Capítulo 2. Nuevos inquilinos.

104 5 1
                                    

-No te preocupes Ransdom...-de pronto, una segunda voz apareció en escena. Se dejó ver a la luz de la luna, iluminando su rostro. Era como el de un humano, excepto que tenía ojos amarillos y penetrantes y una gran sonrisa que parecía llegar hasta las orejas, y unos dientes puntiagudos y amarillos.- Aún tenemos nuestra comida.

-¿Quiénes son?- pregunte un poco nervioso.

-¡A ti que te importa niño!- la tercera voz salió detrás de nosotros, haciendo que todos gritáramos al mismo tiempo.- A nadie les importamos... y mucho menos unos pequeños niños como ustedes.

-¡Eso no es cierto!- gritó Pippa- Nosotros somos muy importantes para nuestras familias.

- ¡Y por los guardianes!- interrumpió Caleb. Al terminar la oración, los extraños comenzaron a reírse con todas sus fuerzas hasta que uno de ellos comenzó a hablar.

-¿Los guardianes? Son unos holgazanes de primera. ¡Nos exiliaron de este mundo! Pero ya estamos hartos y ahora es tiempo de salir.

-Pero primero...- dijo uno de ellos- Comeremos nuestra cena.

Con un movimiento brusco me agarró del brazo, aventándome hacia el otro lado del lago.

-¡Jaimy!- gritaron mis amigos al mismo tiempo.

-¡Déjame!

-Él es mío. Ustedes pueden comerse a los demás.

-¡Jack! ¡Jack!- grité desesperado.

-Sigue gritando al inútil de Jack Frost y...-De pronto miro hacia mi dije que mi padre me obsequió.-No...¡Tú!.

Una ráfaga de hielo aventó al fondo del bosque al grupo de desconocidos y en seguida, una persona bajo del cielo aterrizando en frente de mi.

-¡Jack!- grité.

-¡No vuelvan a tocarlos!- Su expresión era de total ira. Al verlo me asusté un poco, por un momento desconocí al verlo así ya que siempre lucía feliz y animado pero en parte estaba aliviado de que llegara a tiempo.

-Jaimy. ¿Estás bien?- dijo volteándose hacia mi.

-S-Si Jack.

De pronto, una risa malvada se escuchó en lo obscuro del bosque y poco a poco comenzaron a salir desde el lugar donde cayeron. Al verlos parecía que el golpe que recibieron fue muy fuerte, ya que tenían algunos huesos rotos o desviados, pero en el camino fueron acomodándose los huesos y las heridas se curaban casi al instante.

-¡Vaya! miren lo que trajo el viento. ¡Es Jack Frost!

-Váyanse de aquí.- Jack con gran seriedad apuntaba con su báculo a los seres misteriosos y sin perderlos de vista se acercaba más hacia mi.

-Creo que será difícil que nos eches se éste bosque. Es nuestro hogar ahora y les guste o no también la ciudad lo será.

-Pero antes no estaría mal unos ricos bocadillos de carne tierna- dijo uno de ellos.

-Acérquense a ellos y...

-¿Y qué? No puedes matarnos Jack. Somos como ustedes los guardianes, somos inmortales pero claro, mucho mejor que ustedes. Por cierto que grosero fui. Mi nombre es Astaroth.- con una sonrisa se inclinó hacia enfrente.- Mucho gusto.

La luz de la luna comenzó a iluminar en el fondo del bosque y al ver lo que había me quedé paralizado de miedo. Detrás de Astaroth había más como él, éstos babeaban y sonreían dejando ver sus largos y filosos colmillos.

-Por desgracia mi familia tiene hambre y ustedes huelen muy bien. Pero...que triste Jack, de verdad es muy triste no morir y ver como tus seres queridos si.- Al ver a Jack me di cuenta que tenía la mirada baja y con su mano derecha apretaba fuertemente su báculo.

-Cállate.- contestó Jack con el tono de voz bajo.

-Después de tanto tiempo de que al fin alguien pudiera creer en ti te sea arrebatado. Sé que tienes miedo de no poder salvarlos a todos pero así es la vida.

-¿Quienes son?- preguntó Jack y con una pequeña sonrisa burlona, Astaroth respondió.

- ¿Qué? ¿Acaso los guardianes ocultaron nuestra existencia? No te apures Jack- Astaroth dio la vuelta dirigiéndose hacia el fondo del bosque- Pronto lo sabrás.- y con un chasquido los monstruos corrieron hacia nosotros pero Jack aventó con una ráfaga de aire helado.

-¡Corre con los demás Jaimy!- gritó Jack.

-Pero...

-¡Corre!

Por unos segundos me quedé viendo su rostro asustado y corrí hacia donde estaban mis amigos.

-¡Jaimy!- gritó Pepa- ¿Estas bi...

-¡Vayanse! Yo ayudaré a Jack.

-¡¿Estás loco?! tu solo no podrás.

De pronto escuchamos un quejido. Al voltearme  vi que Jack se encontraba mal herido a unos metros de los monstruos  y nos percatamos que  había sido mordido por uno de ellos. Me desesperé al ver que otros más corrían hacia el y con todas mis fuerzas corrí lo más que pude para ayudarlo.

-Jack...¡Jack!.

Después un rayo de luz pasó enfrente de mi cegándome un poco. Al recuperar la vista vi que los monstruos estaban esparcidos sobre el suelo y en unos segundos se evaporaron en el aire. Volteé hacia el origen del rayo y vi una figura humana femenina corriendo hacia nosotros. Tenia una capa negra y un gorro que le cubría el rostro, su blusa tenia encajes curveados y circulares de color blanco y grises en un fondo negro, su pantalón negro y unas botas que le llegaban arriba de la rodilla. Al ver su mano derecha, tenía una bola de color azul claro que crecía hasta que lo lanzaba hacia los monstruos una y otra vez, moviéndose rápidamente como si se tele transportara de un lugar a otro. De pronto un dolor agudo invadió mi tobillo derecho haciéndome caer sobre la nieve. La mujer volteó rápidamente hacia donde estaba y con el mismo movimiento lanzó una bola azul hacia mi y por un segundo... el silencio me invadió.












Jack Frost y el misterio de los Guardianes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora