Capitulo 4

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-¿Que tanto lo miras como boba?- pregunto el imbécil que no se que hacía mirándome, pero como siempre fue más rápido y me saco el celular de la mano mirando el mensaje, como era de costumbre su cara culo se activo.

-Oliver dámelo, no me gusta que toques..- me corto mi sermón de siempre.

- Le tuve que haber dado una buena paliza para que aprenda, viejo imbécil- dijo enojado, tocando el célular, me lo devolvió y no muy sutilmente, enrealidad me lo reboleo y lo case en el aire - y tú ¿Eres una zorra? O ¿Tan poca mujer? Para andar pasando tu número a cualquier cabron que se te pasa por enfrente- me grito en la cara.

Sus palabras dolían y mucho, yo no era lo que él decía, me juzgaba sin si quiera escuchar y tampoco es como si tuviera que darle tantas explicaciones el no es mi novio, ni mis padres- Oliver que te den imbécil- dije sintiendo como mis ojos se llenaban de lágrimas, pero no iba a caer tan bajo, no iba a dejar que me vea llorar así que salí de esa maldita casa ignorandolo como solía hacer casi siempre pero por suerte esta vez no me siguió como solía hacerlo.

Camine por un largo rato hasta que llegue a una linda plaza donde habían niños jugando y me senté bastante lejos de todo, solo me quedé ahí pensando en todo pero en nada, estaba cansada de toda esta gente que se hace llamar familia, nadie valora nada de lo que hago todos me tratan como basura.

Estaba limpiando mis lágrimas con el dorso de mi mano cuando un pañuelo se acerco a mi cara, antes de agarrarlo mire hacia arriba encontrándome con una sonrisa hermosa y unos ojos que vuelven loca a cualquier persona. Agarre el pañuelo y limpie mis lágrimas, esto parecía escena salida de una película romántica.

-Gracias - le dije y medio sonreí.

-¿Por qué siempre que la encuentro está llorando? Señorita- pregunto Rafael sentándose a mi lado.

- No quiero ser grosera pero mi vida es una completa mierda- dije mirando hacia el suelo.

- Entonces haga otra vida, una que la haga felíz-

- ¿Cómo lo hago? No tengo nada, tampoco a quien acudir para cambiarlo- dije ahora mirándolo.

- Me ofende Isabella pero voy a dejarlo pasar ¿Hacemos un trato?-pregunto, hablando tan formal y con ese acento que enamoraban hasta a una niña de dos años.

-¿Cuál?- pregunté.

-Tu vida es un asco ¿No?- yo solo asentí- la mía se va a convertir en uno sino me caso pronto-

- ¿Que quiere decir con eso?- pregunté, osea si entendí lo que quiso decir pero no podía creer que fuera verdad era algo raro.

-Tu y yo podemos cambiar el destino juntos- hablo serio- puedo hacer que vivas como una reina, que nunca más te falte nada, te puedo dar todo lo que quieras, todo lo que tus padres no pueden darte, si solo aceptas ser mi mujer- soltó como si estuviéramos hablando de un tema totalmente normal y no de algo que marcaría nuestras vidas para siempre, no voy a mentir su propuesta era tentadora, pero ¿Que pensaran mis padres? Eso no debe importarme a ellos no les importo a nadie le importó en este asqueroso mundo.

-Acepto - dije sin pensar.

------------------6 meses después---------------

Definitivamente no pensé cuando acepte, al otro día de aceptar ya estábamos casados nunca hubo nada entre nosotros, siempre me dió lo que quise, me cumplió cada maldito capricho pero nunca me dijo quién era y que hacía su familia para tener tanto dinero, básicamente hablábamos muy poco, casi no nos veíamos ya que cada uno tenía su departamento.

Pero dolía estar en esta situación y no se porque lo hacía el a mí no me gustaba, tampoco me importa, pero es él, el que hace incómodo todo esto

Hoy iba a conocer a los padre de Rafael, pero cuando llegamos había invitados que se quedarían a cenar y ellos resultaron ser Oliver con la chica rubia de la foto que resultó ser la hermana de Rafael, Oliver no dejaba de mirarme me estaba poniendo muy nerviosa toda esta situación, el padre de Oliver era el "Viejito" de aquel día en la casa de Oliver, todo era jodidamente incómodo, la mirada fulminante que nos daba Oliver y la que le devolvía Rafael, yo le había contado toda la historia entre nosotros, la única condición entre nosotros era sin secretos pero el nunca me contó nada de lo que hacía su familia pero yo tampoco me interese cuando pude hacerlo, más lo sucedido en la cafetería aquella noche era lo que lo tenía molesto, las únicas que hablaban eran Tatiana y Raquel, la hermana y madre de Rafael, Thomas el padre de Rafael nos miraba y reía ese viejo es un verdadero amante de telenovelas, el sólo quería ver el mundo arder o eso era lo que hacía con sus risitas.

-Ya basta Rafael- murmuré para que deje de mirar a Oliver, pero este no hacía caso ninguno de los dos la cortaba y Thomas no sacaba la sonrisa burlona de su rostro.

- ¿Cómo llevan su matrimonio?- pregunto Raquel a Rafael y a mi, cuando lo dijo Oliver se comenzó ahogar ya que en ese momento se encontraba bebiendo de su copa de vino.

-Mejor de lo que pensaba Madre, hacemos todo juntos y de todo- soltó pícaro lo cual hizo que me ruborizar sin razón alguna ya que eso era mentira - Y a vos Tatiana ¿Cómo va tu relación con el bad boy? - pregunto burlón.

Oliver se tomo el atrevimiento de contestar- Muy bien, también nos encantan las cosas nuevas- dijo para molestarme, pero no lo hacía ni un poco ¡Lo juro!

-Creo que voy a ir al baño- susurré cerca de Rafael, el se levantó y como el caballero que es movió la silla para que yo tenga más facilidad al levantarme y lo cual agradecí ya que este vestido y tacones no eran muy buena combinación, le agradecí a él con una sonrisa- Permiso- dije y seguí a Rafael que me guiaba al baño.

- ¿Ustedes tuvieron algo?- soltó mientras caminabamos.

-Rafael es mi hermano- hablé obvia y el solo negó.

-El no parece pensar lo mismo- susurro pero lo escuché.

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