Extraños.
La castaña permaneció un tiempo en la cocina junto a Christian y Ashley, escuchado como ésta le contaba cosas sobre su vida (como que vivió los primeros años con su madre, después con su padre y más tarde escapó con el pelinegro, la cantidad de países en los que estuvo, y hasta su color favorito) y la acosaba con preguntas que ella evitaba responder sin molestarse en parecer siquiera un poco simpática. Se había levantado de la silla en dos ocasiones para irse a su habitación, pero la otra chica quería impedírselo a toda costa así que terminó resignándose.
Cada tanto, cuando Christian veía que la cara de Camile reflejaba demasiado estrés, tenía que advertirle a la de ojos rosas que dejara de hacer tantos comentarios juntos y le diera un respiro. No quería cargar en su conciencia con la muerte de una adolescente enojada y luego tener que dar explicaciones a la familia.
Cuando por fin se produjo una pausa en la que Ashley no hizo preguntas, la otra habló.
- ¿Cómo terminaron en esta casa? ¿Por qué están acá? - observó a los dos extraños con una mezcla de interés y fastidio.
- Deberías preguntarle eso a Ciel, nosotros sólo lo seguimos a él - contestó Christian.
Camile bufó indignada. Como si la idea de sólo soportarlo no fuera suficiente.
- No voy a hablar con él.
- No dudo que Ciel pueda parecerte un poco...
- ¿Insoportable? ¿Tremendamente insoportable?
- Sí, exacto, pero una vez que te acostumbras...
Se cruzó de brazos y Christian entendió lo que quería decir: no estaba en sus planes acostumbrarse a la presencia del joven conde, algo que le parecía lógico si tenía en cuenta cómo se habían tratado más temprano.
Suspirando molesta, se puso de pie y se acercó a la puerta. Ahora nadie le iba a impedir que se encerrara en su habitación a meditar sobre su vida futura en Londres o a dormir hasta la siguiente semana.
- ¿Te vas? - Inquirió Ashley.
- Sí, a mi habitación.
La pelinegra se puso de pie alegremente. Ella también quería ir para conocer su habitación y que le hablara de su vida en Argentina y le mostrara cosas.
- Ashley...- Christian la llamó previendo sus intenciones, pero no parecía que fuera a hacerle caso.
El fastidio se notaba en el rostro de la de ojos marrones cuando Ashley dijo que quería ir con ella, pero la otra no se daba cuenta o lo ignoraba perfectamente bien, así que terminó accediendo a que la acompañara.
Salieron de la cocina y la chica abrió una de las puertas del pasillo.
- ¡Que linda! - Dijo mientras entraba y daba una vueltita por la habitación.
-Es normal. -Le dijo secamente la castaña.
-Que es linda, dije. - Y se recostó en la cama acolchonada de Camile, sin dale importancia al tono sarcástico de esta cuando le preguntó si estaba cómoda. La pelinegra sólo se mostraba feliz y animada, como si nunca antes se hubiera relacionado con alguién.
Ashley se enderezó y dirigió la vista a la mesa de luz. Antes de que Camile pudiera detenerla, la muchacha ya habia abierto el cajón.
-¿Son fotos? -Y sin siquiera esperar a la aprobación de la castaña, Ashley las tomó y las miró, gesto que tomó por sorpresa a Camile, por el hecho de que fuera tan impulsiva.
-¡Hey! No deberías hacer eso. - Y se las quito de un manotazo y las guardó de nuevo en su lugar, sanas y salvas.
-¿Son tu familia? -Ashley seguía sonriendo. Parecía que todos los intentos de Camile por apartarla un poco rebotaban en ella. Era como si uno quisiera darle un pelotazo a un trampolín.
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[Kuroshitsuji] Lunar Phase
Fanfiction"Cuando la luna se va, y el sol sale, la dulce tristeza invade, pues el amor de ambos por ahora no es de nadie."