Capitulo 2

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- Eres un imbécil de nacimiento Jaimes- solté enojada.

- Hay Isabella esos insultos tan poco productivos- dijo y camino por un pasillo hasta que no lo vi más.

Era la primera vez que veía su departamento, ni papá lo conocía, era lindo pero le faltaba decoración para mi gusto, arriba de uno de los muebles había una foto de el junto una chica rubia con un cuerpo de infarto, la mire pero no la conocía e iba a ser una buena manera de molestarlo, hay que sacar provecho de esta foto la agarré y apareció Oliver por el pasillo otra vez.

Me lanzo ropa en la cara - ponte eso - dijo otra vez como un amargado, era una camiseta y un short.

- ¿Por qué no me lo contaste?- le pregunté.

- ¿Que cosa?- me miró curioso.

- Que tenés novia- dije mientras le mostraba la foto que estaba arriba del mueble minutos antes y ahora en mi mano.

- Ah esa, no es mi novia- dijo señor cara culo.

-Todos dicen lo mismo- solté sin pensar.

- ¿Todos?- camino hasta donde yo estaba - ¿Quienes son todos?- pregunto mientras se aproximaba cada vez más, dejando mi espacio personal muy ocupado.

- Eh.. mm.. nadie nada solo decía- su proximidad me puso muy nerviosa, sentí mis mejillas quemar debo parecer un tomate.

-Ah ok - dijo para darse la vuelta e irse por el pasillo otra vez dando fuertes zancadas.

Me quedé ahí parada por un momento pensando que la situación con el era cada día más rara pero bueno supongo que así son todos los hermanos mayores aunque técnicamente el no lo sea, osea es solo hijo de mi padre que en verdad es mi padrastro así que en verdad no hay parentesco de sangre, ¡Pero si de corazón!

Camine hacia lo que supongo que es su habitación y golpee.

-¿Quien es?- preguntaron desde el otro lado, osea cuántas personas había en la casa si será imbécil.

-Papa noel- conteste con sarcasmo- ¿No piensas darme siquiera una almohada?- pregunté y espere a que respondiera.

-Entra - dijo después de un rato, estaba con solo un pantalón y el pelo húmedo, jodidamente sexy me parecería si no fuera mi hermano. Me pare frente suyo y estire mi mano - ¿Que?- pregunto.

- Almohada- fue lo único que dije.

El me esquivo y mientras caminaba a la puerta hablo - duerme en mi cama yo voy al sofá- agarró una manta, una almohada y salió de la habitación.

Le puse seguro a la puerta y comencé a cambiarme, cuando termine saque el seguro y me tiré a la cama como niña pequeña, me tape y acomode, las sábanas olían al perfume de Oliver y era delicioso, cerré los ojos y lo que vino a mi cabeza era ese asentó tan encantador y esos ojos color azul que tanto me gustaron, ojalá volvamos a encontrarnos.

- Arriba dormilona ya es hora de despertarse- dijo Oliver mientras corría unas cortinas haciendo que la luz entre.

- ¿Es necesario hacer eso?- pregunté mientras me tapaba la cabeza con las sábanas.

- Si lo es- contesto divertido, su diversión es una mierda siempre es molesta y mi mal humor de cuando me despierto se hizo presente como todos los días.

Agarre mi celular que se encontraba bajo mi almohada y mire la hora, pero que le pasaba a este energúmeno.

Me destape y me senté en la cama como un resorte - Oliver ¿es encerio?- pregunté fulminandolo con la mirada.

- Es que no podía dormir y ya me aburrí- dijo el muy imbécil.

-Bueno vení acostate acá pero no molestes apenas dormí cuatro horas necesito más- dije para luego tirarme para atrás- ah y cierra la cortina imbécil- dije ya con los ojos cerrados, lo escuché reír y la luz se fue, lo sentí sentarse a un lado de la cama para luego acostarse.

- Esto se siente raro- susurro.

