Muchos me preguntan: como un relojero se volvió un general y después el rey, siendo un plebeyo sin más? Pues, les contaré la historia de cómo fue...
Empecemos con un joven relojero, de 13 años, en un reino al estilo medieval, a punto de casarse con su prima lejana para seguir con el legado. En ese momento, estaba aterrado. No quería casarme, pero tampoco podía desepcionar a todos y deshonrar el apellido The Clock. Estaba vestido con mi mejor traje, esperando mi destino, cuando un pánico entro en mi. No quería casarme con Elizabeth, aún si era linda. No quería seguir el legado The Clock de estar estancado en una relojería sin más. Quería lograr algo más. Quería ser algo más. Cuando ví que todos estaban listos para la boda y Elizabeth se acercaba al altar, no pude soportar más. Huia con todos detrás mío. No me detuve por nada, entrando al bosque y perdiendo a todos. No paré de correr, aún si no me seguían o estaba cansado. Por fin era libre.
Encontré una especie de cabaña, en la cual me metí para esconderme. Al entrar, ví que era una linda choza, llena de dibujos y demás cosas artísticas. Quise ver más, pero algo atrapó mis pies y me colgaron de cabeza.
- Eh! Sueltenme!
- Quien eres? Qué haces aquí?!- La voz parecía ser de una chica.
- Bájame!!
- Primero responde!
Tomé la espada que traía como parte de la vestimenta, cortando la cosa negra que me agarraba, pero manchando mi espada con un líquido viscoso.
- Que asco, debo limpiarla...
Ví como una figura encapuchada se acercaba a mí para atacarme, así que me cubrí. Cuando ví el arma, era un simple lápiz, pero por alguna razón mi espada no lo cortaba.
- No lo repetiré de nuevo, quien eres?!
- Por qué debería decírtelo?!- hice un movimiento rápido, que ella esquivo con agilidad, pero su capa había sido rasgada por el filo. Al verla, me di cuenta de mi error.
- E-eres la princesa...- deje mi espada y me arrodillé haciendo el saludo que me había enseñado mi padre que debía hacer en caso de ver a un miembro de la realeza.
- D-disculpe mi osadía y estupidez...
-Argh, solo dime quién eres y qué haces aquí...- Alcé la cara para verla.
- Soy Anthony The Clock, escapaba de mi familia y encontré este lugar, por eso entré...
- Escapabas de tu familia? Por qué motivo?
- ... Querían que me casara con mi prima... Pero yo no quiero... Quiero algo más que sólo ser otro relojero...- Veía como me analizaba, como si decidiera si creer o no.
- Escapabas de tu matrimonio?...
- Así es...
- Hmmm... Supongo que entonces no puedes regresar a donde vives, cierto?
- No. Seguramente mi padre me daría un castigo demasiado severo...
- Anthony, cierto?...
- Si, su alteza...
- No me digas así. No aquí. En público no puedo evitar que me traten como una muñeca, pero aquí soy como cualquier otra persona. Solo dime Paige. Y párate, me incomoda hablarte para abajo...
- Como desee su a... Paige...- Me incorporé de nuevo, quedando a la misma altura que ella.
- Mucho mejor, no lo crees Tony?
- Tony?
- Si. Es mucho más creativo que Anthony.
- Si usted desea llamarme así, no se lo negare...
- Hablame de tú. No tenemos mucha diferencia de edad...
- Está bien...
Después de eso, pasamos horas y horas hablando. Ella decía sobre sus dibujos, la creatividad, como su hermano era molesto por ser verde y como se había escapado del castillo por una pelea con su padre, mientras que a mí me preguntaba cosas como mi edad, por qué tenía manecillas atravesando mi nariz, mi inexplicable alergia a casi todas las flores y una que otra broma que nos contábamos. Todo era divertido, hasta de de repente ella hizo una mueca de disgusto. No sabia la razón, pero presentía que algo malo se aproximaba.
- Me tengo que ir, al parecer mi padre ya notó que no estoy...
- Te acompaño. No creo que sea buena idea que vayas sola por el bosque...
- Estaré bien. No soy una bebé para perderme... Aunque si sería buena idea tener algo de compañía antes que me encierren en alguna torre o algo parecido.
- Entonces tendré que trepar para volverte a ver?
- Por qué harías eso?
- Porque eres la primera persona que conozco por mi cuenta y no porque mi papá quiere...- No sabía lo que decía, simplemente las palabras se me escapaban. Ella me sonrió y me sonroje.
- Entonces vamos, antes que mi papá mande a un pelotón a buscarme...
- Vamos...
Caminábamos por el bosque, aún platicando y jugando ligeramente, cuando un ruido me puso alerta y saque mi espada, deteniendo a un guardia tratando de dañarme.
- Tony!
- Tranquila! Sé manejar esto!- No tardé en derrotarlo, era muy débil. La ví acercarse a mí.
- Donde aprendiste eso?...
- Mi padre me enseñó a pelear. Dice que aún si hay paz, siempre se debe estar preparado para la guerra.
- Tu padre debe ser muy paranoico...
- Solo un poco jajaja- Me rasqué la cabeza, cuando llegaron más guardias. Me puse en pose defensiva protegiendo a Paige, cuando de repente escuche una voz.
- Paige Notepad!!- reconocí la voz de tantos discursos a los que mi papá me obligó a ir. Era el rey en persona. Me arrodillé ante él, mientras veía como se acercaba a la princesa de colorido cabello.
- De nuevo saliste sin permiso!! No sé cómo lo haces, pero está vez no lo lograrás!!! Te encerraré en alguna torre!!!- Me sorprendió que no fuera solo una broma que Paige dijo.- Y tú!!!... Quién diablos eres tú?!
- M-mi nombre es Anthony The Clock, señor...
- Ah! Un The Clock! Una familia devota a la realeza... Dime muchacho, que hacías con mi hija en el bosque?!
- B-bueno... Yo...
- Estaba vagando por el bosque, él me encontró y me acompaño hasta aquí para asegurarse de que estaría a salvo...- Vi a Paige Algo sorprendido. Con eso a ella la regañarian más, pero no le importó.
- Así que estabas escoltandola... Bueno, ya puedes ir a casa!
- La cosa es... Que el no tiene casa... Y yo le dije que se podía quedar en el castillo...
- No tiene casa? Por qué?
- Por un problema familiar señor...- Esperaba que no me preguntara razones específicas.
- Hmmm... Bueno, ayudaste a mi hija... Y veo que eres habilidoso con esa espada... Supongo puedes entrar con los aprendices de caballero, de todos modos los The Clock son una familia de Sires...
- Gracias su majestad...- aún si mi voz había sonado calmada, por dentro quería gritar de alegría. Tenía un lugar en el castillo, y podía estar cerca de Paige. La segunda razón me hacía más feliz que la primera, pero en ese momento no sabía por qué. Después de un tiempo supe la razón... Me había enamorado de aquella princesa colorida.
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My colorful princess
FanfictionYo era joven, rebelde e inmaduro. Ella era preciosa, independiente y astuta. Yo, un plebeyo que hacía relojes obligado por su apellido. Ella, una princesa que rompía las reglas de cuánto podía. Quién diría que algún día, ella y yo nos enamoraríamos...