Graduacion

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—Wow— fue lo primero que dije al ver a Sunbae. Se habia teñido el pelo de rubio. No podía creer que se podía ver más irreal. Era como un príncipe, ángel, un dios. No exageró, hacía relucir su belleza aún más.

Nunca imagine que haría un cambio así. El no era alguien que cuidara de su apariencia de tal forma. Sunbae fue alguien que fue dotado naturalmente. Creo que esa es una de las razones por la que no asiste las estéticas o salones de belleza. No necesita lavarse la cara con ciertos jabones, ponerse ciertas cremas, o maquillaje. La piel la tenía hermosa, suave como la de bebe, o como porcelana—luce perfecta, sin ninguna cicatriz o defecto.

Omma le a recomendado que se ponga un poco de maquillaje en ciertas ocasiones, cómo la de hoy. Por razón, hoy nos llevo al salón que atiende ella. Quería tratarnos a un día relajante en el salón y si que fue increíble. Ahora entendía porque nunca quería perderse sus citas de este lugar.

–No digas nada. Me quede dormido un rato y despierto con esto. Se que fue idea de omma— no me miraba a los ojos. Se mira todavía aturdido por el asunto y cansado. Cuando, por fin, me mira se queda callado.

Su silencio me pone nervioso. ¿No me miro bien? ¿Fue mucho maquillaje? Dime que no es mi pelo. Pensé que se vería natural. Solo fueron unos cuantos rayitos. Me dijo que se vería natural, la estilista. Esa mentirosa me las pagará. Yo bien creído, me la creí. Lo peor es que no tenía tiempo de sentarme a que me tiña a mi color natural.

—Te vez bien— lo dice y se va. Otra vez me sorprende con sus complementos a mi persona. No pude verlo como deseaba. Quería recordar su cara angelical cuando me lo dijo. No fue posible.

Lo seguí apresurado para alcanzarlo; cuando lo hice, le tomé la mano. Esta vez no apartó la mano. Se que aún le cueste que me acerque así. Pero poco a poco se deja tocar más. Deja que lo haga en público. El es más privado cuando se trata de cariños, detalles íntimos—cosas así.

—Sunbae, usted romperá corazones hoy. Puede romper todos menos el mío. Se mira como un ángel así pero a la vez se ve muy sexy para ser uno.

Me sonrojo al darme cuenta que dije lo último en voz alta. Lo peor es que me oyó. Me mira entretenido por mis palabras. La sonrisa que tiene en este momento es la cual quiero ver más seguido. La cual me flechó hasta lo más profundo, sin retorno. Sacarle una sonrisa ya no es tan imposible como antes. Quizá solo tenga que quedar yo en vergüenza para hacerlo sonreír.

—El ángel aquí eres tú. Así que cuando se pongan en fila para confesarse, les tendrás que recordar que tu corazón es mío. Tu eres mío— me sonríe y de nuevo esas mariposas, fuegos artificiales o lo que sea estalla en mi estómago.

—Cállate— murmuró de la vergüenza. Es tan cursi cuando quiere que me vuelve tímido.

Lo halo conmigo para que podamos ir con omma y irnos. Todavía nos teníamos que vestir y luego ir a la secundaria. Era día de graduación.

~*~

"Kim SeokJin y Jeon Jungkook por favor pasen a recibir el diploma para su clase."

Respiro profundo y camino junto a sunbae. Tengo nervios y no ayuda que Namjoon y mis propios amigos me dijeran que no me tropiece o caiga. Es como si desearan que lo hiciera. A la vez quizá es mi torpeza cuando estoy sumamente nervioso. Quiero tomar a sunbae de la mano pero no sería lo correcto.

Nace el amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora