"You Rock My World" Michael Jackson y tú.

40. ¿Felicidad?

Se puede sentir tenso pero realmente feliz al mismo tiempo? Fue así como me sentí al escuchar unas de las mejores noticias de mi vida

—¿Que...e?—balbuce tontamente

—Así es.—no quitaba la sonrisa de su cara—¿no te agrada?

—¿Que? ¿Bromeas? Estoy demasiado contento esto en verdad es una gran sorpresa para mi—sentía como las lágrimas se asomaban por mis ojos

—Michael... ¿estás llorando?—me miraba extrañada

—Lo lamentó. He esperado este momento toda mi vida, pero Hayley Dios ni siquiera te he pedido que seas mi novia.— y era verdad aún no le pedía absolutamente nada

—Mira.

Venia el mesero con una tarta tapada, la puso frente a mi. No había pedido nada en verdad no entendía nada

—¿Gracias?—sonreí

—No, no seas tonto ábrela—creo que se ha enojado

Obedecí para que no me diera un fuerte golpe en la cara, solo bromeó. Una tarta de chocolate con en medio escrito "¿Quieres ser mi Jackson?"

—Esto es demasiado—lleve las manos a mi cabeza— no tenías que hacerlo

—Hey, ¿por ser mujer no puedo?—se hizo la ofendida

—Sabes que nunca pensaría así, claro que puedes. Simplemente estaba planeando algo también—conteste

—Pues no lo pedimos otra vez, ¿y? ¿Que me dices?—me miro abriendo los ojos como platos

—Claro que quiero hermosa—me levante de la silla y la cargue en mis brazos, ahí noté el pequeño bulto que yacía sobre su estómago. Recordé las palabras de María

"Está embarazada de otro"

No.. sacudí mi cabeza sacando esas tontas ideas de mi mente

—¿Pasa algo?—pregunto (Tn) mientras la bajaba

—No, solo me preguntaba ¿cuantos meses tienes?—intente actuar natural

—2 meses o 3 creo, fue cuando vino tu noviecilla a Neverland—hizo comillas con sus manos

—¿En verdad? Ahora entiendo todo, tus cambios de humor, por qué comías tanto, que habías subido de peso y..

—Shh, ya calla—beso mis labios

—Te amo.—

—¿Que dices?—tapó su boca con sus manos

—Perdón, fue demasiado rápido yo..

—Te amo aún más.

Las cosas iban perfectamente, le conté sobre los nombres que me gustarían y le agradaron más de lo que pensé. Mire la hora, 11:56

—Cariño, tengo que hacer una llamada.—le anuncié a Hayley que estaba recostada en la cama de la cabaña, ella solo gimió.

Salí afuera, no quería arruinar esto. No quería perderla, marqué el número de María.

—¿Lo hiciste?—pregunto desde el otro lado de la bocina

—No.

—Lo sabía! No puedes hacer nada! Tendré que hacerlo yo misma!—gritaba

—Maria... no por favor, no me hagas esto—le suplicaría y todo lo necesario

—Eres un tonto Michael, ella no vale la pena!