Capítulo 4

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Kcalb POV

Kcalb no tenía idea de lo que estaba pasando. Estaba durmiendo tranquilamente cuando de repente escuchó una serie de gritos. Escuchó a gente peleando... ¿Peleando? Eso no ocurría en el Jardín Gris. Y si ocurrían, no llegaban a tanto y mucho menos a la situación en la que se encontraban.
Rápidamente, Kcalb se levantó de su cama en dirección a su armario. No llegó a ponerse su conjunto de ropa habitual, pero si que llegó a ponerse una túnica alrededor del cuerpo.
Mientras se dirigía al balcón de su habitación, unos Ángeles desconocidos entraron por la ventana, rompiendola en el proceso.

¿Q-qué carajo?-dijo el diablo viendo la escena de manera incrédula. ¿¡Quiénes se creían esos tipos para irrumpir en su habitación de esa manera?! Algo si que pudo notar casi inmediatamente y es que estos Ángeles no eran del Jardín Gris:
Llevaban uniformes militares verdosos, de un color parecido a las hojas en otoño; sus alas eran una mezcla entre rojo y amarillo en el centro de estas, y naranja en las puntas;sus ojos permanecían cerrados y aún así, se notaba con fácil claridad que no eran muy estables en cuenta a salud mental se refiere; por último, esa aura que los rodeaba se sentía a la vez tan cálida como ardiente.
Los Ángeles no dijeron absolutamente nada y simplemente se abalanzaron contra el Diablo Negro.
Kcalb agarró el puño del primero y lo lanzó contra su compañero, que no logró esquivar el impacto.
Desde que ocurrió el "incidente" con Ivlis, Kcalb había estado entrenando con Rigatona en caso de que un incidente similar ocurriera.
A pesar de ser el Diablo de su mundo, Kcalb estaba consciente que Rigatona era más fuerte que sus compañeros, posiblemente porque nunca dejó de entrenarse a si misma. Kcalb consideraba que el entrenamiento de Rigatona era muy...¿estricto? No, mucho mas que eso ¿sádico? Tal vez un poco ¿excesivo? Definitivamente.
Pero dio frutos y ahora los dos individuos se retorcían en el suelo a causa del dolor.

Patéticos...-dijo Kcalb manteniéndo cierta distancia. Uno de los Ángeles se quedó en el suelo aún quejándose más el otro se levantó furioso, tomando por sorpresa a Kcalb.
Kcalb esquivaba los golpes con una tranquilidad muy inusual, mientras que su oponente gritaba y lo intentaba golpear de manera desesperada. "Aburridoooo..." pensó el Diablo divertido, muy inusual en su personalidad ha decir verdad.
Kcalb simplemente sacó sus afiladas garras y cortó a su enemigo por la mitad.
Entonces Kcalb, lentamente se dirigió al otro Ángel, que se cagaba y meaba al verlo acercarse.

No te mataré si es lo que temes-dijo Kcalb tranquilamente mientras agarraba una silla y se sentaba cerca del Ángel, a su lateral derecho. Kcalb colocó su pie derecho sobre el pecho del Ángel y comenzó a aplicar mucha  fuerza. El sonido de las costillas quebrandose no se hizo esperar a lo que el Ángel no hacía mas que lanzar gritos de puro dolor.

¿Qué es lo que quieren? ¿Quién los dirige? Y sobre todo ¿Por qué atacan a nuestro mundo?-dijo Kcalb con un tono de voz frío y cruel pero muy tranquilo, demasiado. Es como si el antiguo Kcalb hubiese regresado momentáneamente.

¡V-vete a-aaal cara-raaaajooo!-gritó el Ángel, soltando auténticos gritos de dolor y miedo.
Kcalb rió muy alto, echando su cabeza hacía atrás mientras reía. Y en su risa podía noterse el filo de su largos dientes de demonio. El pie de Kcalb comenzó a ejercer más presión hasta que sintió que había quebrado las costillas, pulverizando los pulmones h matando al Ángel en el acto.

"¡Mierda!"-pensó Kcalb-"¡Me he pasado demasiado!" Ahora Kcalb entendía porque Rigatona se sienta y hace las cosas con cuidado.

Kcalb abandonó su habitación y fue hacía la de su hermano. Pero antes de entrar escuchó unos gemidos... ¿Enserio que su hermano estaba follando mientras atacaban el castillo? ¿Acaso no le importaba nada o qué? Abrió la puerta sin tocar y se llevó una sorpresa: ¡Su hermano estaba follando con Grora! ¡Mientras atacaban el castillo!

Un Jardín Alocado.[The Gray Garden]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora