Nunca olvides que basta una persona o una idea para cambiar tu vida para siempre, ya sea para bien o para mal
Alonso POV:
— Veo que nuestros hijos se llevaron bien
— columba dijo mirándonos.— Me alegra que así sea, en un futuro serán nuestros sucesores en la empresa.— Mariana codeo ligeramente a Columba y ambas rieron.
— Qué lindos ojos tienes.—dijo.— sería una pena que alguien quisiera arrancartelos.
— A-a que te refieres.— tartamude.
— Sí, que un cuervo llegara con su filoso pico y los acuchillara hasta sangrar y finalmente quedarte ciego.— sonrió oscuramente.
— No creo que eso sea posible, sería una entre miles.— me defendí.
— ¿Quieres apostar?
— ehmm....— guardé silencio unos segundos, mami grito y sentí alivio.
— Te salvaste, que si no....— dijo y abrió la puerta.
Alonso se sentía intrigado por las palabras de Jos, de pronto sintió su estómago hundirse, últimamente sufría dolores de ese tipo y comenzaba a preocuparse, sus madres charlaban en la mesa sobre sus negocios, ambos chicos miraban atentos la comida esperando poder probarla, o mejor dicho devorarla
Jos no dejaba atrás aquella pregunta
¿Quieres apostar?
Negó un par de veces y el lo fulminó con una mirada, frunció la nariz y siguió jugueteando con la cuchara
— Amor, usa adecuadamente los cubiertos, estás tirando todo en la mesa.
— Si mamá, no pasará de nuevo.
∆
— Hola Alonso, buenos días, que lindos ojos.— la miss jaló de mis mejillas dejando unas pequeñas marcas, educadamente sonreí sin quejarme.
— Buenos días miss.— plante mi mochila en una banca.
— Hoy quiero presentarles a un alumno no tan nuevo pero que cambió de salón.
— H-oo-la.— bajó la mirada.
— No seas tímido y preséntate.
— Mi nombre e-es, Alan Navarro.
tomó su lugar y cuidadosamente se sentó, la clase prosiguió hasta el recreo donde Alonso salió sin decir nada, tenía muchos amigos pero siempre disfrutaba estar lejos y observando la situación.
Se dirigió a los baños, cerró la puerta con seguro, al terminar intentó abrir la puerta pero fue obstruida.
— Déjame salir.— pidió con tranquilo.
— ¿Y si no lo hago? — contestó del otro lado.
— Te acusare con la miss.— inquieto respondió.
— No me provoca dejarte ir.— rió.
— Si en cinco segundos no me dejas ir tranquilamente gritaré, no miento.
— Grita lo que quieras, total nadie podrá estar aquí para ayudarle, es más te podría cortar ahora mismo.— carcajeo.
El pequeño Alonso gritó tan fuerte que sus cuerdas bucales comenzaron a doler, nadie respondía y era como si todos estuvieran ausentes, el miedo se apoderó de el, sus ojitos se humedecieron debido a la desesperación, pataleo y empujó pero fue totalmente inútil.
— Haré lo que quieras pero para de una vez
— Entonces negociaremos, no intentes huir porque todo se pondrá feo.
Asomó su rostro por la puerta del baño y se sorprendió al ver a Jos detrás de todo esto.
— ¿T-tu? ¿Porqué? creí que éramos amigos.
— Decidí que no debíamos serlo.
Se acercó rápidamente al menor hasta acorralarlo en un rincón hasta tocar pared, el mayor lo miró fijamente con aquellos ojos miel oscurecidos.
— ¿Quieres jugar?
— J-u-gar ¿a que?— dije nervioso.
— Al lobo feroz.— gimió.— pero antes.... Quiero enseñarte un poco de disciplina.
Aspiró el aroma de mi suéter.
— Déjame, déjame...
— ¿Qué hacen? — suspiré aliviado al ver a Freddy entrando.
— Nos veremos después angelito.
Sin decir más salió, mis piernas poco a poco dejaron de flaquear para reincorporarme, Freddy no prestó atención siguiendo con su necesidad, mientras que yo salí del lugar nervioso y temeroso.
Al lobo feroz
¿Qué significa eso? ¿Acaso es un juego de palabras?
Debo terminar con esto pronto antes de que empeore.
Salí lentamente, miré de un lado a otro, cuando puse un pie fuera me tomaron bruscamente por el brazo, me gire y cómo fue de esperar Jos se encontraba atrás mío, plantando intimidante su mirada como un total psicópata.
¡Oh no!
— No puedes huir de mí alonsito.— dijo
— Me esconderé y no podrás hallarme.
— Sea donde sea que tú te escondas, te encontraré como el lobo a la indefensa Caperucita por todo el bosque.
Nuevamente mis piernas fallaban, acercó sus labios rozando mi cuello lentamente y con profundidad.
— Esperaré pacientemente hasta que lleguemos a una edad considerable y conocerás el verdadero temor, la satisfacción y el dolor, así hasta matarte lentamente.
Sus palabras resonaron en mis oídos y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo.
¿Satisfacción, dolor, muerte?
¿otro juego de palabras?
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Amargo - J.V ∆
Fanfiction» No podía evitar sonreír al verlo sufrir lentamente, sus lágrimas para mí eran erotismo puro.