20. Dos extraños se descubren en el baile.

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       En la pista bailan dos desconocidos que fueron unidos por corrientes inéditas. Van descubriendo el olor del otro en cada acercamiento. Quizá fue casualidad o coincidencia que sus cuerpos están formados por el mismo compás y que sus almas se reconocieron en medio de la multitud que pasa desapercibida en torno a ellos, mientras se unen en un abrazo. Y van olvidando esos pensamientos que tanto les torturaban al llegar a esa fiesta, el nerviosismo se está perdiendo y sus rostros se están acercando. El susurra en el oído de ella y le canta la canción que está sonando: "quiero volar contigo" es la frase que sus labios pronuncian. Y a pesar de que se acaban de conocer, y esa frase no tiene mucho sentido... el sabe pronto lo tendrá. Porque supo que le iba a gustar desde que se saludaron en esa misma fiesta y recordaron que se habían visto en fotos.
En aquel momento ella cierra los ojos y desea que eso que siente sea para siempre, ya que está tan segura en sus brazos que no quiere soltarlo. No había tenido ese sentimiento hace muchísimo tiempo y por supuesto que nunca antes se había sentido tan cómoda bailando un vals con un desconocido. Mariposas se van conociendo y es así cómo acaban con los labios juntos, las mejillas más rojas de lo normal y los oídos tapados por arte de magia. Y es que está tan concentrados con el ritmo de la música, que se congenia con el de sus corazones palpitantes, que ni si quiera se dan cuenta de lo que pasa a su al rededor. Al medio del beso escuchan a la gente que grita de ternura, ella siente la sonrisa de el y la suya se hace más grande.

Tan bonito y a la vez doloroso es para las otras personas lo que se está formando entre ellos, que esa noche definitivamente hay corazones rotos que salen corriendo por la puerta de la disco. Y ella se pregunta si ir detrás del chico que la miró con cara de espanto que ha salido hecho un desastre. Se pregunta si sentirse culpable por haber probado un poco de la suavidad de esos labios que ya había estado deseando toda la noche. Y esas corrientes inéditas se arrepienten de haberlos unido, pero el daño ya está hecho porque un beso como ese, que mueve cosas tan fuertes en alguien, siempre se repite.

La chica en cuestión también sale de la disco lo más rápido que puede y el aire helado de la noche le deja volver a respirar ya que todo su aire se había ido. Mira a la luna y le pide consejos, le pide fuerzas para entrar a ese sitio y ver la cara de toda la gente que hay. Se espera lo peor, que la llamen de las peores formas existentes. Se repite que su ex novio salió corriendo de casualidad, que ni siquiera se dio cuenta de ellos dos, que el ya la superó y que quizás sólo bebió de más.

Entra con el estómago revuelto, con un nudo en la garganta y esa arruga que le sale cuando está preocupada. Ve al chico que tantas cosas le ha hecho sentir en tan poco tiempo y se sonríen. Es tan irónico como pueden tener una catástrofe al rededor de ellos y se siguen manteniendo en pie, el la sigue sacando a bailar y ella acepta. Y así es como el mundo pasa en torno a esos dos chicos tan perdidos en el mundo, siguen besándose, defendiendo aquella conexión tan extraña que tuvieron con tan solo verse.

Quién diría que dos personas ajenas la una a la otra tendrían tanta, pero tanta, electricidad.

Secretos entre versos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora