look at the stars, look how they shine for you 《flozmin》

I (lado A)

El temperamento de Florencia Estrella era una de las tantas cosas que sorprendían acerca de su persona. Con ella, siempre se sentía como meter a oscuras la mano en una caja, con los ojos entrecerrados y sin saber exactamente con qué te ibas a encontrar.

La sensación de adrenalina ante lo desconocido era algo que siempre había llamado la atención de Jazmín, no perdería tiempo de su vida en tratar de negar algo que muy claro tenía: no podía evitar que su alma salvaje y aventurera intentara por todos los medios encontrar algo que la apacigue, que la entretenga.

El vértigo que le causaba Flor era una de ellas.

-La cajeta inflada me tenés- masculló por lo bajo.

Jazmín se mordió una sonrisa.

- ¿Qué pasa ahí?- preguntó la voz tridente de su profesor de literatura.

El bigote, espeso, oscuro, y con apariencia de que rompería cualquier maquina de afeitar que se le acercase, se movía hacia arriba y hacia abajo con sus palabras. Jazmín se irguió en su silla, mirándolo inocentemente.

-Nada, profesor.

El hombre levantó una ceja y miró a Flor, quien permanecía con sus hombros rectos y conteniendo la respiración.

-¿Señorita Estrella?

Flor hizo un gesto despectivo, como quitándole peso a la situación y el hombre finalmente se dio vuelta, volviendo hacia la pizarra.

-¿Qué querés?- le preguntó mordaz a Jazmín, quien conservaba la misma expresión angelical de hacia unos segundos.

-Nada, quería decirte que no estás tan fea hoy. De hecho, estás bastante linda.

Flor rodó los ojos y volvió a mirar hacia delante, Jazmín enrolló distraidamente el papel entre sus dedos y cuando estaba a punto de lanzarle una nueva pelotita, Flor se volteó.

-Ni se te ocurra- cuando Jazmín abrió la boca para hablar, Flor levantó la mano- volvé a tirarme un papelito y vas a ver que lo que pasa.

-¿Si? ¿Vos me vas a hacer algo a mi?- preguntó provocativa.

Flor frunció el ceño de manera más pronunciada.

-¿Estrella? ¿Del Río?

El hombre parecía aun más irritado que hacia unos segundos, y desde la punta del salón Jazmín observó brevemente como Carla suspiraba con frustración, tomándose la cara entre las manos.

Antes de que ninguna de las dos pudiese contestar, el hombre volvió a hablar.

-Ya saben que hacer.

-Pero...

-Sin peros Estrella, no hay un día que no me interrumpan la clase.

-Bigotudo del orto.

Jazmín mordió una sonrisa y las cejas espesas de su profesor se fruncieron indignadas.

-Las dos, arriba.

Flor le lanzó una mirada de rencor y Jazmín levantó las manos en lo alto, más que acostumbrada a la dinámica.

La comunicación a través de las miradas se rompió cuando el hombre les hizo señas hacia la puerta. El resto del salón permaneció en silencio, no porque particularmente estuviesen prestando atención a la clase o respetaran la literatura como palabra santa, más bien, todos estaban enfrascados en sus celulares, demasiado acostumbrados a presenciar los roces entre Jazmín y Florencia. Ya a nadie le importaba.

Jazmín miró brevemente a Carla, encogiéndose de hombros. Su amiga rodó los ojos, fastidiada. Cuando pasaron por al lado suyo habló por lo bajo.

- Virginia se va a enojar.