-No no se siente nada ya cierra la boca Jaimes- murmuré y me dormí.

Algo comenzó a molestarme y pesar en mis piernas así que intente moverme pero no pude abrir los ojos y con la poca luz que entraba a la habitación vi a Oliver durmiendo alado mío y sus malditas piernas aplastandome.

-Oliver- dije y comencé a moverlo - despierta estás aplastandome-

El sólo respondía cosas como si, mm, pero no se movía, seguí diciendo su nombre y moviendolo hasta que abrió un ojo y me miró.

- Deja de molestar Isabella- soltó enfadado y movió sus piernas.

-Jaa- dije con ironía- Vos eras el que me aplastaba Jaimes maldito imbecil- solté ahora yo enojada.

El sólo siguió durmiendo, su rostro estaba justo frente al mío era tan lindo pero a la vez tan imbécil y obviamente familia, su piel era tan blanca pero llena de tatuajes, sus largas pestañas, sus cejas tan perfectas, su nariz tan perfecta con el tamaño y la forma perfecta, sus labios tan rosado y carnosos que parecían algodón de azúcar te daban ganas de, no no que estoy pensando, me levanté rápido de la cama y sali de esa habitación mientras me golpeaba la cabeza con mi mano para entrar en razón no se que rayos me sucedía.

Fui hacia la cocina más específicamente hacia la heladera la abrí y solo había seis latas de cerveza y una botella de jugo, acaso este chico no comía, abrí una por una todas la puertas y cajones que había en la cocina pero lo único que encontré fueron productos de limpieza, un paquete de arroz por la mitad, condimentos, una bolsa de maiz y más productos de limpieza.

Mi estómago gruñía en verdad tenía hambre así que fui a molestar a Oliver para que vaya a comprar o que me de plata solo traje mi celular.

Volví a la habitación y me arrodille arriba de la cama, comencé a picarle la mejilla pero el sólo fruncía el seño.

-Oliver es hora de darme plata tengo hambre- hable mientras seguía picandole la mejilla - Oliver vamos despierta - seguí hablando, hasta que en un momento se levantó y me hizo volar por el aire hasta quedar recostada en la cama y el encima mío mirándome directo a los ojos, mi respiración se detuvo.

- Ya no lo hagas quédate quieta, no molestes- dijo y se tiró para atrás volviendo a acostarse.

Sentí el aire volver a mis pulmones y mis mejillas arder- es que tengo hambre - me excuse.

- Agarra plata de mi campera está en la sala- murmuró y cuando terminó de hablar sali casi corriendo de la habitación, cuando cerré la puerta me recosté en esta me sentía rara mi corazón latía como nunca antes y sentía una opresión en el estómago que era tan molesta.

Agarre plata y llamé para que traigan pizza y gaseosa, ya eran las dos de la tarde así que era hora de la comida, prendí la tele y solo cambiaba de canal en canal no había nada bueno para ver, sonó el timbre así que me levanté e agarre la plata y la llave, abrí la puerta pero al otro lado no estaba el chico de la pizza había un hombre de unos 50 años.

- ¿La novia de mi chico? - pregunto a lo que yo solo negué era intimidante la mirada que me daba, el sólo río y entro esquivandome - ¿Donde esta? - pregunto.

- Durmiendo- dije mientras cerraba la puerta- ahora voy a llamarlo- el hombre asintió y se dejó caer en el sillón traía puesto un traje y en su mano un maletín.

Entre otra vez a la habitación- Oliver- lo moví pero ahora más violentamente.

- Que te dije recién Isabella- dijo aún con los ojos cerrados.

- Vino un hombre y entro está esperándote en la sala- dije y Vi como sus ojos se abrieron de golpe.

- Ay mierda lo había olvidado- se levantó muy rápido mientras frotaba su cara, se puso una remera y salió de la habitación pero al segundo abrió la puerta y me hablo- no salgas de acá hasta que venga ¿ok? - dijo y yo asentí.

¿Esto Es Amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora