Mi sexy vecina-DOFIA - Adaptada- [TERMINADA]

Capitulo 11

CON Sofia:

Sofia esperó a que la morocha se despidiera con una sonrisa amable y de disculpa, cuando se alejó lo suficiente como para no verla, ella se soltó de Dove relajando el cuerpo.

Dove: ¿Dónde te crees que vas, por qué te alejas tanto?

Sofia: Mmm... no se, ¿quizás por qué se ha ido?

Dove: ¿Y? Recuerda, hoy estamos tú y yo, sin juegos, somos adultos, vamos a comportarnos –dijo Dove, bajando el tono hasta hablar en un susurro, mientras colocaba una mano en la parte baja de la espalda de Sofia, para acercarla a ella- solos tu y yo... -murmuró.

La boca de Sofia se secó, un estremecimiento recorrió su cuerpo, y le flaquearon las rodillas, dios, ¿Qué le hacía esa mujer?

Entreabrió los labios, secos, y se pasó la puntita de la lengua, humedeciéndolos, llamando así la atención de Dove, quien siguió aquel gesto con los ojos, hipnotizada.

Sofia: Dove...

Dove: ¿Te he dicho lo sexy que vas esta noche, y lo peligroso que es lo que acabas de hacer?

Sofia: Dove... -la llamó en un susurró suplicante.

La boca de Dove se unió a la suya en un beso tierno y sensual, un beso largo y prometedor, ella se abrió paso con la lengua entre los labios de la chica y se adueñó de su boca, besándola con más intensidad.
Sin darse cuenta, ella rodeó el cuello de Dove con los brazos, y se pegó a ella.

Poco a poco el beso se hizo suave hasta que finalizó.

Dove: Creo... -dijo en un jadeo- que si seguimos así, no vamos a cenar.

Confundida y con la mente nublada por el deseo, Sofia parpadeó varias veces, haciéndose consciente de la situación, del lugar en el que estaba y de lo que estaba haciendo.

El color escarlata resaltó en su hermoso rostro inundando sus mejillas. Y con cuidado se separó un poco de ella, todo lo que Dove le permitió.

Dove: No te alejes... no ahora.

A la muchacha se le encogió el estómago, un nudo se alojó en su vientre, y su corazón latió con fuerza.

No sabía que decir.

Abrió la boca, para volver a cerrarla, y a abrirla de nuevo, pero no sabía que decir, de nuevo unió sus labios. Dove la miró con una sonrisa. La noche iba bien, le gustaba.

Con un brazo rodeó la cintura de Sofia y la pegó contra ella, le gustaba sentirla cerca suyo, hundió su rostro en el cabello castaño e inhaló su aroma, disfrutando de ella, embriagándose.

Dove: ¿Quieres tomar algo antes de que vayamos a cenar? –preguntó con un tono ronco en la voz.

Sofia: No, así está bien –contestó ella, devolviéndole el abrazo, estuvo a punto de deslizar su mano hasta el trasero de Dove, en un gesto posesivo, pero se contuvo.

Salieron del bar, después de que Dove pagara la cuenta. Caminaron en silencio un rato por la calle a solas.

Sofia: ¿Dónde me llevas a cenar?

Dove: Ya verás...

El frío de la noche acarició sus cuerpos, y ella aprovechó para pegarse más a Dove, quien la abrazó. Pegados, caminaron dando pequeños pasos.
La curiosidad mataba a Sofia, ¿Dónde la llevaba? Iban a cenar, pero, ¿Dónde?