ii.

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2.

Valerie's POV

Me despedí de Liz y Cara para ir donde Harry, quién me estaba esperando.

—Princesa, ¿te sientes mejor?—habló agitado por lo que creí que estuvo corriendo antes.

—No, el dolor de cabeza no ha pasado sino ha aumentado—respondí exagerando por lo que me mordí el labio para no reír.

Se veía tan lindo, sus ojos estaban mirándome con preocupación, su ceño fruncido y sus labios rojos estaban en una perfecta línea.

—Vamos a la clínica—sugirió, agarrando mi cintura con sus dos largas manos.

—No, precioso, estaba bromeando, sólo te dije eso para que me vengas a recoger—reí y lo abrace dándole un beso en la frente como saludo.

—¿En serio? No vuelvas a hacerlo, me preocupaste y mucho—fingió estar molesto y luego sonrío —¿nos vamos?—extendió su mano.

—Claro—agarré su mano mientras caminábamos hacia el carro.

Cuando llegamos al carro, Harry como de costumbre, abrió mi puerta y dejo que yo pasara para cerrarla e ir a su respectivo sitio.

Después de unos minutos, conversando y riendo, Harry estacionó en la acera de mi casa y a mi, me llego un mensaje de mi mamá.

<Valerie, quiero que estés en casa dentro de diez minutos, Domenic y yo saldremos, tienes que cuidar de Mila. Besos.>

—Bueno, adiós precioso—dije, besando sus labios cortamente.

—Adiós princesa, cuídate—dijo sacando sus piernas del asiento para dejarlas como si estuviera sentado como un indio y no pregunte, porque él, bueno, él es muy raro en sí.

—Tu también—dije para arrastrar mi cuerpo fuera del carro y sintiendo como era arrojada por dos pies, hacia la acera.

—Oops—comentó riendo.—Fue mi venganza por lo que hiciste cuando fui a recogerte—río malévolamente

—Entiendo, me lo merezco pero cobrare venganza también porque mi nariz estará hinchada dentro de unos minutos—reí mientras que me sobaba la nariz de arriba a abajo. Me había empujado para que yo caiga de cara, es un weon pero es mi weon.

—Lamento si te lastime—dijo tranquilamente mientras que palmeaba el asiento libre en el carro. —Ven, vamos a mi departamento para una reconciliación—alzó las cejas pícaramente.

—Sabes que jamás podría negarme pero ahora sí lo haré porque, además de que parezco Rodolfo el reno por mi nariz—mire mi reloj—Tengo 4 minutos para entrar a casa y cuidar a Mila

—Si quieres te ayudo a cuidarla—preguntó sonriendo de lado.

Él sabía que a esa sonrisa jamás podría negarme.

—De acuerdo, supongo que a mamá no le molestará

Salió del auto, cerramos la puerta, él activo el seguro y trotó hacia donde estaba. Caminamos a la puerta con nuestras manos entrelazadas, oyendo como alguien abría desde adentro.

—Hola Domenic—dije besando su mejilla para que después Harry lo saludara y se adentrará conmigo en la sala.

—Amor, Valerie y Harry ya llegaron—gritó Domenic para subir las escaleras e ir al cuarto de mi mamá, haciendo que ella sacará su cabeza y nos saludara con la cabeza dando a entender que se estaba cambiando y bajaría en unos minutos.

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