Mi hermanastro [TERMINADA]

🔥 "¿Padre e hija?" 🔥

Julieta Pov's

Las dos semanas que siguieron a esos días, la tensión en casa iba en aumento.

Los desayunos, la comidas y las cenas eran cada día más incómodas y más silenciosas, eso sin contar las respuestas tajantes, las peleas y los gritos que nos dábamos Christopher y yo casa vez que estábamos cerca.

Era cada vez peor, pero prefería eso a volver a caer. Al menos ya no se me acercaba a menos de 10 metro, 4 metros si era en el comedor.

Por eso, mi rutina se había convertido en salir de mi habitación a la Universidad, paseos con Joel, reuniones con Leila y Guadalupe  y de regreso a la privacidad de mi habitación, evitando encuentros.
Aúnque mamá trataba de mantenerse un poco a raya, muchas veces me regañaba al respecto.

Trataba de no darle importancia a todo este lío y opté por enfocar casi toda mi atención en mi novio y la cosa iba funcionando con él. Ya no me sentía tan culpable, sólo quería remediar las cosas y dar todo de mi. Lo llamaba siempre que podía, lo texteaba a toda hora, le decía por todos los lados que lo amaba y que era mi vida. Quería recrear lo que éramos en los primeros meses de noviazgo y estaba funcionando, él se veía relajado y felíz.

En la cama...bueno. No era tan fácil como...como con el susodicho. Aúnque sólo habíamos podido hacer el amor dos veces en estas dos semanas me di cuenta que ninguno de los dos hacíamos nada mal, simplemente que no había una química tan fuerte ni un deseo tan descontrolado. Pero eso no tenía nada que ver con el amor, así que no me quedo más que aceptarlo.

Era viernes por la noche y el día parecía no presenciar nada interesante por lo que lo pasé acurrucada en mi cuarto viendo series, pero lo que no me esperé fue enfrentarme a la persona que en ese momento tocaba la puerta de mi habitación.

- Pase... - grité sin apartar la vista del ordenador.

- Hola Julieta, ¿Se puede?.  - oír esa voz desde mi puerta me sorprendió y volteé la enseguida.

- ¡Claro!, adelante...

El Señor Leonardo entró y le señalé una silla para que se sentase, él lo hizo y juntó sus manos con los codos en sus muslos.

- ¿Qué Tal?, ¿Estás muy ocupada?.  Quisiera que hablemos.

- Veia GoT, pero puede esperar. ¿Cómo de que sería?.

- Pues, de Christopher.

- Oh. - me recliné en la silla.

Aquí vamos de nuevo. Pensé. Él se acomodó en la silla preparándose para hablar.

- No voy a regañarte Juli, de verdad. Yo...sólo quería saber por qué se llevan así, ¡Me preocupan!. Cada día se tratan peor. ¿Pasó algo entre ustedes que no sabemos?.

Mierda...

- No Señor Leonardo... - él me interrumpió.

- Llámame Leonardo, hija. Ya te lo he dicho, quiero que nos tratemos ya como una familia. - me aclaré la garganta.