Capitulo III

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Al día siguiente me desperté con el molesto sonido del despertador a las 9:30. Había decidido levantarme temprano ya que me tenía que preparar todo para juntarme con Félix; viajar en tren; acomodar mi casa; y preparar una comida, debido a que lo invite a las 12:pm y seria descortés de mi parte no ofrecerle comida ya que es mi amigo.

Me levante de mi cama y me dirigí a la ducha del cuarto. Allí tome un baño caliente de 15 minutos aproximadamente.

No podía dejar de pensar en Félix... ¿De qué hablariamos? o ¿Qué iba a preparar de comer?

Estaba en un estado de ansiedad suprema.



Iba a ser un día muy largo...


Me dirigí a la cocina y prepare un rico desayuno digno de un dia tan especial.

Me encontraba tomando mi café y al cabo de unos minutos solo en el comedor, me percate de que había unas riquísimas galletas de chocolate en el refrigerador, cuando las vi note que seguía ahí el yogur que tomaba Félix en las mañanas y le di una probada, me recordó tanto a él.

Me hizo pensar en el sabor de sus labios por las mañanas luego de desayunar...

Lo quería mucho conmigo ahí desayunando, pero eso no era posible, y era ese el motivo por el cual me tenía ir a mi otra casa. Para verlo...

Asique me apresure; tome mi mochila y meti dentro mis llaves, el cargador, el celular, una chaqueta simple y mi billetera.

Me despedí de los chicos que se habían levantado recientemente pero antes de cruzar la puerta surgieron las benditas preguntas.

— ¿tan temprano se juntan? —indago Jisung.

—no, es que nos veremos en mi casa y debo acomodarla. Además lo invite a las 12, asique debo prepararle algo para comer y me quiero esmerar. —respondí.

— Toma con control esta situación que si no vas a parecer desesperado y vas a asustar al pequeño.

—Okay gracias por el apoyo—termine diciendo de mala gana.

—Mándale saludos de nuestra parte—gritaron todos mientras salía por la puerta.

Salí corriendo del edificio intentando llegar a la parada del tren antes de las 10:30 ya que si no tendría que esperar más de 10 minutos y no disponía de ese lujo. Tome el tren y al llegar al apartamento. Limpie un poco; eche perfume con fragancia a rosas debido a que no había habitado nadie esa casa por varias semanas, el olor a muerto estaba impregnado en las paredes.

Proseguí yendo a lo de mi vecina, ahí estaba mi perrito Kami.

Al rato, devuelta en mi ranchito con mi bestia, me puse a cocinar pizza. Sabía que a Félix le gustaba, en realidad le gusta toda la comida mientras que no tenga ningún ingrediente picante asique salí beneficiado.

Mientras la comida estaba en el horno comencé a preparar la mesa. Me fije la hora y ya eran las 11:30 asique me permití descansar un rato mirando televisión.

Antes 1 hora maso menos había pasado súper rápido, pero estos treinta minutos estaban pasando muy lento, por mi mente rondaba Félix y millones de dudas. Una de ellas era si me iba a confesar o que pasaría después. No podía negar el hecho de estar feliz de verlo pero la despedida seria dura otra vez...

Regresar con los chicos y no ver a Félix, no ver a ese niño que alegra mis mañanas y el resto del día, me mataba. Estaba muy conmocionado por el hecho de no verlo, no tenerlo cerca, no sentir su olor y mucho menos no poder probar sus labios debido a mi amor no correspondido e imposible.

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