Capítulo 5.

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Del cetro emergió un pequeño objeto, cuya luz era abundante a pesar del tamaño de éste. Un cuarzo muy hermoso, dentro de el contenía destellos como si fueran pequeñas estrellas Sía extendió su mano y lo tomó con delicadeza.

-Norte, a partir de ahora... nadie está a salvo y esto ya no puede seguir aquí. Ahora ellos los estarán buscando y no pararán hasta encontrarlos. Son criaturas antiguas, criaturas del antiguo mundo que han esperado con gran odio para ser liberadas.

-Pero sin esa piedra... todo lo mágico se perderá para siempre.

-Es eso o perder a la humanidad. Sé que mi padre te dio una parte de él para poder proteger a la humanidad y para otorgarles los poderes que tienen pero, si ellos obtienen ésta piedra, todo se acabará.

-¡Espera!- gritó Conejo- ¿Cómo es que nosotros nunca supimos nada? ¿A caso tú lo sabías Sadman? Creo que nadie de los que está aquí presente sabía de esto. Excepto tú Norte.

-Norte no tiene la culpa de nada.

-Yo nunca lo dije hija de la Luna.

-Pero lo insinuaste.-Sia se acercó más hacia donde nos encontrábamos hasta quedar enfrente de mí.

-Quiero verte- dijo Jack en un tono un poco retador.

-¡No te dirijas así a tu señora!- gritó un soldado, pero Sia lo paró levantando la mano en su dirección.

-No confías en mí ¿Cierto Jack?

-Demuéstralo.

Todos en la sala guardamos un silencio absoluto esperando la respuesta de Sía, hasta que ella fue quitando el gorro que la cubría y poco a poco la luz iluminaba cada parte de ella. Sus facciones eran muy finas, su piel parecía de porcelana, su nariz respingada, sus labios delgados y de un ligero color carmesí, pero al abrir sus ojos... eran tan azules como el mar y de ellos brillaban como si fueran luces en la obscuridad. Jack al verla se quedó sin palabras y a decir verdad yo tampoco.

-Pero no hay tiempo para demostrarlo.-prosiguió Sía y con una exhalación de aire continuó- Hace miles de años, los habitantes de ésta tierra eran llamados "Los descarnados" criaturas malignas quienes querían tener el control total del mundo, en especial un ser llamado Barot. Él se convirtió en el líder de los descarnados y tan grande fue su avaricia que poco a poco los seres que habitaban ésta tierra fueron eliminados, los pocos que quedaron huyeron y así ellos tuvieron todo el mundo para ellos... pero no tenían a quién dominar. Tiempo después, apareció un hombre, el mismísimo dios Sol quien fué el único que supo cómo vencerlos. Como castigo, fueron encerrados en lo más profundo de la tierra hasta el fin de los tiempos.

Cuando consiguió la paz, el Sol y la Luna hicieron un pacto, un pacto donde crearían guardianes y vigilarían a toda alma buena en éste mundo.

-Osea nosotros- prosiguió Hada.

-No.- sía volteó a ver hacia donde se encontraba Norte, Conejo, Sadman, Hada y Jack.- Nosotros. Nosotros somos los primeros guardianes de la Tierra. Ahora nosotros somos los que los protegeremos de cualquier cosa... aunque nos cueste la vida.

-Será un placer.

De pronto, un ruido agudo y ensordecedor llenó la sala... la vista se me nubló y por el ruido tan fuerte, no escuchaba nada más. El suelo se había despedazado y todos caímos hacia la obscuridad.

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⏰ Última actualización: Jan 22, 2018 ⏰

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