Secretos entre versos.

26. Todavía no.

Todavía no me doy cuenta del lugar que has ocupado en mi corazón, y es que ha pasado tan poco tiempo desde que todo empezó que no he pensado más que en mi boca y la tuya queriéndose a cada segundo.

Pero hoy te he visto y me has hecho feliz, como cada vez que te veo. Incluso con las pequeñas discusiones, las confusiones y la sensibilidad, siempre encontramos el camino de vuelta. Porque tú, de alguna forma muy loca e insensata, resultas ser mi ancla al mundo cuando más necesito que alguien esté ahí. Porque eres vida, alegría, plenitud, y ni siquiera lo sabes.

Me dijiste una vez que mis sentimientos te importaban más que los tuyos, que no querías hacerme daño. Me pareció irreal, me reí y volví a repetir que no debías de preocuparte por mí, que no iba a enamorarme de ti.

Sin embargo aquí estoy hoy, con los labios rojos de tanto haberte besado esta tarde, la sonrisa en la cara cada vez que me envías un mensaje y el alma más frágil que nunca. Queriendo expresar de alguna manera el amor que empiezo a sentir por ti y que tanto me da miedo. Recordando sin cesar las frases que han salido de tu boca, preguntándome si eran verdad o solo un juego.

Pero lo dejo estar. Vivo el momento y te disfruto cada vez que puedo. Te consumo cada vez como si pudiera ser la última y no me dejo llevar por mis miedos. No me abro del todo a ti, es verdad, te ruego me entiendas... he sufrido mucho y mi corazón ya no podría soportar más dolor. Así que perdóname, amor, si a veces no sé expresarme, si no te dejo conocer mis demonios y lo más importante, si no admito que a pesar de lo mucho que lo intente, en el fondo sé que me voy a enamorar de ti.