de ellas y muy importante a su criterio era la de "No ser el héroe de nadie". Bueno, podían haber excepciones en caso de que solo fueran dos zombies o uno, pero si la situación era riesgosa... Lo sentía por aquella desdichada persona. Aún así corrió en dirección a los gritos y al llegar sus ojos se abrieron con sorpresa.

La escena era grotesca. Habían dos zombies tratando de morder a una chica castaña con un moño en su cabeza de brillos, llevaba en sus manos bolsas de sopas y un bolso caro. Kurt pensó "Dios, ¿quién piensa en lucir bien en un Apocalipsis?". Sin pensarlo lanzó un cuchillo en dirección a uno de ellos dándole directamente en la cabeza, quien soltó de inmediato a la chica de ropa de marca y ella resbaló. La otra criatura vio la oportunidad perfecta para subirse encima de la castaña y ella chilló horrorizada mientras veía pasar su vida en cámara rápida. Pero Kurt no lo permitió y enterró el cuchillo en todo el rostro del come carne, éste cayó sobre la castaña pero ella ya estaba en una parálisis por el shock.

Él estaba sorprendido. Siempre creyó que jamás volvería a ver a alguien con vida, pero ahí estaba ella. Y estaba sola al parecer. Consideró el hacer un dúo con ella, aunque sí eso pasaba él debía enseñarle muchísimas cosas y entre ellas estaba el dejar ese bolso de lado. Si no fuera porque Kurt había llegado a tiempo estaba seguro de que aquella chica no siguiera viva. Dejando de lado sus pensamientos le ofreció una mano a la chica tendida en el suelo logrando que aquella saliera de una vez por todas de su trance, aceptando la mano contraria y levantándose con la ayuda. Sin dar aviso alguno aquella desconocida se trepó en el cuello del chico y Kurt pensó al ver cómo se abalanzaba a él en golpearla pero después se dio cuenta de que ella no intentaba hacerle daño y se dejó abrazar, aunque él no lo devolvió.

Matar o Morir. [Klaine] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora