LOS PROBLEMAS QUE VALEN NADA
Esa noche estaba mi padre en casa, lo vi junto a Joey cuando llegué. Era la primera vez que venía después de meces que se fue con su otra familia y le pidió el divorcio a mamá.
Papá, no, Jhon jamás se disculpó con ella y tampoco lo habló con nosotros, intentó buscarnos en la escuela pero solo Joey accedió.
Yo no puedo simplemente olvidar eso. Está presente en mi vida y aunque mamá diga que esos son problemas de ellos y que él siempre será mi padre, no es fácil.
-Buenas. –saludo a secas, buscando con la mirada a mamá, o cualquier cosa que no sea a Jhon cargando a mi hermano.
-Mamá salió, papá vino a llevarnos a comer afuera –Joey tiene ese toque de felicidad en su voz, y hace que me sienta levemente culpable a veces.
-No tengo hambre.
-Sthep... –frunzo el ceño indignada, siento como si me insultara; es difícil escuchar el diminutivo con el que me llamó desde que tengo memoria, ahora no debería significar nada.
-No me llames así, soy Stephanie, y no tengo hambre. Adiós. –Subo las escaleras corriendo y tiro con fuerza la puerta de mi habitación. Puedo imaginar a Jhon suspirando cansado y rascándose la cabeza, como siempre solía hacerlo cada vez que armaba un berrinche.
Miro por la ventana y ya no está auto de mi padre.
-Quiero patatas fritas –susurró al viento.
-A ver si entendí... -dijo Penny y acomodó su cabello negro alborotado tras la oreja, me miro por un instante, como si buscara las palabras correctas y después se rio a carcajadas –Perdón –dijo entre risas y aun con la mirada burlona y aguantándose la risa –es que es la primera vez que escucho que asalten y no se lleven nada.
Miré a Anni, la misma rubia que intentaba no votar la comida por reírse; las quería tirar del cabello pero estábamos en pleno almuerzo.
-No vuelvo a contarles nada –dije, estaba molesta y comiendo como troll. –Como a ustedes jamás les asaltaron.
-No seas exagerada, Fany. No te han quitado nada. –dijo Penny aun riéndose. Ella siempre era así, se reía por todo y siempre se le escuchaba a kilómetros, también era de las que decías "mira disimuladamente" y volteaba estilo exorcista.
-Seguro querían tu culito. –Anni, la malhablada, tenía un vocabulario lleno de jergas y siempre estaba molestándome, bueno a todos, pero aun así tenía muchos amigos y no parecía llevarse mal con nadie. –A verdad, no tienes.
Le quería sacar su madre.
-Penny ya deja de reírte, todos nos están mirando –dije ya harta. Nada podían tomárselo enserio, para ellas todo era chiste.
-Es que no puedo, no tienes culo –dijo Penny y siguió riéndose; yo solo blanqueé los ojos.
-¿Por qué no pueden tomárselo nada enserio? –grité. Estoy segura que muchos voltearon.
Yo aún estaba pensando en lo que había pasado el día anterior, no era fácil digerir el ser asaltada por primera vez y más si uno de los chicos puede estar en cualquier parte de la misma escuela. No sé cómo lo estará sobrellevando Adrián, no lo había visto en todo el día.
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Estás en Pausa ©
Novela JuvenilLa vida es un gran camino lleno de obstáculos, a veces se ven tan difícil que ni lo intentamos superar, pero siempre llega ese momento en el que te armas de valor y aquello simplemente deja de molestar. Stephanie era distinta, hablaba poco pero pen...