VI (lado B)

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-¿Por qué en vez de preocuparte por mi vida que es tema mío no te fijas en la tuya? Bastantes problemas tenés mamita. Y ni siquiera voy a arrancar a hablar de Jazmín, es lamentable el papel que haces.

Jazmín.

Flor se levantó de la mesa, corriendo la silla hacia atrás con el movimiento de su cuerpo.

Pocas cosas (por no decir ninguna) se le podían decir a Lucía.

Al principio, cuando recién se conocían y Flor tragaba bilis con la sola idea de tener que compartir él ya poco tiempo que tenía con su padre, esto era un problema recurrente. Más de la mitad de las veces se tomaba la cuestión como algo personal y en tanto al primer cruce que tuviera con su hermana terminaba encerrada en su cuarto, conteniendo las lágrimas.

Ni de cerca le despertaba el mismo enojo feroz que le traía Carla. Pero la convivencia con su hermana no había sido de lo más fácil.
 
Con el tiempo, y con mucho esfuerzo mental, empezó a forzarse a ignorar las discusiones con su hermana, a tratar de entender que el problema era de ella y no de Flor. Lucía era una persona conflictuada y tenía que aprender por ella misma a manejar sus impulsos, y Flor no tenía que tomarse los arrebatos de manera personal, o aquello solo la conduciría a un estrés innecesario.

Y así y todo, con esa política de rehuir a la pelea, acá estaba.

No entendía por qué se había metido y le había querido hacer entender a su hermana que su nuevo novio transitaba una etapa distinta a la que se encontraba Lucía.

Y ni siquiera era una persona agradable. De hecho era terrible. Flor estaba cansada de presenciar arrebatos violentos (al menos verbalmente) de él hacia ella. Eso y que en líneas generales le parecía un varón desagradable y lascivo.

-No metas a Jazmín en esto, que no tiene nada que ver- sentenció finalmente Flor, tratando de que su voz pareciera severa.

Lucía levantó una ceja a sabiendas y eso irritó aún más a Flor.

-Si vamos a pretender que esto es distinto, esta conversación no tiene sentido en primer lugar. Es humillante que quiera dar consejos alguien en tu situación- le contestó con altanería.

A Flor le tembló un poco el párpado. Su hermana tenía la capacidad de decir cosas como si fueran una certeza absoluta. Como si ella entendiera todo y el resto fueran unos imbéciles. Apretó con fuerza ambas manos sobre su jean. La fuerza le hizo doler un poco los dedos. Carraspeó y trató de igualar la mueca despectiva de Lucía.

-No te banco cuando-

-¿Cuando te digo las cosas como son?- interrumpió Lucía, imperturbable.

-Cuando actuas como si supieras todo, cuando en realidad no tenés una idea de nada- espetó, Lucía apenas parpadeó- si queres seguir con un boludo que te va a usar y dejar a la primera de cambio, hacelo. Cuando llores no vengas a buscarme.

Sin dar tiempo a responder, se dirigió a las escaleras hacia su cuarto.

Cerró la puerta de un portazo, desplomándose sobre la silla de escritorio que giró junto al peso de su cuerpo. Se atajó agarrándose del escritorio con ambas manos y luego apoyó la cabeza contra la sólida superficie.

Su corazón le latía en los oídos y se sentía terriblemente culpable por el estallido de hacia unos segundos.

Era increíble la forma en la que su mente actuaba. Increíblemente idiota, se acostumbro a decirse.

Sabía al momento exacto que lo que estaba haciendo estaba mal en algún nivel y aun así no tenía la fuerza suficiente para detenerse a si misma.

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⏰ Última actualización: Jan 28, 2022 ⏰

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look at the stars, look how they shine for you 《flozmin》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora