Siete ❤

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–Ahh, Ngh... Eren... ¡¡Aaah!!– Estaba a punto de venirme, mis piernas temblaban y estaban tensas, mi pene goteaba cada vez más haciendo que mi mano resbalara muy rápido, seguí pronunciando el nombre de Eren imaginando cada detalle de su cuerpo y como me llenaba mientras sustituía su pene con mis dedos– Si... ¡¡Eren!!... Nnghh...

–¿Qué estás haciendo?– Abrí los ojos de golpe y me levante de la cama

–¡¿Eren?!, ¿Qué haces aquí?, Se suponía que estabas en la facultad– Pregunté agitado, mi respiración estaba hecha un desastre

–Hoy fue mi último día, así que salí temprano– Lo había olvidado, por fin comenzaban sus vacaciones y tendríamos más tiempo juntos– ¿Tienes puesta mi ropa?

–‎Uhh– Que situación tan vergonzosa

Había empezado a usar las camisas de Eren para sentirlo más cerca de mí, obviamente también las usaba para masturbarme pero siempre que él no estaba en casa.

Estaba acostado boca arriba con las piernas abiertas, su camisa puesta y mis dedos en el trasero, ¿Qué podría ser peor? Me senté sobre la cama cerrando las piernas y tratando de tapar mi erección, era doloroso

–¿Podrías dejarme solo? – Pregunte lentamente aunque él no me estaba haciendo mucho caso, tenía la mandíbula apretada– ¿Qué te pasa?

–Yo... ¿Te ayudo?– ¿Lo decía enserio?, ¿Por fin me iba a follar? – Olvídalo, mejor me voy, termina lo que hacías– Salió de la habitación y todas mis esperanzas murieron, al igual que mi lívido que quedo por los suelos.

Me levante y limpie mis manos y trasero, la camisa me quedaba larga así que no me puse nada abajo y espere unos minutos para poder salir, tal vez ya no le gustaba a Eren, mi vientre ya podía verse aunque fuera pequeño, ¡¡¡Oh dios santo parecía una vaca para el!!!. Quería llorar, por eso ya no me tocaba, le parecía feo ahora.

Salí de la habitación pero no pude encontrar a Eren, pensé que estaría en la cocina pero tampoco lo encontré

–¿Eren?– Lo llame varias veces y luego se me ocurrió ir al baño, abrí la puerta sin avisar ya que nunca le ponía seguro– Perdón por lo que....

–¡LEVI!, VETE, VETE– Dijo cubriendo su entrepierna

–¡Maldito mocoso te estas masturbando! – Me enoje con él en cuanto lo vi– Estoy a tu lado y, ¿Prefieres masturbarte a tener sexo conmigo?

–¡No!, no se trata de eso, ¿Puedes darme un minuto?– Estaba muy nervioso pero no pude evitar mirar su erección con deseo

–‎Apúrate– Salí y me senté en el sillón, él también se escondía para hacerlo y eso me hizo sentir un poco mejor

–Levi, lo siento–Escuche después de unos minutos, estaba detrás de mi

–¿Y por qué exactamente?, ¿Ya no te gusto? Eren desde que regresamos no me tocas y te digo que tengo muchas ganas de que lo hagas, ¿Por qué no lo haces? – Me sentía realmente frustrado

–Tengo miedo de hacerlo– Respondió en voz baja

–¿Por qué?

–Porque hace mucho que no estamos juntos y no creo poder ser suave contigo, ¿Y si lastimó al bebé? – Juro que estuve a punto de golpearlo

–‎Estas estudiando gineco-pediatría, lo que quiere decir que debes estar bien informado, así que, ¡Maldito estúpido no le harás nada al bebe!–Cruce los brazos molesto– El doctor nos dijo que era bueno para el bebé, ¿No te basta con eso?

–Pero aun así, ¿Y si se enoja conmigo?

–‎Esta más enojado porque no atiendes a su mamá

Omegaverse Eren y Levi  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora