Esa noche me viste.
Te vi.
Pero volteaste.
Y yo te vi hacerlo.
Te vi suspirar.
Te vi apretar el puño.
Te vi cuando querías huir de ahí.
Y vi tu espalda, al irte.
Te vi desaparecer.
Y me viste.
De pie, justo en ese lugar.
Pidiendo, entre dientes, orando;
Para no volver a perderte.